•Narra Minho•
Desde que estábamos en la tienda departamental y verle el trasero a ese muñequito, el pene se me puso peor que una roca, dolía, pero me vería como un salvaje tomando a la fuerza y cogermelo en el vestidor, así que solo lo ignoré. Pero, ver su gran esfuerzo por humillarme frente a esas personas en el restaurante de mariscos, eso me bastó para hacer lo que voy a hacer.
Verle su carita cubierta de mi esperma, me puso muy caliente y se me volvió a parar. Nunca me imaginé que aquellos ojos que no podían ver nada, me iban a tener tan eufórico en ese momento.
Lo tomé del brazo y lo aventé a la cama, me puse sobre él y comencé a olerlo, realmente tenía un aroma muy adictivo, muy rico, muy erótico. Su expresión me encantaba, como temblaba y como se moría por saber que estaba pasando. Sus ojos perdidos, moviéndose involuntariamente y respirando agitado.
- Eres tan... - le dije para proceder a morderle el lóbulo de su oreja.
Él soltó un gemido, uno muy... lindo. Acerque mi rostro al suyo y sin pensar, junte mis labios con los suyos y comencé a besarlo, era bastante torpe, no tenía ninguna experiencia, pero traté de guiarlo. Fui metiendo mi lengua en su cavidad bucal, haciendo que él hiciera y lo mismo, un beso de lengua, un maldito y erótico beso de lengua. Sentía como se removía y sus manos golpeaban mi pecho, claro, estaba perdiendo el aliento.
Mi pene rozaba con sus pantalones, pero para mi sorpresa, él también estaba disfrutándolo, tenía un gran bulto ahí.Me separé un poco, y él tosió un poco, se limpió su boca por la saliva, así como quitarse todo el semen de su cara. Era algo muy tierno de ver, y eso hizo que quisiera tenerlo con más fuerza.
Volví a besarlo, parecía necesitado por eso, cosa que ni yo mismo entendía, pero quería besarlo con más pasión, mordí su labio y él soltó un pequeño grito.
- No grites que alguien te va a escuchar - le dije en voz baja y con mis labios casi juntos a los suyos.
- Se... se siente extraño - dijo con nervios.
Me alejé un poco y bajé un pie de la cama apoyándome con la otra, su cuerpo se veía tan malditamente sexy, pero sin ella lo sería mucho más.
Comencé a remover su chaqueta, seguido de su playera. Y era de esperarse, era tan hermoso, un pecho para nada delgado, unos brazos delgados pero con algo de músculo, sus pezones eran rositas como botones o gomitas que quería comerme en ese momento y esa cintura, una cinturita que cabía perfectamente entre mis manos.
Él rápidamente rodeó su pecho con sus brazos, se sentía muy tímido, pero sus mejillas rojas y sus movimientos de la cadera hacia abajo expresaban otra cosa.
Me fui directo a su cinturón y comencé a quitárselo, bajé sus pantalones junto con sus boxers y dejé liberar su duro e inocente pene. No la tenía tan grande, así que definitivamente no podía ser el activo, y menos a lado de una macana como la mía.
- ¿Q-qué ha-haces? - dijo Jisung sonando asustado - tengo miedo. Devuélveme mi ropa, por favor.
- No te voy a hacer nada, solo nos vamos a divertir. Además, tú dijiste que querías mis disculpas por lo que me hiciste, ¿no? Así es como lo harás.
Aventé su ropa lejos, me quité el pantalón que me estorbaba y nuevamente me puse encima suyo.
Comencé a acariciar su rostro lentamente, mirando cada parte de ese hermoso rostro, pase las yemas de mis dedos por sus bonitos labios en forma de corazón, acaricie sus mejillas, toque su cuello, bajé por su bonito pecho, sus pezones eran tan lindos, tan tierno. Su cintura me mataba, me estaba seduciendo sin que él tuviera que coquetearme, sus caderas tan proporcionales a sus piernas, pero necesitaba atención en su pene, estaba duro.

ESTÁS LEYENDO
Aunque no te pueda ver
RomanceJisung era un chico desafortunado, perdió la vista a los 7 años y sus padres dejaron de quererlo por eso, sufría de bullying y nadie quería acercarse a él. Minho era el típico chico machista, millonario, guapo y sexy. - Te reto a que te cojas al ci...