•Narradora•
Jisung se sentía bastante ansioso, su cuerpo reaccionaba con pequeños espasmos que le recorrían de la cabeza a la punta de los dedos de sus pies, como choques eléctricos. Soltaba gemidos, pero se cubría su boca porque creía que lo iban a escuchar por todo el hotel y de solo pensarlo se daba mucha pena.
Cuando sintió algo muy fuerte venir en la punta de su pene, inconscientemente junto sus piernitas y apretó el cuello de Minho, cerró sus ojos y se encorvó liberando una gran cantidad de semen directo en la boca del pelinegro, quien a horcajadas pero sin derramar nada, tomó las piernas de Jisung y las separó de él con cuidado, se limpió su boca y sonrió gustoso al ver a Jisung muy chapeado, sudoroso y con algunos rulitos pegados a su frente y con la boquita tapada con sus manos.
Se inclinó hacia él y le quitó las manos para después darle un apasionado beso, metió su lengua hasta sentir la campana de la garganta del castaño, recorrió su boca y jugaba con su lengua. Se separó de él y lo sostuvo por unos segundos de sus cachetitos, se los masajeó y se acordó de su mascota Quokka.
- ¿Te gustó lo que sentiste?
- Fue... raro, pero s-si - contestó el bajito con la respiración agitada por aquel beso.
- Ahora, quiero que tú me ayudes - dijo incorporándose y guiando la mano de Han hacia su pene, el cual, a pesar de estar cubierto con el pantalón, se podía sentir lo duro que estaba.
Han asentó con la cabeza y con ayuda del pelinegro, le quitó los pantalones y el boxer, liberando su tremenda anaconda, la cual pedía a gritos atención.
Cambiaron de posición, ahora Minho era el que estaba sentado al borde de la cama y Jisung hincado entre sus piernas, una imagen tan lasciva y tierna a la vez para el mayor. Acarició su cabello ondulado y después su mejilla, Jisung, al sentir el contacto, acuno su cachetito en la palma del contrario y cerró los ojos, como un cachorrito.
- Quiero que me lleves al cielo, Jisung - susurró Minho.
El bajito, llevó sus manos con algo de dificultad hacia el miembro erecto del mayor, comenzó a tocarlo de arriba a abajo, recordando los movimientos que Minho hizo, trataba de copiarlos y recordarlos, ya que al no poder ver, no sabía exactamente si sí era así o tenía que poner alguna expresión en concreto en su rostro.
Por otro lado, trataba de recordar la primera vez que lo hizo, cuando Minho fue algo rudo con él, pero esta vez, el pelinegro no oponía resistencia y no lo estaba insultando, así que Jisung creía que lo estaba haciendo bien, y en efecto, lo estaba haciendo de maravilla, ya que el gran Lee, tenía la cabeza echada hacia atrás con sus manos apoyadas en el colchón y suspirando fuerte con cada bocanada que le ofrecía el menor.
Metía y sacaba el pene de su boca como si fuera una paleta, pasaba su lengua por toda aquella dura erección y fue bajando hasta sentir los testículos del mayor, quien crispó al sentir como Jisung, torpemente los lamía y volvía a subir. Poco a poco, introdujo más el pene de Minho dentro de su boca hasta sentir como chocaba con la campana de su garganta y se quedaba un ratito así. Por su lado, Minho sentía como todo su cuerpo chispeaba de la calentura, se sentía en el cielo, y más al ver como Han había mejorado como mamarla.
De repente sintió el nudo en su estómago, avisó que estaba por venirse, así que tomó de la cabeza a Jisung, sin mucha brusquedad, y comenzó a mover su cadera, chocando contra la campanita del menor, quien comenzó a manotear los muslos del mayor porque se estaba quedando sin aire, el sonido de las horcajadas excitaba demasiado al ojos de gato que ignoró aquellos golpecitos y siguió moviéndose con más rapidez dentro de la boca del contrario.
De los ojitos de Jisung salían lágrimas, pero no de tristeza, sino del placer que también estaba sintió el bajito, quien ya estaba erecto otra vez. Minho sintió todo llegar al límite, al igual que Jisung y ambos se vinieron, Han sobre el borde de la cama y Minho dentro de su boca.
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Aunque no te pueda ver
RomansaJisung era un chico desafortunado, perdió la vista a los 7 años y sus padres dejaron de quererlo por eso, sufría de bullying y nadie quería acercarse a él. Minho era el típico chico machista, millonario, guapo y sexy. - Te reto a que te cojas al ci...