Regresar al trabajo se siente extraño, especialmente porque ya no soy el jefe.
Pero sigo siendo el hijo de la jefa, y las personas definitivamente lo notan, lo que me pode en una posición incomoda como en nuevo director de contabilidad. Tengo que admitir que me siento algo inquieto, después de todo me habria conformado con ser uno de los contadores de planta, pero mientras termino de poner las fotos de mis hijos en el escritorio, no puedo evitar sentirme algo nostalgico.
Hace varios años no habria siquiera considerado la posibilidad de tener lo que tengo ahora, dos hijos, una hermosa mujer que me ama...Un trabajo legal. Tal vez no es la vida que habia imaginado cuando era más pequeño, definitivamente no soy jugador profesional ni mucho menos, pero soy...feliz.
Es cerca de la hora del almuerzo cuando mamá entra a la oficina, como siempre, la mujer viste trajes de dos piezas con tacones que podrian quebrarle el cuello a cualquiera.
— Hey ¿Qué tal tu primer día? — Pregunta, dejandose caer en la silla frente a mi.
— No esperaba estar de regreso tan pronto — Admito, cruzandome de brazos — Pero supongo te acostumbras, ahora que soy padre de familia y todo eso — Añado, haciendola sonreir, tengo que admitir que no he visto a mamá así de contenta en años
— Mis muchachos se han crecido — Dice haciendo un puchero — Los quintillizos ayer estaban discutiendo su regalo de cumpleaños, y ya están intentando convencernos de darles un auto, no puedo creer que ha pasado tanto tiempo como para que puedan tener uno.
— Se siente como hace una eterninad — Murmuro, pasando una mano por mi rostro antes de centrar de nuevo la atención en mi madre — ¿Que hay de ti? ¿Max...?
Mamá sonríe de esa forma gentil pero triste a la que tango me he acostumbrado
— Tu hermana ha mejorado, pero creo que aún le cuesta un poco...ya sabes, admitir lo que pasó — Explica con tristeza — Quiere entrar a la escuela de leyes.
Levanto ambas cejas, curioso
— ¿Qué hay del ballet? ¿Piensa dejarlo de forma defintiva? — Pregunto, mamá se encoge de hombros
— Lo que sea que la haga feliz, lo aceptaré, finalmete tengo a mi niña de vuelta — Asegura, antes de mirarme con ojo critico — ¿Y que hay de ti? ¿Como van las cosas con Anna? Escuché sobre el asunto de...Scott.
— ¿Sabes de Constantine? — Pregunto con sorpresa, mamá me da una sonrisa que indica que no debo subestimarla.
— Hijo, yo estuve allí la noche que tu tía tuvo al bebé — Me recuerda — Alenna confía en mi, sé más de la historia de esos dos que el mismo Lucas.
Supongo que tiene sentido, la tía Alenna realmente es bastante amiga de mi madre.
— Entonces...¿Sabes que Anna es tía de Scotty...el hijo de mi tía? — Arrugo la nariz, porque el concepto aún es extraño, Scott es mi primo y es sobrino de Anna.
Mamá rie entre dientes pero asiente.
— Si, pero estoy más intrigada en como tu tomaste la noticia de Scott estándo detrás de todo...el asunto con Aurora y Patrick — Dice lentamente.
Tomo una respiración profunda, luego de que Anna y Scott hubieran tenido una conversación privada, yo no habia estado más de cinco minutos sin sentirme ansioso, pero cuando intenté ingresar nuevamente a la habitación, esta se había bloqueado y yo ne habia sentido al borde del colapso. El hijo de puta había puesto un cronometro en el sistema de seguridad. Dejandolo a solas con Anna por una hora.
También había hecho un par de juegos con mi cuenta bancaria, y dejado un par de "regalos" en mi auto, siendo uno de ellos la cabeza de Patrick.
En cuanto a Bruno, no había escuchado nada hasta hace unos días cuando le dejó a Anna su herencia, lo que probablemente había tomado a la fuerza, ya que al parecer Bruno le habia arrebatado a los hermanos todas su propiedades cuando eran niños.
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Maldito Corazón - A Hoffman Story
RomanceSegunda parte de Maldita Obsesión. Dos años desde que su vida entera había cambiado por completo. Dos años desde que la mujer que había arruinado su vida le había dejado una ultima herida, y dos años sin Anna. Luego de un año entero de terapia y fi...