Capítulo 61

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El hielo la rodeó en cuestión de segundos. Azumi abrió los ojos al sentir el frío y buscó al dueño del quirk.

Un muchacho de pelo blanco y abrigo azul venía hacia ella con la clara intención de matarla.

Cierto, ella estaba ahí como heroína, pero quería tanto deshacerse de ese traje y que se la tragara la tierra, dejándola en una isla desolada donde los quirks no existieran.

El muchacho se acercaba peligrosamente, con una expresión de determinación. Azumi se preparó para lo peor, pero en el último momento, una ráfaga de fuego apareció entre ellos, alejando al chico.

Dabi había llegado.

— ¿Qué demonios estás haciendo? —gritó, interponiéndose entre Azumi y el muchacho.

Azumi apenas tuvo tiempo de procesar lo que estaba ocurriendo cuando Dabi la levantó en brazos, cargándola como una princesa. A pesar del calor del fuego, Azumi seguía temblando.

—Dabi... —susurró, su voz temblorosa y débil.

—Tranquila, princesa. Te sacaré de aquí —respondió con una firmeza inusual en su voz, protegiéndola con su calor.

El muchacho de pelo blanco trató de atacar de nuevo, pero Dabi lo detuvo con una mirada de puro desprecio.

—Vete a jugar con tus muñequitos de hielo a otro lado, niño —dijo, lanzando otra ráfaga de fuego para mantenerlo a raya.

Azumi, aun en los brazos de Dabi, dejó escapar un suspiro. A pesar de su confusión y dolor, se sentía algo más segura con Dabi ahí, protegiéndola.

—Gracias... —logró decir, apoyando la cabeza en su pecho.

—No me agradezcas aún. Tenemos que salir de aquí primero —respondió, mirando a su alrededor, buscando una ruta de escape segura.

Con cuidado pero sin detenerse, Dabi se movió a través del caos, protegiendo a Azumi de cualquier amenaza en su estado de debilidad. Mientras avanzaban, la tensión en su cuerpo empezó a disminuir ligeramente. Aunque el peligro seguía presente, en ese momento, se permitió un pequeño respiro.

—Sabes, deberías tener más cuidado —dijo, tratando de aliviar la tensión con su tono sarcástico habitual— no siempre estaré ahí para salvarte, ¿sabes?

—No quiero cuidarme ahora... Debí cuidar a Jin.

—Era un adulto, no es tu responsabilidad.

—De todos modos me siento...

—Culpable. Eso no fue culpa tuya, preciosa.

Dabi la dejó en un lugar relativamente seguro y luego se fue a unirse a los villanos, donde Shigaraki, que ya había despertado, lideraba la batalla en Jaku

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Dabi la dejó en un lugar relativamente seguro y luego se fue a unirse a los villanos, donde Shigaraki, que ya había despertado, lideraba la batalla en Jaku. Azumi se quedó sola, abrazando sus piernas y dejando que el peso de la situación la abrumara más.

—Mierda, Kairi me matará —susurró para sí misma, sintiendo un nudo en el estómago.

Sabía cuánto significaba Twice para Kairi y cómo su muerte sería una herida que él jamás perdonaría. Nunca antes había experimentado una mezcla tan amarga de culpa y desesperación.

Su mente la llevó de regreso a su infancia, a los momentos en que se sentía más vulnerable, cuando era violentada por su madre. Pero hoy, el dolor y la culpa eran de un nivel completamente nuevo.

Cada vez que un héroe se acercaba para auxiliarla, una copia ilusoria de Azumi aparecía, defendiéndose y matándolos antes de que pudieran acercarse demasiado. Las ilusiones eran tan reales que los héroes no podían distinguir la diferencia, lo que le daba a Azumi tiempo para procesar su angustia y planear su próximo movimiento.

—Espero que Tomura cumpla con su objetivo —dijo con los ojos llenos de lágrimas— no aguanto más.

Los sonidos de la batalla continuaban a su alrededor, pero Azumi se sentía atrapada en un mundo propio, aislada por su propio dolor y desesperación. Cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro de Twice y el peso de su responsabilidad se hacía más insoportable.

—Es todo culpa mía —susurró, su voz temblando— Kairi... ¿cómo voy a enfrentarlo?

Los minutos pasaban lentamente, y aunque su cuerpo temblaba de dolor y agotamiento, su mente seguía en alerta máxima. Cada vez que oía un sonido cercano, sus músculos se tensaban, preparándose para la posibilidad de otro ataque. Sin embargo, los héroes que se acercaban no tenían ninguna oportunidad contra sus ilusiones.

—Tengo que ser fuerte —dijo para sí misma, tratando de convencerse— no puedo dejar que esto me derrote. No ahora.

En medio de su desesperación, Azumi comenzó a planear su próxima jugada. Sabía que no podía quedarse allí indefinidamente, y que eventualmente tendría que enfrentarse a Kairi y aceptar las consecuencias de lo que había ocurrido.

Pero por ahora, solo podía esperar y desear que Shigaraki y los otros villanos lograran su objetivo.

—Vamos, levántate —se dijo, luchando contra el dolor y el agotamiento mental— no puedes rendirte ahora.

Finalmente, la batalla en el exterior pareció disminuir, aunque los ecos de la lucha todavía resonaban en la distancia. Azumi, aún abrazando sus piernas, levantó la cabeza y miró hacia el cielo. La nube de polvo y humo que cubría el horizonte le recordaba que la guerra estaba lejos de terminar, y que su papel en todo esto aún no había concluido.

—Solo un poco más —se dijo a sí misma, respirando profundamente y preparándose para lo que vendría— solo un poco más y todo esto habrá valido la pena.

𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗢𝗝𝗔 ||Boku No Hero||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora