Capítulo 24

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Azumi estaba entrenando en el patio trasero, bajo el ardiente sol del mediodía. Su madre había insistido en que el entrenamiento fuera más riguroso, y los sirvientes, fieles a sus órdenes, no escatimaban esfuerzos para cumplir con sus expectativas. Azumi, agotada y al borde de sus límites físicos, seguía empujándose más allá de lo que su cuerpo podía soportar. Finalmente, sus piernas cedieron y se desplomó en el suelo, inconsciente.

Los sirvientes se acercaron rápidamente, ya acostumbrados a estas situaciones. No era la primera vez que Azumi se desmayaba durante el entrenamiento, y tenían un protocolo establecido para estos casos. La llevaron a un área sombreada y empezaron a aplicarle primeros auxilios con calma y eficiencia.

Mientras tanto, Aoi llegaba al patio con una sonrisa hipócrita, seguida de Aizawa y All Might. Los dos héroes habían venido a verificar el estado de Azumi tras el reciente incidente con los villanos. Aoi, siempre dispuesta a mantener las apariencias, adoptó una expresión de preocupación teatral al ver a su hija desmayada.

—¿Qué le ha pasado a mi hija? —preguntó, con un tono que pretendía ser alarmado.

Uno de los sirvientes se adelantó, respetuoso pero honesto: —Se desmayó del cansancio, señora. Usted nos pidió que fuéramos más duros con su entrenamiento.

Aoi levantó una ceja, su sonrisa hipócrita intacta: —¿Yo dije eso? Qué absurdo. Azumi fue quien decidió aumentar la intensidad de su entrenamiento. Es su decisión, no la mía —respondió, soltando una risita que delataba su mentira.

Aizawa y All Might intercambiaron miradas, ligeramente escépticos pero sin intervenir. Estaban allí para asegurarse de que Azumi estaba a salvo y para hablar de los dormitorios, no para cuestionar la dinámica familiar.

—Llévenla a la sala cuando despierte —ordenó con una sonrisa, antes de girarse hacia los héroes— vamos a la sala. Tenemos mucho de qué hablar.

Con Azumi aún inconsciente, los sirvientes se aseguraron de que estuviera cómoda y le aplicaron compresas frías para reducir el calor de su cuerpo. Sabían que despertar exhausta y desorientada era una experiencia común para ella, y querían hacer todo lo posible para suavizar el impacto.

Aoi, mientras tanto, guió a Aizawa y All Might hacia la sala de estar de la casa. Se sentó con gracia en uno de los sofás, su sonrisa falsa aún en su rostro.

—Lamento que hayan tenido que ver eso —dijo, con una voz que destilaba una preocupación fingida— Azumi a veces es demasiado ambiciosa para su propio bien. Insiste en entrenar más duro de lo que debería.

Aizawa la miró con sus ojos severos, tratando de evaluar la situación: —Nosotros entendemos la importancia del entrenamiento, señora Takata, pero es crucial no sobrecargar a los estudiantes. Especialmente después de una experiencia traumática como la que ha vivido Azumi.

All Might, en su forma delgada y frágil, asintió enérgicamente: —Los jóvenes héroes deben aprender a equilibrar su entrenamiento con su bienestar. Es una lección crucial.

Aoi asintió, fingiendo preocupación: —Por supuesto, tienen toda la razón. Estaré más atenta a su estado de ahora en adelante.

En el patio trasero, Azumi comenzó a recuperar la conciencia. Abrió los ojos lentamente, sintiendo el frío de las compresas en su frente y el murmullo de los sirvientes a su alrededor.

—Despierta despacio, Azumi —dijo uno de los sirvientes con voz suave— estás en casa, estás a salvo.

Azumi se sentó lentamente, su cuerpo aún tembloroso por el esfuerzo. Miró a su alrededor, reconociendo el familiar entorno del patio trasero y a los sirvientes que la rodeaban.

—Tu madre ha pedido que te llevemos a la sala cuando despiertes —informó otro sirviente, ayudándola a ponerse de pie.

Con un suspiro resignado, Azumi se dejó guiar hacia la casa. Quien sabe que quería esa bruja ya.

Al entrar en la sala, vio a su madre charlando con Aizawa y All Might. Aoi se levantó al verla entrar, su sonrisa todavía en su lugar.

—Azumi, querida, ¿cómo te sientes? —preguntó con fingida amabilidad.

—Estoy bien.

Azumi miró a sus profesores e hizo una reverencia, pero se estremeció y Aizawa se levantó rápidamente para sostenerla antes de que cayera.

—Espero que esto te enseñe a no excederte en tu entrenamiento —dijo Aoi, sin perder la oportunidad de reprenderla frente a los héroes— tienes que aprender a conocer tus límites —se levantó y tomó a su hija de los hombros para sentarla a su lado, apartandola así de Shota.

Azumi asintió, sabiendo que cualquier respuesta sería inútil. Sentía la mirada de Aizawa y All Might sobre ella, pero sabía que no podían hacer mucho por cambiar su situación. Solo podía esperar a que la visita terminara y pudiera retirarse a su habitación para descansar verdaderamente. Sin embargo, los héroes no habían terminado su visita.

Aizawa miró a Azumi con una mezcla de preocupación y determinación. All Might, aunque en su forma delgada y frágil, también se veía serio.

—Señora Takata, hay un tema importante que queremos discutir con usted —comenzó Aizawa, su voz firme pero respetuosa— debido a los recientes eventos y al peligro que enfrentaron Azumi y Katsuki, creemos que sería mejor que Azumi se mudara a los dormitorios de la U.A High School.

—¿Los dormitorios? ¿Para qué?

—Para su seguridad y bienestar —explicó All Might— queremos asegurarnos de que Azumi esté en un ambiente donde podamos protegerla mejor y donde tenga acceso a entrenamiento adecuado y supervisado.

Aoi escuchó atentamente, su rostro mostrando una expresión pensativa. Luego, su rostro se iluminó con una sonrisa calculada, ocultando sus verdaderos sentimientos.

—Bueno, si eso significa que Azumi puede volverse más fuerte, entonces estoy completamente de acuerdo. De hecho, creo que sería lo mejor para ella. Siempre hemos querido que Azumi sea tan fuerte como nosotros, y esta es una excelente oportunidad para que lo logre.

Azumi sintió un nudo en el estómago. Sabía que su madre no estaba pensando en su bienestar emocional, sino en su potencial como futura heroína. Aoi siempre había sido exigente, esperando que Azumi alcanzara un nivel de perfección que parecía inalcanzable. Sin embargo, la perspectiva de mudarse a los dormitorios de la U.A High School le daba un rayo de esperanza. Tal vez allí podría encontrar un poco de la paz.

—Entiendo que la decisión pueda parecer repentina, pero creemos que es lo mejor para todos los estudiantes involucrados. Los dormitorios están diseñados para ser seguros y proporcionan un ambiente controlado donde los estudiantes pueden enfocarse en su desarrollo sin distracciones externas.

—Además, creemos que Azumi se beneficiará enormemente de estar rodeada de sus compañeros y de tener acceso a entrenadores y mentores que puedan guiarla adecuadamente.

—Perfecto. Si eso significa que Azumi se volverá más fuerte y estará mejor preparada para enfrentar cualquier desafío, entonces no tengo ninguna objeción. De hecho, creo que debería mudarse lo antes posible.

Azumi sintió un alivio.

Primera vez que haces algo bueno.

—Gracias, madre.

Aoi asintió, todavia sonriendo: —Espero grandes cosas de ti, Azumi. No me decepciones.

Aizawa y All Might intercambiaron una mirada. Habían logrado obtener el permiso necesario, y ahora podían asegurarse de que Azumi estuviera en un lugar donde pudieran cuidarla adecuadamente.

—Nos aseguraremos de que Azumi esté bien cuidada y de que reciba el entrenamiento que debe —dijo Aizawa, mirando a Aoi directamente a los ojos.

—Confío en ustedes, héroes. Espero ver resultados.

La adolescente sonrió, sonrió de verdad y con mucha gratitud, susurrando un gracias que no fue audible para nadie, pero que sus maestros pudieron ver claramente.

𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗢𝗝𝗔 ||Boku No Hero||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora