• Parte 3

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Anthony las miró incrédulo por haberse gastado el dinero en lujos.

—¿Ni siquiera para hacer un bien? —Frunció el ceño observándolas con atención.

—¿Un bien para los demás? —cuestionó Summer y se carcajeó—, nunca. Siempre vivimos entre lujos y comodidades, no íbamos a permitir que otra persona tuviera más dinero que nosotras.

—No trabajaron nunca, y lo que producía la empresa estaba bastante bien para los cuatro —dijo Anthony incluyendo a Autumn.

—Para los tres, no metas a la huerfanita entre nosotros —notificó Summer con sorna.

—La huerfanita como la llamas, tiene mi apellido y fue la única que no cambió, fue la única que intentó soportarme a pesar de las cosas que le dije por culpa de ustedes dos, sí —reafirmó—, fui un dominado, pero ya no, hace tiempo me di cuenta de las cosas que pasaban a mi alrededor, así que, esto será lo último que les diga y les recomiendo que me escuchen porque después de esto, cada una hará lo que se le antoje.

—¿No viviremos más contigo? —formuló nerviosa su esposa.

—¿Me ves la cara de estúpido en pretender que sigan viviendo conmigo? Ya está, Heather. Te haré llegar los papeles del divorcio y por respeto a los años que estuvimos juntos, te daré una buena suma de dinero.

—No tienes dinero —afirmó Summer.

—¿Segura? Te puedo mostrar unas cosas y en realidad tengo otras, tú no eres la única inteligente aquí, no te olvides que yo soy el dueño de la empresa y el único que firma los papeles —le expresó contundente.

—Anthony, no tenemos adonde ir —le suplicó su esposa acercándose al escritorio.

—No me interesa, se lo hubieran pensado antes. Con el dinero que les daré podrán rentar un departamento en alguna zona no tan prestigiosa como el centro, pero por lo menos tendrán un techo dónde vivir.

—¡Eres un insensible y desgraciado! —gritó Heather.

Anthony se carcajeó.

—¿Quieres que le cuente al abogado que me divorcio de ti por adulterio o prefieres cerrar la boca y aceptar lo que te ofrezco? —formuló con seriedad y mirándola con desprecio.

Heather se mantuvo callada.

—Bueno, como ya todo está aclarado, las dos pueden ir empacando sus pertenencias e irse, por lo pronto les pagaré un motel.

—¿¡Un motel!? —cuestionó horrorizada la madre de ambas.

—Sí, no creo que pretendas que les pague un hotel cinco estrellas, ya se acabó todo Heather, a ninguna de las dos les daré más de lo que les corresponde, no quiero que se metan más en mi vida o en la empresa, no las quiero ver más —les emitió tajante— y les pido por favor que se vayan por las buenas porque llamaré a los de seguridad y las sacarán a patadas de la empresa.

—¿Y mi puesto?

—Pondré a alguien más competente, alguien que sepa ver más allá de su propio bolsillo —la miró fijamente.

—No estarás pensando en meter a esta —señaló a Autumn—, ¿no?

—No te interesa más a quien meta a partir de ahora, metí a un equipo de la empresa de Colin sin que te dieras cuenta antes, puedo hacer y deshacer lo que se me antoje, Summer, no tengo porqué darte explicaciones.

—Pero descubrí lo que estabas haciendo.

—¿Te sirvió de algo? No, así que, por favor, les pido que se retiren.

—Anthony, por favor —sollozó su esposa.

—Vete, Heather, se acabó lo nuestro. Te cagaste en todos, ¿lo sabías? En todos, tú y nuestra hija se cagaron en todos.

Antes de que la situación se terminara, la mujer tomó el corta plumas para puntearse ella misma el cuello ante la desesperación de vivir como una persona común y corriente.

—¡No! —gritó Autumn quitándole el arma y haciéndole presión en el cuello para que no se desangrara.

Richard llamó a urgencias, Summer se escapó, pero Colin la persiguió y le pidió al de seguridad que la detuviera y Anthony la sostuvo en sus brazos.

—¡Mujer estúpida! ¿Por qué lo hiciste? —le preguntó con enojo en su voz.

—No quiero vivir pasando miserias.

—Eres una idiota, Heather, con la suma de dinero que te daré, podrás vivir con comodidades si lo sabes administrar bien.

—Pero no será lo mismo.

—Deberías agradecer que por lo menos te lo di.

La sangre emanaba constantemente, las ropas estaban ensangrentadas al igual que las manos de Autumn.

—En menos de cinco minutos vendrán —avisó Richard.

—No hay mucho tiempo —notificó Anthony—. Heather, por favor, ni se te ocurra dormirte —la sacudió apretándole la mano.

—Estoy... aquí —le respondió en un hilo de voz la mujer mirándolo a los ojos.

El sonido de la ambulancia se escuchó a pocos centímetros de donde estaban y supieron que habían llegado y a pesar de las situaciones que habían vivido, solo esperaban que la mujer se salvara.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora