Capítulo 22

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Azumi despertó, atada de pies a cabeza y también amordazada. Su visión borrosa recorría todo el lugar, intentando aclarar el espacio. Las personas no dejaban de preguntarle a Bakugo si quería unirse a ellos.

¡¿Katsuki?! ¡¿Qué hace aquí?!

Cuando su vista se aclaró por completo, los miró a todos haciendo sonidos con su boca cubierta.

—Hasta que despiertas, Azumi Takata —dijo una voz, llamando su atención. Azumi frunció el ceño, mirando al peliblanco. Algún parecido tenía con alguien que ya había visto, pero sus recuerdos eran muy malos.

—¿Azumi, estás bien? —le preguntó Bakugo, y ella asintió.

En las noticias estaba Aizawa, pero no pudo ver mucho porque apagaron el televisor.

—Pero qué extraño, ¿por qué critican tanto a los héroes? —comenzó a decir el peliblanco— solo lidiaron con las cosas un poco mal. Es porque su trabajo es proteger. Todos cometen uno o dos errores. Se supone que sean perfectos. Los héroes de hoy son demasiado estrictos, ¿no creen? Cuando reciben compensación por proteger a la gente, los héroes dejan de ser héroes. Eso es lo que estoy enseñando. El extraño sistema de transformar la vida de la gente en dinero, la sociedad que se apega a esas reglas en vez de alertarnos. Peleemos para preguntar qué es un héroe, qué es la justicia. ¿Esta sociedad de verdad es justa? Haremos que todos lo piensen y planeamos ganar. A ustedes también les gusta ganar, ¿no? Sobre todo a ti, Katsuki Bakugo.

Tocaron la puerta, pero nadie entró.

—Ya llegó. Llévensela.

—Pero qué rápido —dijo Twice, quien sin que nadie se lo pidiera fue a cargarla sobre su hombro de nuevo. Azumi se retorcía y hacía sonidos para que la soltara.

—¡Déjala, maldito! —gritaba Katsuki, enojado, pero fue ignorado.

Twice la sacó del lugar y la dejó en la habitación siguiente. La sentó cuidadosamente en el suelo, e incluso le acomodó el cabello y le limpió las lágrimas que se asomaban por sus ojos. Se fue y pronto otro hombre entró, pero todo estaba tan oscuro que Azumi no podía ver bien. Al menos hasta que el hombre encendió una vela que le iluminó el rostro. Azumi se volvió más blanca de lo que ya estaba, palideciendo por completo.

Kairi se puso de cuclillas frente a ella, su rostro reflejando una tranquilidad inquietante. Ella no entendía nada.

—Pequeña, si te quito eso, no vas a gritar, ¿o sí? —señaló la mordaza. Ella negó lentamente y Kairi se la quitó— supongo que sabes por qué estoy aquí —dijo, pero el estado de shock de Azumi era tanto que parecía que se le había comido la lengua el gato. Mi intención no era esta. No sabía que te atarían tan fuerte. Me disculpo en su nombre.

—¿Tú...? —dijo ella con voz temblorosa— ¿Eres un villano?

—Bingo.

—Por eso te sorprendiste tanto esa vez...

—Siendo sincero, no estaba enterado. Soy, pero no soy parte de la liga, pequeña. Quiero hacerte la misma propuesta que se hicieron a tu amiguito. Únete a nosotros.

Azumi lo ignoró por completo. En cambio, apartó la mirada, pensando.

—Vamos, mi niña, no me hagas preguntártelo de nuevo. Sé que no te interesa ser un héroe —continuó Kairi.

—Si eres un villano, ¿por qué trabajaste siempre en casa? ¿Estabas encubierto...?

—Hay una explicación lógica para eso. Se supone que debía matar a tus padres, pero naciste y mis planes cambiaron. Eso me trajo muchos problemas en ese entonces.

𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗢𝗝𝗔 ||Boku No Hero||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora