Capítulo 41

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•Narradora•

Felix espero a Jisung afuera de su casa, ya que el bajito le dijo que quería evitar más peleas con su madre, cosa que tuvo que aceptar el pecoso y espero.

Jisung bajó rápidamente, se despidió sin recibir respuesta alguna y salió para que el rubio lo abrazara muy fuerte y le diera un beso en la frente.

- Lixie - le habló - mira.

Sacó su teléfono del pantalón y se lo enseñó.

- Woooow, ¡hermosooo!, ¡¿es el nuevo?! Vaya, vaya, Ji, suertudo - dijo sonriente.

- Si quieres te lo puedo cambiar por el que tengas.

- Cómo crees, esto es tuyo, nunca hagas eso con nadie. ¿Fue Minho?

- Si - dijo tímido.

- Vamos a la escuela.

Se fueron caminando, ya que iban a tiempo.

- Oye, Lixie.

- Dime, pequeño.

- Te puedo contar algo.

- Claro.

- Minho me propuso matrimonio - dijo con una sonrisa tímida y ruborizándose.

Felix se frenó de golpe y abrió los ojos como platos. Podía esperar muchas cosas, incluso que le regalara un avión, pero... ¿compromiso? ¿Qué significaba eso?.

"¿Qué carajo?"

- ¿Lixie?

- Ah, si... Bueno, quizá... ¿felicidades? - decía un poco confuso.

- ¿Estás bien?

- Claro, claro. Wow, eso es algo muy bueno, Jisung - dijo retomando su caminada - estoy feliz por ti, por ambos, de verdad.

- Muchas gracias, Felix. Agradezco mucho que seas mi mejor amigo y pueda contarte esto que es muy importante para mí. Además, yo quería saber, si tú... ¿quisieras ser mi padrino?

- ¿Yo? - dijo algo nervioso - creo que no es correc...

- No tengo a nadie más, pero no es por eso, es que tú eres la persona más importante en mi vida y quiero que seas tú.

- ¿Hablas en serio? Es que...

- Por favor, Lix. Tú eres como mi alma gemela y eres como mi hermanito mayor. Yo te quiero mucho y quiero que seas tú, tú y solo tú.

- ¿Me... me dejarías pensarlo? Por favor. Es muy... - suspiro - repentino, pero te juro que no tardaré en hacerlo.

- Está bien.

Siguieron su camino hasta llegar a la escuela, aunque, algo estaba pasando.

- ¿Qué carajo? - decía Félix observando como todos los alumnos los miraban y murmuraban entre risas y caras de asco.

El rubio decidió hacer caso omiso y siguieron su camino, pero adentro pasaba exactamente la misma situación.

- Pero... que... - dijo defendiéndose y soltando a Jisung.

Volteó a ver a cada persona que estaba por el pasillo con una mirada de los mil demonios, pero aún así, seguía mirando algo en sus teléfonos y murmuraban.

- ¡QUÉ VEN! ¿QUÉ LES DIVIERTE? ¡EH! - gritó muy, pero muy molesto.

- Oye... ¿cuánto me cobras con joderte? - le dijo uno de los tantos alumnos.

- ¿Disculpa?

- Se ve que eres súper sexy en la cama - dijo otro entre burlas.

- ¿Qué?

Aunque no te pueda verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora