Capítulo 34

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•Narradora•

Las clases terminaron como siempre, Yeonjun no hizo nada después de todo lo sucedido en el día, aunque si le daba miraditas de odio al castaño, y más coraje le daba porque no podía darse cuenta, ya que era ciego.

Felix y Jisung caminaron hacia los casilleros para poder irse a sus casas, pero el castaño recordó que tenía una salida con Sunghoon y tenía que cumplir su palabra, y más porque se trataba de un lugar especial.

- Lix, lo siento, pero hoy no podré ir contigo a casa.

- ¿De verdad? - le respondió sorprendido - ¿saldrás a una cita con tu... novio? - dijo un poco coqueto y dándole unos ligeros codazos.

Han se rio un bajo escondiendo su bonita sonrisa y negó con la cabeza.

- ¡Ah, caray! ¿Entonces?

- Con Sunghoon. No es una cita, no es lo que parece, pero me invitó a ir con él a un lugar, y acepté.

- ¿Y eso no es una cita?

- ¿¡ESO ES UNA CITA?! - le contestó el bajito algo alarmado - entonces... por eso se enojó Minho - comenzó a mover sus manitas con desesperación - tengo ¡que decirle que no!

- ¡Oye! ¡Oye! - lo detuvo el rubio - tranquilízate, tranquilo, Ji. Fue una broma, lo siento. Tú puedes salir con quien tú quieras, no estás forzado a ir si no quieres - lo tomo de las manos y lo acaricio para tranquilizarlo.

Jisung era un chico muy sensible, se desesperaba mucho, se hiperventilaba y como era tan inocente, siempre se creía todo lo que le dijeran sin pensarlo mucho.

- De verdad, tranquilo. Además, Minho lo entenderá, tú sabes cómo es él, y yo sé cómo eres tú. Ambos se quieren mucho, entonces nadie se puede meter con ustedes, tranquilo - le sonrió y acarició su mejilla - sonríe mi ardillita.

Al escuchar aquello, Han se calmó y sonrió. Felix tenía razón, él quería mucho a Minho, y Minho también porque ahora ya eran novios, y para él, eso era la muestra más grande de amor, bueno, basándose en las películas de amor que escuchaba siempre.

- Tienes razón, Lix. Solo estoy yendo porque Sunghoon es mi amigo también.

- Así se habla - alzó los pulgares - bueno, pues, te llevo con él para cerciorarme que no te hará nada, ¿ok?

- Claro.

Sacaron sus cosas, las guardaron en sus mochilas, Felix siempre le ayudaba al castaño a hacerlo porque se le dificultaba un poquito y salieron de la escuela. En la salida, el chico patinador ya lo estaba esperando en su bonito y espectacular Cadillac negro con franjas blancas. Felix lo miró y dio un ruidoso chiflido de: ¡Wow, que sexy!

Para los ojos del pecoso, Sunghoon era un joven guapo, inteligente, atlético, caballeroso y muy sexy, además que ya van varias veces que lo ha visto patinar en la televisión y le parece todo un príncipe.

- Hola, Ji, Hola... Fe-Lix - dijo titubeando si podia decirle Lix.

- Puedes llamarme Lix, si era tu intención. Como dice mi amigo Ji, sus amigos son los míos y viceversa - dijo mirándolo de reojo y después le sonrió.

- Gracias, Lix - le devolvió la sonrisa.

- De nada, Hoon.

- Bueno, me llevaré a este jovencito, si me lo permites.

- Por supuesto, pero cuídalo mucho, por favor - dijo un poco dudoso - si ves algo raro, no dudes en llamarme, ya tienes mi número, ¿no? - le dijo en bajo, de manera que no escuchara el bajito.

Aunque no te pueda verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora