• Parte 8

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Colin golpeó la puerta y la voz de Avalon le dijo que pasara.

—Qué sorpresa —le contestó Autumn levantándose de la silla y abrazándolo por el cuello al estar en puntas de pie para darle un beso.

—No sabía si venir a buscarte o enviarte un mensaje —le comentó poniendo sus manos en la cintura de la chica—, si tienen que seguir hablando puedo esperar abajo —miró a su mujer y luego a su suegra.

—No, tranquilo, ya casi habíamos terminado de charlar. Me alegro verte, Colin y me pone feliz saber que mi hija está casada contigo, eres un gran hombre y a pesar de las circunstancias en las que contrajeron matrimonio nunca has sido indiferente con ella.

—Amo a Autumn y haría cualquier cosa para hacerla feliz y por protegerla —se lo confesó sin vueltas y abrazándola por los hombros.

—Lo sé, tengo mis métodos para saber de las personas que me interesan bien.

Un sonido proveniente del móvil de Avalon les cortó la conversación y ella miró la pantalla. Tragó saliva con dificultad cuando vio quien era la persona que le había enviado un mensaje, Anthony.

—¿Quién es? —curioseó su hija.

—Tu padre, quiere que cenemos juntos.

—¿Se están viendo? —cuestionó intrigada.

—No, desde el primero de enero que no lo veo, ni tampoco nos enviamos mensajes, no entiendo para qué quiere cenar conmigo si lo nuestro terminó hace años atrás.

—Nunca es malo volver a intentarlo si la relación no terminó del todo mal entre ustedes —contestó Colin—. Quien te dice y retoman esa relación que se truncó.

—Yo no necesito de un hombre para que me mantenga.

—Eso está claro, pero no se necesita de alguien solamente para que te mantenga, Avalon. Piénsalo, si terminan juntos de nuevo, podemos armar un proyecto los tres.

—¿A qué te refieres? —Frunció el ceño sin entenderlo del todo.

—¿De qué hablas, Colin? —Lo miró su esposa.

—Esa chaqueta que me mostró hoy Autumn es perfecta para que se venda en ambas empresas de moda.

—¿La tuya y la de mi padre? —Abrió más los ojos.

—Así es, podríamos hacerles algunos cambios para que no sea idéntica a la marca, o dejarla tal cual y hacer un stock limitado y que aparezcan las tres marcas, como suelen trabajar en conjunto cada tanto las grandes marcas también.

Avalon, The Privilege y Allister, una triada —acotó pensativa Autumn—, me gusta.

—No solo podrías vender las chaquetas con el color original o con otros más, sino que podemos tomar tu logo para crear estampados.

—Nunca pensé en poner mis chaquetas a la venta y menos prendas con mi logo —admitió Avalon.

—Es momento para que lo pienses, suegra, pero sin presiones, esto puede ser una o dos veces al año como una novedad de las tres marcas juntas.

—Bueno, de ser así, lo pensaré, porque no quiero descuidar lo que tengo.

—De acuerdo, piénsalo y luego se lo dices a Autumn para que me lo diga.

—Está bien, gracias.

Los tres se saludaron y su hija le dijo que le respondiera que aceptaba cenar con él.

Mientras la pareja bajaba y se despedía con la mano de los demás, salieron de la cosmética y Colin la condujo hacia la dirección contraria.

—¿No vamos al coche?

—No, iremos a cenar y luego a —le susurró al oído lo que quería hacer con ella al tiempo que la joven enrojeció de vergüenza.

Cuando quedaron frente al hotel, Autumn se sorprendió.

—Este es el hotel donde pasamos la primera noche juntos.

—Me alegro de que la tengas presente porque reservé la misma habitación de aquella noche —le expresó con deseo—, vamos adentro.

—Sí, amor mío —le susurró ella también contra su boca.

La pareja entró y se dirigió al restaurante luego de que al hombre le entregara la recepcionista la tarjeta magnética y, después como le había dicho su marido, a rememorar aquella noche de pasión que habían compartido por primera vez.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora