Maldito Corazón - A Hoffman Story

35. Anna

Voy a tener dos niñas con Marcus, y no puedo estar más emocionada, especialmente viendo como toda la familia está celebrando junto a mi, Marcus parece al borde del llanto,  y tengo que admitir que yo también estoy emocionada. 

Natasha y Max eran las únicas que sabían, por lo que sus regalos son los únicos dirigidos plenamente para niñas, mientras que los regalos de los demás son tan neutros como es posible. No puedo decir que no son buenos regalos, la montaña de pañales del abuelo Frank son algo que defintivamente nos servirá de mucho, y yo estoy llorando para cuando Max me entrega un par de vestidos con tutú, pero estoy completamente encantada, aunque estoy agotada para la hora del almuerzo, la felicidad de la familia es más que contagiosa, nunca había recibido tanto cariño en la vida, y me encanta. El hermano de Marcus, Harold se burla un rato del hombre, lo que me divierte porque en efecto, sé que Marcus se desvivirá por nuestras hijas aunque lo niegue. Aurora tarda un momento en asimilar lo que significa que tendrá dos hermanas menores, por lo que me aseguro de tenerla a mi lado y hacerla parte de todo.

- ¿Estás contenta, preciosa? - Pregunto, mientras comparto con ella un par de cake-pops de fresa y arandanos, mi hija parece lígeramente preocupada pero asiente y sonríe

- Voy a ser hermana mayor - Dice con seriedad, y sé que está repitiendo las palabras de su padre, lo que me causa ternura - Dos hermanitas, ellas si van a jugar conmigo, no como Aaron - Se queja cruzandose de brazos, mirando en dirección a su hermano, que está siendo cargado por su abuelo, el hombre intentando comunicarse en señas con su nieto, que frustrado, intenta hablar y se queja en dirección a su padre. Signando un claro "Tonto Abuelo"

Marcus se ríe a carcajadas, pero lo miro con reproche y aprieta los labios antes de corregir al niño.

- Tienes también a tus tías - Le recuerdo a Aurora, mirando a las gemelas Anastasia y Anabella sentadas  en el piso cerca de la cocina, jugando entre ellas con un par de bloques. Aurora me da una mirada critíca que me recuerda tanto a Allison que es casi doloroso, me pregunto si Marcus pensaba en ella cuando ve a la niña gesticular.

- Son bebés, yo soy grande - Se queja cruzandose de brazos y suspirando de forma dramática - Mami ¿ Tu vas a jugar conmigo cuando nazcan las bebés? - Pregunta luego de un rato.

- Claro que sí - Le aseguro, tomando sus manos - Voy a estar algo ocupada, pero también voy a jugar contigo, eres mi ayudante especial ¿recuerdas? - Pregunto besando la punta de la nariz -  Aún tenemos que pintar esos pastelillos en el local.

Marcus se acerca a nosotras luego de un rato, y lo observo hacerle cosquillas a Aurora, disfrutando de verlo tan feliz, llevo preocupada por él toda la semana, saber que mi situación lo pone tan tenso que realmente estuvo a punto de recaer hace que mi corazón duela, pero también sé que está dando lo mejor de sí mismo para contenerse. Lo obligupe a enseñarme su oficina, junto con Anthony retiramos un par de viales y jeringas que me erizaron la piel. También me siento algo ansiosa con la situación, y reviso sus brazos de forfma casi obsesiva,  parcialmente porque amo su nuevo tatuaje.

Siempre he pensado que es algo cursi y estúpido tatuarse en nombre de tu pareja, pero ver la forma en que mi nombre estaba marcado para siempre en la piel de su antebrazo con letra cursiva y perfectamente diseñada, hace que mi corazón se agite. También se había tatuado algo en honor a los niños, claro. Un dibujo del día del padre que Aurora había hecho para él hace un año adornaba su costado, y la manita de Aaron en su pecho.

- ¿Cuanto por tus pensamientos? - Pregunta, sobresaltandome mientras me encuentro a mi misma trazando la linea de sus venas en su antebrazo, hay pequeñas marcas antiguas que revelan los lugares donde se había inyectado en el pasado.

- Estoy pensando en todo el trabajo que vamos a tener pronto - Murmuro, deslizando mi mano entre la suya y mirandole, Marcus suspira, acariciando mi abdomen.