𝗔𝗖𝗧𝗨𝗔𝗟𝗜𝗭𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦: TODOS LOS SÁBADOS
𝗖𝗢𝗡𝗧𝗘𝗡𝗜𝗗𝗢 +𝟭𝟴
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"𝑬𝒚𝒘𝒂 𝒏𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒕𝒆 𝒆𝒓𝒓𝒐𝒓𝒆𝒔: 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒄𝒓𝒖𝒄𝒆 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐𝒔 𝒈𝒖𝒂𝒓𝒅𝒂 𝒆�...
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La brisa nocturna serpenteaba entre los árboles, acariciando las hojas con un susurro suave y constante. Neteyam y T/n caminaban por los senderos iluminados por las plantas que crecían dentro del bosque, sus pasos eran lentos tras haber pasado un largo rato contemplando las estrellas en las montañas Aleluya.
Él iba detrás de ella, observando cómo su silueta se movía con delicadeza entre los árboles, contemplando como la luz de las lunas se reflejaba en su piel. Neteyam guiaba sus pasos, hasta que finalmente llegaron a un río cristalino, donde el agua se mantenía serena, brillando por la luminiscencia del musgo y las plantas que crecían en el fondo.
T/n se detuvo en la orilla, mientras el aire puro llenaba sus pulmones.
—Me encanta —susurró, agachándose para rozar el agua con la punta de los dedos.
Neteyam sonrió, disfrutando de la manera en que sus ojos brillaban con la misma luz del río. Luego, con un gesto discreto, sacó algo de su bolsa de cuero y lo sostuvo en su mano por un momento, pensativo.
—Ma' T/n —llamó, atrayendo su atención.
Ella se giró para verlo, y Neteyam, con cierta timidez, extendió su mano hacia ella. En su palma reposaba pequeño collar trenzado con finos hilos de fibra natural, entrelazada con pequeñas cuentas de piedra brillantes que se encontraban en las cuevas más recónditas de Pandora, cada una tallada para darle la forma perfecta.
T/n parpadeó sorprendida antes de sonreír.
—Neteyam... ya me has dado muchas cosas —dijo mientras tomaba el collar entre sus dedos, admirando cada detalle.
Él se encogió de hombros, sin dejar que su sonrisa se desvaneciera.
—Nada es suficiente para ti; y menos ahora que has sido la razón de mi mayor felicidad.
—Pero-
—Además, quiero que siempre te acuerdes de mi —respondió estando a la misma altura que ella.
T/n observo sus ojos y apretó el puente de su nariz con diversión.
—Siempre pienso en ti, Ma' Teyam. No necesito regalos para recordarte.
Pero, aun así, con sumo cuidado, deslizó el collar alrededor de su cuello. Neteyam observó como lucia con su regalo y asintió satisfecho, antes de tomar suavemente su mano y apretar sus dedos entre los suyos.
T/n no dijo una palabra, limitándose a negar con la cabeza mientras un suave beso rozaba los labios de Neteyam. En ese instante, T/n tomó la mano de Neteyam y comenzó a jalarlo hacia el río, con una sonrisa traviesa que delataba sus intenciones. El Omaticaya no hizo ningún esfuerzo por detenerla, todo lo contrario, la tomo entre sus brazos y ambos se adentraron al río.