49. Último tacto.

131 23 3
                                    

Satoru miro con intriga a Yuuji.

Satoru: ¿Hablar?

Yuuji: Si, es muy importante.

Yuta: Yo iré a mi habitación a acomodar algunas cosas mientras ustedes hablan.

Yuuji: Gracias Yuta.

Satoru y Yuuji se sentaron en un sillón, uno cerca del otro.

Satoru: Te veo muy pensativo, muy serio ¿sucedió algo?

Yuuji: Si, paso algo muy delicado y Sukuna tuvo que ver en eso.

Satoru: ¿Ahora que hizo?

Yuuji: Yo pensaba que solo me estaba afectando a mi pero no, Sukuna esta sobrepasando los límites, no puedo permitir que se salga con la suya.

Satoru: Mi vida, te ves muy molesto.

Yuuji: Estoy muy molesto, Satoru.

Satoru: Tienes toda mi atención.

Yuuji: Tengamos un hijo.

Satoru se sorprendió, no esperaba esa decisión de Yuuji.

Yuuji: Quiero esperar a tu hijo y hacer creer a Sukuna que es suyo, necesito que me ayudes.

Satoru: Sabes que todo lo que necesites o quieras de mi, lo obtendrás.

Yuuji: ¿Sabes lo que debo hacer para que Sukuna me crea?

Satoru puso una cara de disgusto.

Satoru: No Yuuji, ya no estés con él.

Yuuji: El debe estar muy seguro que el hijo será de él y para eso debo tener relaciones con él, será la última vez.

Satoru: ¿No hay otra manera de convencerlo?

Yuuji: No, el ha de creer que estoy con alguien más, ya vez anoche no estuve aquí.

Satoru: ¿Donde estuviste?

Yuuji: Cuidando de un amigo.

Satoru: Esto que me dices es muy difícil de soportar para mi.

Yuuji lo tomó de las mejillas, lo acercó a su rostro y lo besó.
Satoru correspondió al beso, ambos se deseaban y se amaban tanto que tan solo con un beso los dos sentían una fuerte corriente invadir sus cuerpos.

Yuuji: Confía en mí, yo te prometo que después de esta vez, jamás volveré a estar con Sukuna.

Satoru: Cuando eso haya pasado, búscame a mí.

Yuuji: Claro, siempre me haces falta.

Satoru: Te amo tanto.

Yuuji: Ven, te quiero ayudar a acomodarte a tu habitación.

Satoru: Gracias.

.    .    .    .

Cuando la noche cayó, Sukuna había vuelto al palacio.

Tanto Yuta como Satoru ya se habían instalado en sus respectivas habitaciones y ahora se preparaban para cenar.

Sukuna: Entonces, ¿Dónde dices que pasaste la noche?

Yuuji: Estuve en casa de un amigo.

Sukuna: De repente ya tienes muchos amigos.

Yuuji: No, y creo que no deberíamos hablar de esto, nuestros invitados ya están por bajar.

Sukuna: Molestarte es lo único divertido aquí.

Yuuji: Cada día es más difícil soportarte.

Sukuna: No me interesa, además ya sabes lo que debes hacer para librarte de todo esto.

UN ÚNICO ANHELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora