—Sascha.
Escuchó su nombre ser llamado desde lejos.
—Sascha.
Volvió a escuchar, resonando en sus oídos, pero se escuchaba lejos, tan lejos que se preguntó si no lo estaría imaginando.
—Despierta, Sascha.
¿Era la voz de Bell?
—¡Sálvame!— El grito desesperado consiguió lo que su nombre no.
Aun soñolienta, pero respondiendo al sentido urgente en la voz de Bell, abrió los ojos al instante. Su vista era difusa además de poco nítida, y por tanto solo pudo distinguir dos manchas de color en su campo de visión.
Una mancha era azul y plateada, mientras la otra era negra. Una era pequeña, mientras que la otra era del tamaño de un perro.
¿Qué demonios? Sascha parpadeó hasta despejar sus ojos. Un latido del corazón después, finalmente pudo ver con claridad y... Se congeló, quedándose sin palabras. Asombro y confusión, llenaron sus pensamientos.
—No te quedes de brazos cruzados... ¡Ayúdame! ¡Ayúdame!— Bell se quejó lastimeramente en un tono bajo e infantil. Había lágrimas escapando de sus ojos mientras era presionado contra el jergón.
Una pata de pelaje negro aplastó al pixie sin piedad, cortando el llanto en seco.
—¿Niño?— Sascha no daba créditos, ¿estaban sus ojos funcionado correctamente? Se incorporó y tomó asiento en la cama. Se frotó los ojos, ¿aún estaba dormida?
La razón tras su sorpresa era que en lugar del niño escuálido que había rescatado la tarde anterior, Sascha se encontró con la depredadora mirada verde de un cachorro de pantera negra.
¡Definitivamente no era un gato!
Observó al niño sacar una lengua rosada, sus orejas se alzaban y su cola azotaba el aire mientras sus bigotes blancos temblaban con suavidad. Por su comportamiento, adivinó que estaba feliz. Ahora, si era por estar en su forma de bestia o por ser fácilmente reconocido, era algo que Sascha desconocía.
La pequeña pantera aplastó una última vez al pixie antes de dejarle en libertad. Su comportamiento era prepotente y arrogante, con una sutil advertencia en él. Sascha arqueó las cejas, este tipo de actitud... ¿era una condición genética? ¿o era intrínseco en los depredadores?
Bell huyó tan rápido que una imagen residual de sus alas se dibujó en el aire. El cachorro le dio una mirada de desprecio antes de saltar sobre el regazo de Sascha.
Sascha sostuvo a la pantera del tamaño de un perro mientras miraba al pixie asustado, cuya cabeza era todo cuanto podía ver asomado en una viga del techo...Pobre Bell, parecía que últimamente era intimidado por todos, ella incluida...
—Renuncio, yo no firmé para esto.
Sascha ladeó la cabeza, escuchando las quejas del pixie. Sonrió secretamente cuando dijo. —Entiendo tus sentimientos, Bell; pero... ¿no fue una orden de tu reina? ¿No serás desterrado por desobedecer?
Las protestas y palabras airadas del pixie murieron al instante. El repentino silencio fue en si una respuesta para Sascha, pero...
—¿Tengo razón entonces?
—No debí decirte nada— Las quejas de Bell continuaron durante un rato más. Sin embargo...
Sascha ya no le prestaba atención. Esta estaba por entero concentrada en la bola de pelos –literalmente hablando- sentada perezosamente en su regazo.
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EPDMHEUM
RomanceTitulo y sinopsis original en el apartado de información. Espero de todo corazón que tengas momentos agradables y divertidos con mi historia.