𝐏𝐀𝐑𝐀𝐃𝐎𝐉𝐀 | es una afirmación o situación que parece lógicamente incoherente y, sin embargo, tiene sentido.
En un mundo donde la mayoría de las personas poseen superpoderes llamados "Quirks", la prestigiosa Academia U.A. entrena a futuros hér...
Azumi estaba sentada en la cama, viendo las noticias desde su teléfono.
La habitación de Chisaki no tenía televisor porque él se mantenía ocupado con la creación de las balas, y su único medio de entretenimiento era tener relaciones con la menor. En este momento, él estaba concentrado en las balas, y ella veía las noticias.
Los tres mejores héroes estaban dando una conferencia, intentando explicar los sucesos.
—En cuanto a Twice, Jin Bubaigawara. Consideré que no tenía otra opción. Si hubiera activado su don, los daños serían mucho mayores de lo que son. No pude hacer que pagara por sus crímenes —decía Hawks en la pantalla.
La rabia que sentía Azumi creció hasta un punto insostenible. Arrojó su teléfono contra la pared con tanta fuerza que se rompió en pedazos. Pero eso no la calmó; seguía gritando, la garganta le ardía, pero no le importaba. Su voz resonaba en la pequeña habitación, llena de frustración y dolor.
Chisaki levantó la vista de su trabajo, alarmado por los gritos, dejando las herramientas a un lado y acercándose a ella.
—¡Ese maldito de Hawks! ¡Cómo se atreve a decir eso! —gritó, su voz temblando de ira. Las lágrimas comenzaban a llenar sus ojos— ¡Jin no merecía morir así! ¡No fue justo! ¡Él no es un criminal, es... era... mi amigo!
Chisaki la miró con preocupación, sabiendo que no había nada que pudiera decir para aliviar su dolor.
—Lo siento, cariño. Sé que es difícil, pero no puedes dejar que esto te destruya.
—¡No entiendes! —gritó, su voz quebrándose— ¡nada de esto tenía que haber pasado! ¡si Tomura hubiera hecho su trabajo, si los héroes no fueran tan... tan...! —no pudo encontrar las palabras adecuadas. Su rabia la estaba consumiendo.
Chisaki la tomó de los hombros, obligándola a mirarlo.
—Azumi, por favor, cálmate. Sé que estás herida, pero no puedes dejar que esto te destruya. Tienes que ser fuerte, por ti misma y por Jin.
Azumi dejó caer su cabeza, sus sollozos sacudiendo su cuerpo.
—Lo extraño tanto, Chisaki. Jin era... era tan bueno conmigo.
—Lo sé. Pero ahora tienes que seguir adelante. Tienes una misión, y él no querría verte así.
Azumi asintió, pero no podía dejar de llorar. Su dolor era palpable, y su odio hacia los héroes crecía con cada palabra que recordaba de la conferencia de prensa. No podía aceptar que Jin hubiera muerto, y mucho menos las palabras de Hawks que intentaban justificarlo.
—Voy a hacer que paguen, todos ellos —murmuró, su voz apenas audible pero llena de determinación.
Chisaki no dijo nada. Sabía que las palabras no serían suficientes para calmar su dolor, y que lo único que podía hacer era estar ahí para ella, apoyándola en lo que pudiera. Mientras la abrazaba, sintió el peso de su tristeza y su odio, y supo que esto solo era el comienzo de algo mucho más grande y más peligroso.
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