UN ÚNICO ANHELO

34. Diversión.

Yuuji estaba fascinado por lo que veía, las pocas luces de las carpas iluminaban y deslumbraba la calle, había muchas personas disfrutando de aquello.

Satoru: Vamos a divertirnos.

Satoru lo llevo a un puesto de postres que les quedó cerca.

Satoru: Vamos a comer algo dulce, unos panqueques de frutos rojos.

Vendedora: Claro también tenemos galletas de vainilla recién horneadas.

Satoru: ¿Quieres comer galletas?

Yuuji: Está bien.

Satoru: Galletas de chocolate, vainilla y dos panqueques de frutos rojos.

Vendedora: Claro.

Cuando les entregaron sus postres Satoru le dió a probar a Yuuji.

Yuuji: ¿No son sucios?

Satoru: Claro que no están sucios.

Yuuji: Mi madre dice que la comida fuera de casa no es saludable, está sucia.

Satoru: No te ofendas Pero tienes una madre muy mentirosa, tienes que aprender más sobre esto.

Yuuji no se ofendió, al contrario Satoru tenía razón su madre solamente se preocupaba por la apariencia del clan sin importar nada.

Satoru: Allá hay lindas máscaras, vamos a verlas.

Tomó la mano de Yuuji y lo llevo con él.

Yuuji miró todas las máscaras que habían y observo que entre todas había una de su rostro y a un lado una del rostro de Sukuna.

Yuuji: Es mi cara y la de Sukuna.

Vendedor: Son creadas por honor al matrimonio que reinará muy pronto joven Yuuji Itadori.

Yuuji: Se lo agradezco.

Satoru: ¿Y no hay de mi?

Vendedor: Lo siento lider del Clan Gojo pero no hicimos de usted.

Satoru mostró molestia por ello.

Yuuji: Podemos comprar unas más artísticas.

Satoru: Claro para que nadie nos reconozca, eres un genio.

Compraron un par de máscaras bastante adornadas y se las pusieron, Yuuji al ver a Satoru con ella le pareció gracioso y rió.
Satoru se quedó plasmado ante aquella felicidad de Yuuji, le pareció hermoso verlo así.

Yuuji: Vamos a ver más.

Satoru: Claro.

Avanzaron hasta otra carpa donde varias personas disfrutaban del "tiro al blanco" tratando de ganar algún premio.

Satoru: ¿Conoces de esto?

Yuuji: Un poco, mi padre lo practicaba cuando yo era un niño.

Satoru: Inténtalo y gana algo para mí.

Yuuji: No creo poder atinarle.

Satoru: Y tampoco creías poder hablar en público y lo hiciste muy bien.

Yuuji miró a Satoru el cual expresaba su fé en él a pesar de tener aquella máscara.

Yuuji: Lo intentaré.

Tenía los tres dardos en la mano listo para comenzar a aventarlos, el primero cayó en pleno vuelo, el segundo no dió en el blanco, ahora solo le quedaba uno.

Yuuji: Esto es difícil.

Satoru: Tu puedes, imagina que le daras en el ojo a la persona que más odias, eso siempre funciona.