𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗢𝗝𝗔 ||Boku No Hero||

Capítulo 21

Después de una cena satisfactoria, la clase 1-A decidió jugar un juego para relajarse. Azumi se encontró emparejada con Izuku para el juego, y todo parecía tranquilo y divertido hasta que llegaron noticias inquietantes: unos villanos estaban en la zona.

Izuku, siempre alerta y consciente de los peligros, se dirigió a Azumi con urgencia.

—Azumi, Kota está en peligro. Tenemos que ir a buscarlo.

Ambos se dirigieron rápidamente a la montaña donde se encontraba el niño. Al llegar, Izuku miró a Azumi con seriedad.

—Azumi, lleva a Kota a un lugar seguro. Yo me encargaré del villano.

Azumi frunció el ceño, queriendo quedarse para luchar, pero asintió finalmente.

—Está bien. Pero ten cuidado —dijo mientras tomaba a Kota en sus brazos.

Mientras Azumi cargaba al niño hacia un lugar seguro, él comenzó a llorar.

—Azumi, ¿el estará bien? Yo lo golpeé cuando lo conocí, pero aún así está herido por salvarme. Ni siquiera le dije gracias ni perdón.

Azumi le acarició la cabeza para consolarlo.

—Tranquilo. Él siempre hace eso. Cuando esto acabe, dile lo que sientes.

Dejó a Kota con el profesor Vlad y volvió a adentrarse en el bosque. Mientras lo hacía, escuchó una voz telepática de una de las Pussycats, diciendo que los villanos buscaban a Kacchan.

Se dirigió rápidamente hacia un fuego azul que llamó su atención.

El fuego la atraía de una manera extraña, pero sabía que debía ser cautelosa. Sin sus cartas, té y reloj, solo tenía su teletransportación y fuerza física para defenderse. Al acercarse al origen del fuego, quedó sorprendida al ver a la persona que salió de detrás de un árbol: un pelinegro con heridas.

—Tú eres... —comenzó a decir, intentando recordar.

—Tiempo sin verte, muñeca —dijo él, con una sonrisa siniestra.

Azumi se lanzó hacia él, lista para atacar, pero fue golpeada fuertemente en la cabeza, cayendo al suelo inconsciente.

—¡Qué heroína tan bonita! ¡Creo que me enamoré! —exclamó el enmascarado, levantándola.

—Ella no es una heroína, Twice.

—¿Entonces qué es, Dabi? —preguntó Twice, cargándola sobre su hombro— ¿un pedazo pan?

—Obvio no.

—Mr. Compress ya cumplió con su objetivo. Le tomó mucho tiempo, me dio sueño.

—No digas eso. Lo hizo bien.

—Lo hicimos mejor nosotros. Pensé que obtener a Azumi sería más difícil.

—Somos afortunados. Ella no tenía sus objetos a la mano.

—Eso es cierto. Fuimos bendecidos. Y ahora estoy cargando a una diosa. ¡Me siento afortunado! —exclamó Twice, mientras se alejaban con Azumi en sus brazos.

El bosque quedó en silencio, con solo el eco de las palabras de los villanos resonando en el aire, mientras el fuego azul seguía ardiendo en la oscuridad de la noche.

—¡Una nueva amiga! —dijo Toga emocionada, dando saltitos mientras tocaba el rostro de Azumi con sus dedos fríos y afilados— es tan bonita... ¿Cómo sabrá su sangre?

Toga, con su característica fascinación por la sangre, sacó un pequeño cuchillo y lo acercó al brazo de Azumi, lista para cortarla. Pero antes de que pudiera hacerlo, Dabi la detuvo, sujetando su muñeca firmemente.

—No le hagas nada, Toga —dijo Dabi con una voz grave y autoritaria.

Toga se detuvo y miró a Dabi con una mezcla de sorpresa y decepción.

—Pero Dabi, solo quiero probar un poco...

Dabi frunció el ceño, sin soltar su agarre.

—No. La necesitamos intacta.

Toga hizo un puchero, pero finalmente guardó su cuchillo, aunque no pudo evitar mirar a Azumi con ansias. Mientras tanto, Twice y los otros villanos observaban la interacción.

—Así que, ¿qué hacemos con ella ahora? —preguntó Twice, balanceando a Azumi en su hombro como si fuera un saco de papas.

—La llevamos a la base. Shigaraki querrá hablar con ella —respondió Dabi, soltando finalmente a Toga.

Shoto, Shoji e Izuku llegaron a la escena justo a tiempo para ver cómo los villanos se llevaban a Bakugo y Azumi. La desesperación se apoderó de ellos cuando vieron a Dabi dar órdenes a Twice.

—¡Llévala primero! —gritó Dabi, mientras el portal se abría ante ellos.

Twice, con Azumi inconsciente sobre su hombro, desapareció en el portal sin titubear. Dabi siguió detrás, con Bakugo siendo arrastrado hacia el mismo destino. Los chicos intentaron avanzar, pero el portal se cerró justo antes de que pudieran alcanzarlos.

Shoto cayó de rodillas, su mente en un torbellino de emociones. La impotencia y el dolor se reflejaban en su rostro mientras sus manos temblaban de rabia y frustración.

—¡No... no puede ser! —murmuró, su voz quebrada.

Izuku y Shoji se acercaron a él, con miradas de preocupación y tristeza. La escena era devastadora: sus amigos habían sido capturados, y no pudieron hacer nada para detenerlo.

—Shoto, tenemos que calmarnos —dijo Mezo, intentando mantener la compostura— no hemos terminado. Todavía podemos salvarlos.

Pero Shoto apenas podía escuchar las palabras de Izuku. Su mente estaba atrapada en la imagen de Azumi, llevada como un trofeo por los villanos. Sentía una conexión profunda con ella, una mezcla de admiración y un sentimiento más intenso que aún no había reconocido completamente.

—Azumi... —susurró, su voz llena de dolor— no debí dejar que esto pasara. No a ella...

Shoji puso una mano en el hombro de Shoto, intentando ofrecerle algo de consuelo.

—Hicimos lo que pudimos, Shoto. Pero no podemos rendirnos ahora. Necesitamos reagruparnos y pensar en nuestro próximo movimiento.

Shoto apretó los puños, tratando de encontrar fuerza en las palabras de sus compañeros. Sabía que tenían razón, pero el sentimiento de haber fallado a Azumi lo consumía por dentro. Se levantó, decidido a no dejar que la desesperación lo venciera.

—Tienes razón, Shoji. No podemos rendirnos. Vamos a traerlos de vuelta. A ambos.

Mientras se dirigían de regreso, Shoto no podía dejar de pensar en Azumi. La promesa de salvarla y protegerla se convirtió en su motivación principal. No importaba cuánto tiempo tomara o cuántas dificultades enfrentaran; estaba decidido a encontrarla y asegurarse de que estuviera a salvo.