𝐏𝐀𝐑𝐀𝐃𝐎𝐉𝐀 | es una afirmación o situación que parece lógicamente incoherente y, sin embargo, tiene sentido.
En un mundo donde la mayoría de las personas poseen superpoderes llamados "Quirks", la prestigiosa Academia U.A. entrena a futuros hér...
Era una mañana tranquila en la mansión de los Takata. Los primeros rayos de sol iluminaban suavemente la habitación de Azumi, pero ella seguía profundamente dormida, abrazada a su almohada. Afuera, el canto de los pájaros anunciaba un nuevo día lleno de posibilidades, aunque Azumi parecía no tener prisa por enfrentarlo.
Sin embargo, en la entrada de la mansión, las amigas de Azumi, Ochaco, Tsuyu, Mina, Jirou, Toru y Momo, llegaban emocionadas. Habían planeado pasar el día en la piscina y no querían que Azumi se lo perdiera.
—¡Hola! —saludó Ochaco con una sonrisa a Kairi, que les abrió la puerta— ¿está Azumi lista? Hoy vamos a la piscina
Kairi sonrió, aunque un poco incómodo: —En realidad, Azumi aún está dormida. Pueden pasar a despertarla, si gustan.
—¡Perfecto! —dijo Mina entusiasmada— vamos, chicas.
Las chicas siguieron a Kairi por los amplios pasillos de la mansión, admirando la decoración elegante y los detalles exquisitos en cada rincón. Finalmente, llegaron a la habitación de Azumi. Kairi abrió la puerta suavemente y las dejó pasar.
Azumi dormía plácidamente, envuelta en sus cobijas. Las chicas se acercaron con cuidado, intentando no hacer ruido al principio, pero luego decidieron que un despertar suave no sería suficiente.
—¡Azumi! —exclamó Ochaco, dándole un pequeño empujón —¡despierta! Vamos a la piscina hoy, ¿lo recuerdas?
Azumi abrió un ojo lentamente, aún atrapada en el mundo de los sueños: —¿Eh? ¿Qué...? —murmuró, medio dormida.
—Vamos, Azumi, ¡es hora de levantarse! Tienes que arreglarte.
Azumi, todavía medio adormilada, se sentó en la cama y frotó sus ojos: —Oh... ¿la piscina? Lo olvidé...
De hecho no quería ir.
Mina rió y le pasó una bata: —Sí, la piscina. Vamos, arréglate.
Mientras Azumi se levantaba y se dirigía al baño para arreglarse, las chicas comenzaron a explorar la habitación.
—¡Vaya, Azumi! Tu habitación es increíble. —dijo Ochaco, mirando a su alrededor.
—Sí, es hermosa —añadió Tsuyu, tocando suavemente una de las cortinas de terciopelo.
Momo asintió, admirando la decoración con un ojo crítico: —Azumi y yo tenemos algo en común. Ambas venimos de familias adineradas. Aunque debo admitir que su estilo es más moderno que el mío. Yo admiro mucho a Azumi. Tiene una determinación y un enfoque increíbles, y ha logrado tanto. Además, su estilo y gusto son impecables.
—Es cierto. Azumi es una gran amiga y siempre es divertido estar con ella.
Azumi salió del baño ya más despierta, con su traje de baño bajo una túnica ligera: —¿De qué hablan? —preguntó, todavía tratando de sacudirse los últimos rastros de sueño.
—De lo increíble que eres. Y de lo hermosa que es tu habitación. Ahora vámonos antes de que perdamos más tiempo.
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