• Parte 9

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Un día después Autumn había recibido el alta por insistencia propia y en decirle al médico que descansaría y trataría de continuar con una vida normal y tranquila.

Apenas llegaron al departamento ella se dirigió al dormitorio para descansar un rato, se quitó los zapatos, se desvistió quedándose solo con la tanga y se puso una bata de seda de color ladrillo. Salió del cuarto para ir a beber un poco de agua porque sentía la garganta seca y su voz aún no se escuchaba del todo bien.

Colin le preguntó si estaba bien y ella asintió con la cabeza intentando alejarse de él, una cosa era en el hospital y con los demás, y otra a solas, ni siquiera quiso que la duchara cuando él se ofreció a ayudarla por si se sentía mareada.

—Siento que me esquivas y no sé por qué razón —negó con la cabeza.

«No te esquivo» —le escribió.

—Pues lo siento así, estábamos bien hasta hace media hora atrás, ahora no sé porqué tienes esa actitud conmigo.

«No tengo ninguna actitud contigo, no estoy enojada, no siento nada. Sé que querías ayudarme cuando me iba a duchar, pero no quiero ponerte en el compromiso de bañarme».

—Me encantaría bañarte.

«Lo has hecho cuando tenía el esguince en la espalda».

—Pero eso solo fue enjabonarte la espalda.

«Me secaste y vestiste también».

—Me gustaría repetir todo eso incluyendo bañarte entera.

«Otro día» —escribió zanjando el tema.

—¿Por qué siento que me evitas porque crees que para mí es una molestia hacerte algo en estas circunstancias? Para mí no lo es, Autumn, no deberías pensar lo contrario.

La joven mujer solo lo escuchó y pasó por su lado, pero antes le acarició la mejilla.

—Si no me dejas bañarte, quiero darte masajes.

La chica lo miró y escribió de nuevo.

«Tú solo quieres verme desnuda».

—Eso también —rio y se acercó para darle un beso en los labios, pero ella le puse la mejilla—. Belleza, no seas así conmigo, no te pido sexo, solo quiero que estés bien y te relajes. Ya todo pasó, nadie más te hará daño —la observó a los ojos con atención.

«Siento que todo se acumuló de nuevo».

—No, nada de eso, todo está acomodado, Heather no te molesta y está rehaciendo su vida, y Summer está donde tendría que haber estado desde hacía tiempo, sin contar con que pronto irá a la cárcel.

«¿Y si nunca va porque tiene tratamiento prolongado o creen que no debe de ir?»

—Tu madre se encargará de que cumpla la condena que se merece, no lo va a tener tan fácil más si del lado de Avalon hay un comisario y te aseguro que tu madre está esperando el momento adecuado para ponerla en la cárcel por todo lo que te ha hecho.

«Quiero creerte, pero sigo teniendo miedo».

—Lo sé, sé que lo tienes, pero te doy mi palabra de que nunca más te lastimará, ni ella y tampoco alguien mandado por ella, ya no tiene ese poder que antes tenía —le contestó acariciando su mejilla.

Autumn lo abrazó por la cintura y se apretó contra él cuando sintió que los ojos le escocían de llanto, Colin la abrazó por los hombros y juntos caminaron hacia el dormitorio.

Mientras ella se acostó en la cama a pedido de su marido, él buscó en el baño una crema aromática. La chica trató de pronunciar palabras y si bien no podía articularlas del todo bien, se le escuchaba.

—¿Estás intentando hablar? —preguntó regresando a su lado.

—S-sí —la s salió con un hilo de voz.

—No te esfuerces si no puedes.

Autumn lo miró y quiso continuar hablando o poder hacerlo.

—No quiero escribir siempre —su voz era rasposa y se notaba lo difícil que se le hacía.

—No lo harás, pero es muy pronto para que hables como quieres, tienes una herida que se está cicatrizando y sanando por dentro —respondió con seriedad y le mostró el pote de crema—. Encontré esta, ¿te parece bien?

Ella asintió con la cabeza.

Le puso las almohadas en su espalda para que estuviera más cómoda y comenzó a masajearle los pies para continuar por las piernas y luego hacia los muslos. La mujer abrió los ojos cuando sintió lo que le estaba haciendo y puso la mano en la masculina para detenerlo.

—Relájate —le dijo, pero ella negó con la cabeza.

La chica tomó la tableta y escribió.

«Eso no es un masaje. Ibas a hacerme masajes».

—Esto es un estímulo, algo que necesitas también —movió el pulgar en círculos y ella apretó más las piernas—, ¿por qué te pones así? ¿No quieres?

«No».

—Si me dices el porqué, freno.

«¿Crees que puedo tener sexo con la sutura que tengo? Tampoco quiero ponerte en un compromiso porque siento que estás haciendo un esfuerzo que no es necesario y me pone mal que estés pendiente de mí».

—¿Te das cuenta de que, si Summer no hubiera ido hacia ti, bien me pudo haber hecho daño a mí? los papeles pudieron haberse cambiado y tú tenías que estar pendiente de mí. ¿Y qué habrías hecho ahí?

«Te ayudaba igual, aunque te enojaras conmigo, no me importaba si pasaban semanas para que recuperaras la voz o no la recuperaras nunca, porque te amo».

Colin leyó su confesión y él la miró para darle una contestación.

—En lo que me escribiste tienes mi respuesta también. No me importa cuanto tiempo pase para que te recuperes del todo, porque te amo y no voy a dejarte sola.

Él se inclinó a su rostro y la besó. Autumn dejó la tableta sobre la mesa de noche y lo tomó de las mejillas para besarlo con suavidad también. En susurros, la joven le dijo que no quería que la tocara porque no quería que por algún movimiento indebido se le abriera algún punto y él tomó la manta que estaba a los pies de la cama y acostó a su lado al tiempo que la abrazaba por la cintura.

Los dos se quedaron de aquella manera en silencio, escuchando la respiración del otro, oliendo a vainilla y a perfume masculino, Autumn acariciaba el pelo de su marido y le daba besos en la frente, se amaban demasiado y de algún modo estaban tranquilos y felices por saber que cada persona que conocían tenía lo que se merecía. Se quedaron dormidos sabiendo que, a partir del siguiente día, comenzaría su verdadera felicidad.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora