38. Anna

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El cambio de dos a cuatro niños es realmente más duro de lo que parece. 

Aaron está tomando las cosas más a pecho que Aurora, lo que es una sorpresa, pero mi niña está completamente encantada con sus hermanas, queriendo hacer parte de cada momento, y asegurandose de que estoy cómoda en todo momento, estpa contenta y eso me hace relajarme un poco, a pesar de que los asuntos del secuestro ella simplemente había dicho "Papi me cuida" Lo que había hecho que Marcus llorara un poco esa noche. 

Aaron sin embargo estaba inquieto y dándole un mal día a su padre constantenemente y reclamando mi atención constantemente. Asíq ue hago un esfuerzo por darle mi atención mientras puedo,  Marcus está siendo un amor, lidiando con todos los cambios de pañal y con los dos mayores, además de hacerse cargo de las labores del hogar, incluso haciendose cargo de mi, ayudandome a ducharme ya que mi abdomen duele como la mierda cuando intento caminar o hacer algún esfuerzo.

Así que cuando Natasha y Max aparecen para ayudar, consigo convencer a Marcus de tomar una siesta junto a mi, su cabeza apenas y toca la almohada antes de comenzar a roncar, y yo disfruto en rato de mis dos chicos, porque claro Aaron se niega al soborno de su abuela y se mantiene a mi lado,  y ya que no fue a la escuela, se queda dormido rápidamente, cada uno abrazandome de forma independiente.

Acaricio los músculos de Marcus, disfrutando de la forma fuerte de su espalda, tomo mi tiempor también para apreciar lo parecido que es Aaron a su padre, verlos a ambos dormidos y abrazandome de la misma forma me resulta divertida, defintivamente era una copia en miniatura de su padre.

Mis gemelas en camio eran más parecidas a mi, aunque el cabelloo rubio ahbía sido una sorpresa, tenían la misma mata de cabello grueso y sedoso de los Petrov,  aunque sorprendentemente solo una de ellas había heredado mi heterocromía completamente. Alissa, quien tenía un ojo del mismo azul intenso que su padre y el otro gris. Alice en cambio había heredado los ojos grises de los Petrov, el único rastro de la heterocromía era una pequeña mancha marron en su ojos derecho.

Eran pequeñas y hermosas, aún es dificil acostumbrarme a la sensación de amamantar, pero cuando lo hacía, era como si no existiera nadie más que mis niñas y yo en el mundo. 

Marcus despierta con el sonido de la alarma de Glucosa de Aaron, y suspira pasando una mano por su rostro

- ¿Pudste descansar? - Pregunto mientras me estiro en busca de mi telefono, revisando la alarma - Tenemos un decenso - Murmuro, preocupada, porque lo he dejado dormir un poco más de lo que debería, Marucs se incorpora rápidamente

- Voy por algo para que coma - Murmura antes de levantarse y salir de la habitación trotando, en cuanto abre la puerta el aroma a algo delicioso inunda la habitación, lo que me recuerda que tenemos visitas. Hago un esfuerzo para incorporarme lígeramente y despertar a mi niño

- Aaron - Llamo scudiendolo, inclsuo si no me escucha es inevitable decir su nombre, él se queja un poco pero despierta justo cuando Marcus regresa, seguido de Max con un par de snacks para el niño.

Los tres lo observamos comer con gusto un par de galletas y uno de sus jugos. Una vez que termina, Marcus lo carga y lo lleva hasta su habitación, diciendo que es hora de darle un baño y ponerlo presentable, gracias a Dios el niño no replica mientras va con su padre. 

- ¿Como te sientes? - Pregunta Max inclinando la cabeza en mi dirección, la chica está vestida de forma casual, usando una camisa de cuadros que parecía ser un par de tallas más grande y sospechosamente familiar

- Mejor  - Aseguro sonriendo y palmenado la cama junto a mi. Me siento culpable por haber desanimado a Anthony con el asunto de invitarla a salir, Max se sienta - ¿Puedo preguntarte algo? 

Maldito Corazón  - A Hoffman StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora