Capitulo 3

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- ¿Y bien? ¿Vamos?

- Claro.

Ambos salimos del salón hacia la cafetería.
Durante el camino pude escuchar algunos comentarios, en su mayoría maliciosos y otros burlones. Ya estoy acostumbrado, por lo que simplemente decidí ignorarlos.

Llegamos a aquel sitio que era bastante ruidoso, podía escuchar la mayoría de sonidos, ya que, desde que perdí la vista, afortunadamente gané mayor percepción en mis otros sentidos, entonces eso me daba una pequeña ventaja sobre los demás.

- Sentémonos aquí - dijo Felix - Yo iré por lo que sea que haya de comer. ¿Hay algo que te haga daño? ¿Verduras? ¿Frutas? ¿Intolerante a la lactosa?

- No, para nada. Como de todo, no te preocupes - contesté algo tímido.

- Ok, ahora regreso.

Escuche sus pasos alejarse y me quedé quieto en mi lugar.

Estaba demasiado nervioso, la verdad, no sabía cómo me estaban mirando, pero sentía una mirada clavada en mi, lo peor es que no sabía de quién, pero podía sentirla, me miraba muy insistente.

Pasaron un par de minutos y Felix volvió.

- Bien, hay ensalada de frutas con yogurt, una pequeña hamburguesa con papas, jajaja super saludable, ¡eh!, y de postre hay cheesecake, bastante bueno, te lo recomiendo.

- Muchas gracias, te agradezco.

- No hay de qué, provecho.

Estábamos a punto de comer cuando alguien se acercó a la mesa y la golpeó haciéndome brincar un poco del susto.

- Perdóname, creo que asusté al ciego.

Era la voz de aquel chico de la clase.

- Oye, deja de ser un imbecil infantil y vete a tragar o algo - le contestó Felix.

- Y tú deja de andar coqueteando con mis ligues, estúpido gigoló.

De repente, sentí como Felix se levantó de golpe, me alarmé.

- ¡OYE! ¡Calma, calma, hombre! - se escuchó una voz diferente de hombre.

- Dile a tu amiguito que deje de estar diciendo esas mierdas. Más bien, tú deberías de dejar de chupar pitos a la salida de la escuela, maldito ninfómano.

¿Gay? ¿Gigoló? ¿Ninfómano? ¿Que significan esas palabras? ¿Por qué le dicen así a Felix? ¿Es una especie de enfermedad? Tengo tantas preguntas.

- ¡Suéltame! O si no, voy a estampar tu cara en el maldito suelo - dijo Felix.

- Atrévete, maldita perra - le respondió Yeonjun.

Se empezaron a escuchar gritos y yo no sabía qué hacer o a quien llamar para que dejaran de pelear. Era un estorbo ahí, una carga, no era nada, no podía hacer nada por Felix.
Estaba a punto de gritar, cuando se acercaron unas personas, creo que eran los profesores, escuché la voz de la Directora.

- ¡LOS DOS! ¡SEPÁRENSE! Y vengan conmigo.

- ¡ÉL INICIO TODO!

- ¿Tienes algo que decir Yongbok?

- Qué se joda.

- ¡Ambos!, conmigo.

- Lo siento, Jisung, te dejaré solo por un rato, de acuerdo. Enseguida regreso, trata de no hacer caso a lo que esos idiotas te digan, ¿si?

Él era tan buena persona, se preocupaba por mi.

- Claro, pero... si necesitas algo, avísame, ¿quieres?

- Claro.

Sentí como se alejaron y todos volvían a lo suyo.

Volví a sentarme en mi lugar, pero me sentía muy nervioso y ansioso, esa mirada... sentía que me perforaba la cabeza.

Termine de comer, nadie me molestó, por suerte. Me levanté y con ayuda de mi tacto, pude ir a dejar las charolas a su lugar. Me di la vuelta y regresé a donde estaba. Me quedé un momento de pie , ya que no sabía hacia donde quedaba la salida, si era por el mismo lado por el que entramos o era otra.

Di un pequeño paso al frente y choque con alguien.

- Lo siento, no te vi - contesté nervioso.

- Hmm...

- ¿Necesitas algo?

Estaba seguro que esta persona es la que me ha estado viendo todo el desayuno.

- Wow, realmente eres ciego.

Me tense un poco con el comentario, pero fingí que no me importaba.

- Sí.

- Hola, soy Sunghoon, ¿y tú?

- Ah, yo soy... Ji-Jisung.

- Como la Navidad.

Me sorprendí con el comentario, era la segunda persona que lo mencionaba.

Aunque no te pueda verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora