Especial

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Anthony  -  El día de la piscina.

Cierro los ojos, su cuerpo es delgado pero firme, su piel es jodidamente suave y delicada hasta el punto en que se siente como un jodido sueño, porque definitivamente no habia forma de que esto realmente estuviera pasando. Max es...Dios, hermosa, y la sensación de su cuerpo contra el mío, sus labios son llenos y suaves, cálidos a pesar del  frío que nos rodea.

Es poco pasada la media noche, su familia sigue reunida en el otro lado de la casa y yo había estado dispuesto a marcharme, pero ella había insistido en que la acompañara, evidentemente sabía a lo que venía, desde ese día en casa de Marcus las cosas habían...cambiado entre ambos.

No somos pareja, pero defintivamente hay...algo, sea lo que sea.

Nuestros ecuentros son furtivos y nos limitamos a besarnos, pero mierda, jamás había disfrutado tanto de solo besos con una mujer, incluso si termino con las bolas azules despues, cada segundo vale la pena. No voy a mentir, me encantaría hacer más, especialmente ahora que es la primera vez que nos encontramos tan...expuestos. Toda la tarde la mujer ha estado junto a su madre, así que me he mantenido lejos, la mujer pelirroja me habia dado una única mirada de advertencia cuando me atrapó mirandola, y definitivamente no tengo intención de enfrentarla.

Especialmente porque he visto a su esposo literalmente aplastar el craneo de un hombre. Y cada vez que  pienso en pedirle a Max una cita oficialmente...bueno, mi imaginación vuela con respecto a las consecuencias.  Así que nos mantenemos haciendo...esto.

Su traje de baño era de dos piezas y color celeste, cubriendo su trasero habia una especie de falda corta que me moría por soltar, es la primera vez que nos encontramos en esta posición,  estoy apoyado en una de las sillas de la barra besandome con la mujer más hermosa del mundo, sus manos se sienten suaves mientras acarician mis músculos, y creo que nunca me había sentido tan orgulloso de haber retomado el gimnasio desde que dejé el ejercito, porque mierda, al menos puedo ofrecerle brazos firmes en los que agarrarse.

Ella deja escapar un suspiro satisfecho mientras se sienta en mi regazo, permitiendome sostenerla, deslizo mi mano libre sobre su muslo, hasta la rodilla, mmaravillado con la forma en que su piel es tan tersa y suave.

El beso es largo y definitivamente caliente, nos deja sin aliento.

— ¿Estás libre mañana? — Pregunta ella luego de un rato, girandose para mirarme, sus labios están hinchados y enrojecidos, lo que envía imagenes mil veces más obscenas a mi mente, pero me obligo a mi mismo a apartarlas, debía tomar las cosas con calma.

Especialmente porque no tengo idea de hacia donde van las cosas.

— Tengo trabajo — Respondo, algo avergonzado, porque en efecto, tengo que reponer dos días enteros en el taller, y luego ir al club para cubrir el turno nocturno — Estoy ocupado toda la semana.

Ella hace un puchero, las luces del patio hacen que su rostro se vea casi etereo a causa del reflejo rubio de su cabello, sus facciones delicadas se han vuelto una de mis obsesiones últimamente. 

—  ¿Como puedo tenerte todo  para mi? — Pregunta, rodeandome con sus brazos y dandome una mirada llena de aprehensión. Hago una mueca, porque es el tipo de pregunta que hace que me sienta...inseguro, y no estoy acostumbrado a sentirme de esa manera.

— Max — Digo directamente — Sabes que no puedo darte...una relación, tu eres más joven y...

Ella pone los ojos en blanco, como siempre que intento explicarle mi situación

— Soy una adulta, no es como si me estuvieras forzando a algo por el estilo — Se queja, apartandose y cruzandose de brazos,  poniendo una cadera hacia un lado — ¿Realmente vas a negarmelo?

Maldito Corazón  - A Hoffman StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora