Capitulo 22

896 50 8
                                        

Erika Cruz

El cielo está gris,desde que fuimos a Italia a enterrar al padre de Antoni,el cielo nos acompaña de un color gris,llegamos a Nueva York hace apenas unas horas.

Antoni decidió pasar primero por mi apartamento,ahora estamos en mi habitación,en un pesado silencio,está así desde el funeral,eh tratado de hacer lo posible por calmarlo a el y a sus hermanos.

Sus hermanos,están con su madre en la mansión que tienen aquí en Nueva York,apoyándola.

Antoni se encuentra sentado en mi cama con sus manos en su rostro,me rompe el corazón verlo así.

Abro una de las gavetas y saco un pañuelo negro que tengo,me acerco hasta dónde está él y levantó su mentón con mi mano,el me mira,esos ojos azules que tanto me gustan,están apagados,yo le sonrio para tratar de darle ánimos.

—Quiero mostrarte algo—le digo luego de unos minutos en silencio,el arquea una ceja y me mira con confusión,levanto el paño negro que queda a su frente el intenta reír.

—Bonita,es un paño negro—me dice riendo y negando con su cabeza.

—Bueno,al menos te hice reír—le digo encogiéndome en hombros—pero no es eso,lo que quiero mostrarte—le digo dándole un beso en la mejilla,tomo su mano para levantarlo,el queda de pie,lo llevo hasta donde está la estantería de libros.

—Sí,hay libros—me dice observando la estantería,pero yo niego con mi cabeza y me paro a su frente—aún no estoy ciego,bonita,puedo ver bien.

—No es eso,tonto—le digo y su cara es de completa confusión—es lo que hay detrás de esa pared—le digo para girarme en mis talones y bajo el libro,que abre la puerta secreta,se ve cuando la pared se abre y está oscuro adentro.

—¿Me vas a encerrar ahí?—me pregunta,iba a entrar a la habitación pero lo detuve antes que lo hiciera.

—Entraras,con esto—le señalo el paño,y empiezo a ponerlo en sus ojos,lo amarro atrás de su cabeza —y cuando estés ahí dentro te quito el paño,para que veas—le digo y el asiente,lo empiezo a guiar hasta que estamos adentro y prendo la luz,las luces azules y rosas,se ven por todo el lugar también las blancas,sobre todo el altar—es uno de mis más oscuros secretos.

Le digo para ponerme a su espalda y empezar a deshacer el nudo que le había hecho al paño,un minuto después queda libre de la tela negra que cubría sus ojos.

Salgo de atrás de él y me pongo a su lado,él observa todo a su alrededor,algo impresionado,hasta que su mirada cae en mí,para luego mirar el pequeño altar de mi bebé fallecido,luego me mira a mi,después de ver las ecografías en el altar.

—Bonita....¿estás?...—me dice y abro mis ojos cuando entiendo su pregunta no formulada,empiezo a negar con mi cabeza.

—No,no—le digo y me acerco al lugar donde están las fotos de mi bebé no nacido,siento como el se acerca a mi y se pone a mi lado,lo miro—creo que los dos,perdimos algo en común.

Le digo y el parece entender mis palabras yo vuelvo a observar las ecografías que tengo en mi mano,siento como las lágrimas se acumulan en mis ojos,pero no las permito salir.

—Bonita...no sabía—me dice y yo vuelvo a poner las fotos donde estaban,lo observo.

—Nadie,excepto mis mejores amigos y mi familia,claro—le digo el asiente con su cabeza—nunca supe si era niña o niño,tenía apenas tres meses de embarazo,cuando lo perdí.

—Lo siento,bonita...—me dice y me abraza,para luego besar mis labios,me mira unos minutos después de besarme—es muy lindo de tu parte hacerle un altar al bebé.

Amor Italiano #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora