Capitulo 35

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•Narra Minho•

Era la primera vez desde que mi mamá me dejó que me sentía feliz. Ahora, literalmente tenía un perro, ya no solo a mi Quokka, el cual parece que siempre está feliz de verte, me recuerda mucho a mi novio cuando sonríe, se ve tan tierno.

Entre a la casa y bajé con cuidado a Leebit (¿neta ese nombre tiene algo que ver conmigo como dice Hyunjin?), a quien le dije que no hiciera ruido porque capaz y me corren con todo y perro también.

Lo lleve al atrio de mi mamá, el cual es muy grande, y me sentía nostálgico y triste porque ya había dejado de frecuentarlo, pero ahora, es uno de mis lugares favoritos junto al lado de mi castaño precioso, mis dos lugares favoritos.

- Creo que hoy te dejaré aquí, espero te comportes. Mañana veremos a donde te posicionaré, ¿de acuerdo?

Leebit movía su cola y parecía estar de acuerdo con mi idea.

"Qué perro tan obediente, mejor que Hyunjin".

Como pude, encontré algunas cosas en el lugar y le acondicioné un espacio para que pudiera dormir y comer porque, claro, tuve que comprar comida, pero de la más fina porque este perro es especial y lo quiero cuidar tanto.

- Bueno, te veo mañana. No hagas ruido porque si no estaremos en problemas. Descansa, Leebit.

•Narradora•

Le acaricio la cabeza y se levantó, caminó un poco y quedó frente al altar de su mamá.

- Oye, mamá, creo que estoy enloqueciendo, ¿sabías? Incluso compré un cachorro, pero no cualquiera, es uno muy especial para mi persona especial - decía con una sonrisa - no creí que en algún momento de la vida, desde que partiste, yo pudiera decir que me siento feliz. De verdad, desearía mucho que estuvieras aquí para que conocieras a esa persona que llegó a mi vida y la está transformando en algo hermoso.

Se quedó un rato ahí, hasta que se quedó en completo silencio. Minho agachó su cabeza y se recargó de la repisa donde estaban las cenizas de su mamá y comenzó a soltar un par de lágrimas.

- Má... te extraño mucho. Sé que no será fácil poder ser feliz mientras él siga en mi camino - decía con enojo e impotencia - pero no pretendo irme todavía, te tengo que sacar de aquí y a Koko también, te lo prometo.

En ese momento, sintió algo de cosquillas en su pierna, miró y era Leebit, quien lo miraba como si entendiera lo que pasaba. El mayor comenzaba a asustarse porque creía que era un perro muy inteligente, más que cualquiera.

- Oye, creo que tu has vivido más que yo, ¿verdad?

Se despidió por última vez de ambos y salió de ahí, bajo la atenta mirada de su padre, quien estaba en su oficina, pero había salido al balcón para fumar un cigarrillo.

Espero a que entrara y lo llamo.

- Qué.

- ¿Así le hablas a tus mayores?

- Solo a los que no tienen mi respeto.

- Minho, hablemos.

- ¿Sobre qué?

- Tu futuro.

- Mira, yo no...

- Estoy buscando candidatas. Cuando salgas de la universidad, tendrás que ir preparándote.

- ¿Qué? ¡NI LO SUEÑES! - gritó eufórico.

- Te calmas y te callas - decía con su semblante serio - vas a hacer lo que yo te digo.

- ¡PRIMERO ME MATAS! ¡NO ME CASARÉ! ¡MENOS CON ALGUIEN QUE TU QUIERAS!

- ¡LO HARÁS PORQUE TE LO ESTOY ORDENANDO!

Aunque no te pueda verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora