39.Un deber.

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Pasaron dos días, dos días donde Yuuji se la pasó en cama, debía estar en reposo hasta que se pudo poner de pie.
Yuta lo iba a visitar temprano para saber de su estado de salud, sus visitas animaron a Yuuji a querer mejorar.
Durante esos dos días no vió para nada a Sukuna y supuso que este andaría con sus amantes.

Se la pasaba muy tranquilo, no deseaba ver a Sukuna para nada, ahora más que nunca lo odiaba.

Esa mañana desayuno junto a Yuta.

Yuta: Es un alivio que ya puedas estar de pie.

Yuuji: Sí, pensé que tardaría más tiempo en recuperarme.

Yuta: Aunque las marcas en tu cara y moretones en tu cuerpo aún se notan mucho, no se que le diremos a Satoru cuando te las vea.

Yuuji: También me da miedo que me vea y como vaya a reaccionar.

Yuta: Ayer nos llegó una carta de él, está trabajando mucho para lograr concederte el divorcio.

Yuuji: Espero que lo ayuden en sus tierras.

Yuta: No te preocupes, Satoru es muy querido y admirado por todos, nadie dudará en ayudarlo.

Yuuji: Ya quiero que regrese.

Yuta: No te preocupes por él, tu concéntrate en mejorar te.

Yuuji: Si.

Al terminar el desayuno Yuta se marchó y Uraume se puso a recoger los platos de la mesa.

Uraume: Debe tomar su medicina joven Yuuji.

Yuuji: Si, está bien.

Uraume: Le mandé una carta al amo Sukuna sobre su mejora, va a estar presente aquí en la tarde.

Yuuji: ¿Porque le mandaste esa carta?
No era necesario.

Uraume: El amo Sukuna es su esposo y debe estar al tanto de su condición, es algo que no se me permite callar.

Yuuji: ¡Él fue el que me hizo esto! Yo no quiero verlo.

Uraume: Aquí también vive el amo, no puedes evitarlo.

Yuuji: Te lo conoces muy bien, sabes de lo que es capaz y aún así lo solapas y le sigues.

Uraume: Lo siento joven Yuuji, es mi trabajo.

Yuuji: Eso no lo justifica y el decirles a todos que tuve un accidente tampoco.

Uraume: Joven Yuuji, usted fue el que quiso casarse con él, tengo entendido que pudo evitarse todo esto, se caso con el amo y él no lo amaba por eso es así ¿no o lo cree?

Yuuji se quedó congelado, no esperaba que Uraume le hablara de esa manera.

Uraume: No estuvo bien lo que el amo hizo pero ahora es algo que usted debe afrontar.

Yuuji: Haz ganado mucha confianza, tu no tienes porque opinar a respecto.

Uraume: Cierto, iré a limpiar la habitación del amo para que este limpia cuando llegue.

Yuuji vio alejarse a Uraume.

.   .   .   .

Sukuna desayunaba, se había quedado en el palacio de su familia esos días.

Sra.Ryomen: ¿Cómo estás hijo?

Sukuna: Estoy bien madre.

Sra.Ryomen: Ay hijo mío, no se que voy a hacer contigo.

Sukuna: Te refieres a lo que pasó con Yuuji.

Sra.Ryomen: A eso me refiero, te dije que debías arreglar esa situación, no empeorarla.

UN ÚNICO ANHELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora