• Parte 3

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Avalon y las tres personas que la acompañaban se habían bajado del coche y miraban la fachada de la casa, el barrio era residencial y la casa no era tan grande como las demás que estaban en la cuadra.

—Qué bonita —comentó Autumn.

—Gracias, se las compré cuando comencé a tener dinero y no sabía dónde invertirlo —respondió su madre.

Los cuatro se acercaron a la puerta de entrada y la mujer tocó el timbre y sacó las llaves de su cartera.

—Mamá, papá, soy yo, Avalon —les avisó.

Una mujer de unos setenta y algo de años salió de la cocina y se acercó a su hija para saludarla.

—¿Quiénes son? —le preguntó y miró a cada uno, pero se quedó observando a la chica con suma atención.

—¿Dónde está papá?

—Se echó una siesta.

—De acuerdo, se lo diré luego a él. Será mejor que te sientes —le sugirió.

—Me estás asustando —le comentó con nervios.

—No pasa nada, tranquila. No te asustes porque no es nada malo, al contrario, es algo bueno, o quiero creer que para ti y papá lo será.

—¿Son conocidos tuyos?

—Sí.

—Siéntense, por favor.

A medida que la señora mayor hablaba no dejaba de mirar a Autumn, quien le llamaba la atención.

—Tienes un parecido a mi hija, no puedo dejar de mirarte por lo parecida que eres a ella.

—Mamá, ¿te acuerdas cuando les dije que me iba a Bellport porque mi amiga vivía ahí y necesitaba que le diera una mano en el trabajo?

—Sí, lo recuerdo muy bien, tengo setenta y dos, no soy una vieja decrépita —le golpeó el brazo con el repasador.

—Ya sé que no lo eres —rio por lo bajo—, bueno, fui por trabajo, pero no tenía ninguna amiga allí. ¿Recuerdas la cantidad de meses que estuve ahí?

—Un año, o poco más.

La mujer frunció el entrecejo porque estaba comenzando a atar los cabos sueltos entre lo que su hija le decía y la joven mujer que tenía un gran parecido a Avalon.

—¿Es mi nieta? —cuestionó la mujer sorprendida y confundida al mismo tiempo.

—¿Por qué crees que lo es?

—Me estás haciendo preguntas raras y tiene un gran parecido a ti. ¿Es o no mi nieta?

—Lo es.

—¿Por qué nunca nos dijiste que estabas embarazada? —protestó.

—Ay mamá, era adolescente y no teníamos tanto dinero, creí que diciéndoles que me iba por trabajo era la mejor solución para los tres.

—Debería darte una cachetada por lo que hiciste, pero me alegra saber que no cometiste una locura con la bebé, ¿cómo se encontraron? —Miró a su hija y luego a su nieta—, ven, siéntate a mi lado, por favor.

Autumn se puso de pie y se sentó al lado de la señora.

—La rebelde de tu madre tuvo sus razones para hacer lo que hizo, no quiero saber los detalles, lo importante ahora es que las dos se reencontraron, lamentablemente se perdieron varios años, pero se pueden tenerlos ahora que están juntas.

—Los cuatro podemos recuperar el tiempo perdido —contestó la chica con una sonrisa.

—Eres preciosa, me recuerdas mucho a Avalon cuando era joven, ¿cómo te llamas?

—Autumn.

—Hermoso también —le sonrió y clavó la vista en Anthony—, si estás aquí es porque tú eres el padre, ¿o me equivoco?

—No, no te equivocas, suegra —le dijo el hombre.

—¿Suegra? ¿Sales con mi hija?

—Sí.

—Espero que esta vez tengas la decencia de quedarte con ella, si mi hija te dio una segunda oportunidad, tendrás que aprovecharla y hacer bien el papel de pareja o marido, lo que sea.

—De marido, suegra, nos acabamos de casar —le mostró el anillo.

—Ya veo, apenas te divorciaste de una, te casaste con otra. He visto tantas noticias últimamente que ya ni sabía si creerlas o no, incluyendo la tuya con esta jovencita —confesó acariciándole la mejilla a Autumn luego de hablarle a su hija.

—Las noticias eran todas ciertas, pero debiste preguntármelo por teléfono o las veces que vine a visitarlos y no guardártelo. No te lo iba a negar, mamá —expresó.

—Y este buenmozo supongo que es el novio de mi nieta, ¿no?

—Marido, abuela. Se llama Colin y es mi marido.

—¿No estás celosa de saber que las chicas lo miran? —formuló.

—No, pueden mirar todo lo que quieran —se rio ante su propia respuesta.

—Sonó muy lindo cuando me has dicho abuela, llegó un tiempo en que creí que nunca iba a tener ese título —admitió la mujer con la voz solloza.

—Ahora lo tienes, mamá, tú y papá tienen el título de abuelos —le sonrió y le dio un beso en la mejilla.

—Déjame darte un abrazo —le pidió Olivia a su nieta.

La joven mujer se acercó más y la abrazó por los hombros mientras que la señora por la cintura.

Pocos minutos después, Terrence, el padre de Avalon se despertó de su siesta y de a poco le fueron contando la inesperada noticia, pero que la recibió alegría a pesar de que no fue tan emotivo como lo sintió su esposa.

Los padres de la dueña de la cosmética los invitaron a merendar para continuar charlando de las cosas que querían saber el uno del otro para afianzar más los lazos sanguíneos, sin dejar de lado los álbumes de fotos que le mostraron a Autumn, pero Colin y Anthony estaban bastante interesados en verlas también.

Otoño 1 y 2 - {Bilogía: Romance Otoñal}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora