𝐏𝐀𝐑𝐀𝐃𝐎𝐉𝐀 | es una afirmación o situación que parece lógicamente incoherente y, sin embargo, tiene sentido.
En un mundo donde la mayoría de las personas poseen superpoderes llamados "Quirks", la prestigiosa Academia U.A. entrena a futuros hér...
Azumi y Momo decidieron explorar el laberinto que había creado la clase C. El ambiente era oscuro y misterioso, con pasillos estrechos y giros inesperados que mantenían a ambos en alerta. A pesar de la tensión, había una emoción palpable en el aire, como si el laberinto mismo estuviera vivo con la energía del festival.
La chaqueta de Sero le daba a Azumi una apariencia curiosamente encantadora y la hacía destacar de una manera diferente, pero igualmente encantadora.
Mientras avanzaban, los dos se encontraron con varias trampas y sustos planeados por la clase C. Sin embargo, el momento más memorable fue cuando llegaron a una sección del laberinto donde Shinso estaba colgando del techo, cubierto de sangre falsa. Momo dio un pequeño grito y retrocedió asustada, pero Azumi no pudo contener la risa.
Azumi, aún riéndose, miró a Shinso y notó que él también se estaba sonrojando un poco. La escena era tan absurda y divertida para ella que no podía dejar de reír.
—Shinso, luces fantástico —bromeó, acercándose un poco más para examinar la falsa sangre.
Shinso, todavía colgando, trató de mantener la compostura, aunque la risa de Azumi y su comentario le hicieron sonrojarse aún más.
Después de ese divertido encuentro, Azumi y Momo continuaron su recorrido por el laberinto, encontrando más sustos y trampas que las hicieron reír y gritar en igual medida. La experiencia fue divertida y ambos disfrutaron del ingenio y el esfuerzo que la clase C había puesto en su creación.
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Azumi había ganado el certamen, y la clase A estaba eufórica. Por una vez, todos pensaban que Denki había tenido una excelente idea al inscribirla a escondidas. El festival de la U.A había terminado, y la emoción aún se sentía en el aire. Afuera, Azumi estaba escuchando a Eri contar lo maravilloso que había sido todo.
—Fue genial —decía Eri con una sonrisa amplia, sus ojos brillando de emoción.
Azumi le sonrió de vuelta, acariciando suavemente su mejilla: —Te lo prometí, ¿no? Sabía que sería divertido para ti.
Junto a ellas estaban Aizawa y Snipe, observando la escena. Aizawa notaba la amabilidad con la que Azumi trataba a Eri. Recordaba cómo Azumi había sido muy callada al principio, pero ahora parecía diferente, más abierta y comunicativa. Creía que la clase A había tenido un impacto positivo en ella, ayudándola a salir de su caparazón.
Azumi dejó de acariciar el rostro de Eri cuando vio a dos figuras acercarse desde la distancia. Eran sus padres. Su expresión se endureció y suspiró, apartándose de la niña. Aizawa notó el cambio en su actitud y miró en la dirección de sus padres.
—Hija —saludó su padre con una sonrisa, tratando de ocultar la tensión en el ambiente.
—Hola, papá —respondió Azumi con una voz neutra, manteniendo una expresión controlada.
Su madre, por otro lado, tenía una mirada severa: —Te metimos a la U.A para que seas una heroina, no para que participes en tontos conciertos y estúpidas cosas de belleza.
Azumi apretó los dientes, resistiendo el impulso de responder de manera sarcástica.
—Fue una actividad obligatoria, no pude hacer nada al respecto, además el concierto no estuvo mal y le colaboré a mis compañeros.
—No me importa, Azumi.
Eri, notando la tensión, se refugió más cerca de Aizawa. Shota observaba en silencio, evaluando la dinámica entre Azumi y sus padres. La situación era claramente incómoda, y la relación entre Azumi y Aoi parecía particularmente tensa.
