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-Me voy a trabajar, te quiero.

Su hija murmuró algo inteligible como "Déjame dormir un poco más" y se volvió a dormir.

John abandonó la habitación en silencio, para no despertar a su hija, y subió al coche.

Esa noche Claire había dormido en casa. John no quería provocar más problemas a los Yamamoto después del día anterior. Hasta aquel día había pensado que estar con Claire sanaría de algún modo la herida de la muerte de Aiko, pero no había hecho más que ablandar la costra y algo tan pequeño como ver a su hija reflejada en la amiga de Ann le había vuelto a abrir la herida, de la que se había derramado sangre en forma de lágrimas.

No sabía qué era lo que vio Ai en Flora, quizás su dulzura y que le caía bien a todo el mundo, pero él sabía que guardaban alguna similitud imperceptible al menos que la conocieras bien. Y él empezaba a verla.

Nunca hablaba de su familia y aquel día parecía poco conmocionada frente a dos cadáveres.

"Quizás su familia fue asesinada y quien quiera que fuera el o los asesinos la violaron."-Teorizó sin alejarse demasiado de la verdad.-"Pobre niña"

Dejó a Claire en la guardería y condujo hacia el trabajo.

Llegó a comisaría.

Satoshi estaba en la puerta.

-¿Qué pasa?

-Por fin llegas, ha habido un nuevo asesinato.

-Pues pongámonos manos a la obra, pero primero tengo que hablar un momento con Lopez.-Dijo y entró a la comisaría.

Fue al despacho del Cabo Lopez.

-Oh, Hola John. ¿En que te puedo ayudar?

-¿Cómo estás?

-Me voy recuperando, aunque ahora solo puedo hacer trabajo de oficina y voy a pasar un mal rato al coger un vuelo.-Se señaló el hombro donde llevaba una placa de metal interna.

-Lo siento, fue culpa mía.

-No te culpes, no fuiste tú el que me disparó.

-Pero te arrastré ahí cuando solo eras un novato.

-Ya, que tiempos aquellos. Pero gracias a tí me gané un ascenso, me he podido comprar una casa más grande. Así que te debo un favor.

-¿Pues justo a eso venía? A pedirte un favor.

-Pídemelo entonces.

-Necesito que investigues a una amiga de mi hija, es buena chica, seguro que no se ha metido en nada turbio, pero hay algo que no encaja. Así que investígala. Se llama Flora Madison.

-Así lo haré.

Salió de la estancia.

En el trayecto al coche Sally le abordó.

-¿Qué tal?

-Bien, ahora tengo que irme es urgente.

-¿Por qué?

-Ha habido un asesinato.

-Es terrible, ¿Quieres luego pasar por mi casa y hacernos cariñitos?

-Hoy no puedo. Estaré ocupado.-Mintió.

La verdad es que le apetecía, pero todavía se sentía culpable de la muerte de Sam. Además no le gustaba mezclar su vida amorosa con la profesional.

Subió al asiento del copiloto y Satoshi lo condujo al barrio residencial Cheapwood.

El área estaba acordonada por cinta policial. Fuera de la casa había un policía custodiando a una niña de apenas ocho años que lloraba. El agente intentó calmarla.

John se acercó y su subordinado apartó la cinta.

-Pobre niña, ha tenido que ver cosas terribles.-Comentó Yamamoto.

Entraron en la casa y subieron las escaleras.

Examinaron el cadáver: tenía el pene cercenado y varios cortes por el cuerpo. La herida del pene estaba cauterizada, por lo que no se desangró rápido, quien fuera que hizo eso quería una muerte lenta y dolorosa.

"¿Venganza?" Teorizó.

Yamamoto se puso los guantes y le dio la vuelta al cadáver.

-Parece que se cansó de torturarlo y acabó el trabajo con prisas.-Dijo al ver las cuarenta y siete puñaladas en la espalda.-¿Quizás le pillaron en el acto?

-O puede que fueran dos personas. Yo aquí veo dos modus operandis: uno más lento y vengativo, quería hacerle sufrir por algo; y otro más rápido, incluso violento, yo diría que tiene un estilo más pasional.

-Puede que tengas razón, pero según el informe sólo hay una acusada. Su mujer, la víctima era su marido, la hija de ambas llamó a la policía y encontraron a Montse Munhariff sosteniendo el cuchillo ante el cuerpo inmovil de su marido.

-¿Posible problema de parejas? ¿Una pelea, maltrato o infidelidad?

-No sé.-Se acercó al ordenador.-La acusada confesó que la razón por la que lo mató está en este pendrive.

-Pues examinémoslo.

Introdujeron el pendrive y había una carpeta con más de 11 terabytes de videos.

-¿Qué serán?

-Espero que haya grabaciones de las cámaras del motel donde se tiraba a su secretaria.-Bromeó Satoshi con cierto miedo. Eso sería lo mejor que podía contener aquel USB.

Reprodujeron un video al azar.

Lo cerraron enseguida.

Eso era pornografía infantil.

-Será cerdo.-Dijo yamamoto y pateó el cadáver.-Yo dejaría en libertad a su mujer. La verdad es que ha hecho un favor al mundo.

Sacaron el USB.

-Y yo, pero tenemos que cumplir nuestro trabajo. No podemos imponer nuestros ideales a la ley.

-Bueno igualmente es demasiado tarde ya está bajo custodia policial. Se entregó ella misma sin oponer resistencia.-Ojalá todos los casos se solucionaran así.

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