𝗔𝗖𝗧𝗨𝗔𝗟𝗜𝗭𝗔𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦: TODOS LOS SÁBADOS
𝗖𝗢𝗡𝗧𝗘𝗡𝗜𝗗𝗢 +𝟭𝟴
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"𝑬𝒚𝒘𝒂 𝒏𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒕𝒆 𝒆𝒓𝒓𝒐𝒓𝒆𝒔: 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒄𝒓𝒖𝒄𝒆 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐𝒔 𝒈𝒖𝒂𝒓𝒅𝒂 𝒆�...
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Después de la boda, Neteyam y T/n se tomaron un par de días lejos del clan en aquella cabaña en donde todo empezó. Fueron noches en las que el mundo pareció ir más lento, viviendo su vida más que nunca, solo ellos dos compartiendo momentos de paz bajo el cielo estrellado de Pandora.
Sin embargo, al regresar, la rutina pronto los alcanzó. Neteyam asumió de lleno sus responsabilidades como Olo'eyktan, pasando los días liderando a los guerreros en cacerías, administrando los suministros del clan y mediando en pequeñas disputas entre los Omaticaya. Con el tiempo, también comenzó a encargarse de fortalecer alianzas con otros clanes, asegurando la estabilidad y el bienestar de su propio pueblo.
T/n, por su parte, no se quedaba atrás en sus responsabilidades. Como guía espiritual del clan, tenía el deber de presidir ceremonias sagradas, aunque por el momento no había tenido la oportunidad de llevar a cabo ninguna. Aun así, su tiempo estaba ocupado en otras tareas esenciales; preparaba elixires y ungüentos, además atendía a los enfermos, especialmente a niños y ancianos, también supervisaba a las mujeres que se encontraban en las últimas etapas de su embarazo, asegurándose de que todo marchara bien.
De igual manera, no trabajaba sola. Contaba con la ayuda de varias sanadoras, quienes le ofrecían su apoyo en todo momento; sin embargo, en más de una ocasión, era ella quien debía tomar las riendas, guiándolas y orientándolas en prácticas que solo Mo'at le había transmitido.
A medida que pasaban las semanas, T/n comenzaba a notar los cambios en su cuerpo con mayor claridad. Su vientre, aunque aún pequeño, se volvía más redondeado y prominente, marcando el final del primer trimestre de su embarazo.
Como parte de su cuidado, acudía regularmente a visitar a Norm, quien monitoreaba su estado con la tecnología médica que aún conservaban en el laboratorio. A veces iba acompañada de las hermanas de Neteyam; aunque esta vez sería su primera ecografía, así que T/n se aseguró que Neteyam pudiera acompañarla en esta ocasión tan especial.
El Omaticaya no sabía exactamente qué esperar de la visita al laboratorio, pero cuando T/n mencionó que podían "ver" al bebé, su curiosidad se despertó por completo. ¿Cómo era posible? En su mente, el crecimiento de un hijo era un misterio que se sentía más de lo que se veía. Pero ahora, frente a aquella extraña máquina, estaba a punto de presenciar algo que jamás imaginó.
T/n se recostó en la camilla mientras Norm aplicaba un gel frío sobre su vientre y tomaba un dispositivo que deslizó con cuidado sobre su piel. Neteyam frunció el ceño, observando con atención cada movimiento. Pero entonces, la imagen en la pantalla cobró vida, y su expresión cambió por completo.
Sus orejas se movieron hacia atrás con asombro, y sus ojos se abrieron como si estuviera viendo un milagro.
—¿Qué...? —susurró, acercándose más a la pantalla.
