Desviación estándar

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"Esperen aquí, ya vuelvo" son las últimas palabras de Gojo antes de cerrar la puerta justo enfrente de sus narices. Ya han pasado varios minutos desde aquel anuncio, y Nanami se encuentra apoyado con un pie sobre la pared de la fachada, con una expresión seria y varias venas marcándose en su frente; Haibara, por su parte, esta sentado en el suelo con cara de aburrimiento y no deja de suspirar cada dos minutos. Lo que pone a Nanami aún más de los nervios. Su paciencia ya se encuentra al límite, le están haciendo perder lo que más valoraba, su tiempo.

—¿Crees que se demoren mucho? — Pregunta Haibara mientras se pone de pie y acto seguido hace el vigésimo intento de ver por las rendijas de la ventana. Es inútil, no hay ni un sonido, ni un atisbo de lo que ocurre dentro.

Es Nanami quien ahora respira profundo y procede a doblar las mangas de su camisa. No es de las personas que recurre a la violencia con facilidad, más que nada porque lo ve como un gasto inútil de energía. Sin embargo, bajo esas circunstancias y conociendo la poca consideración que tiene Satoru Gojo hacía el tiempo de los demás, sus medidas son más que razonables. Cortar la puerta en 7 pedazos es la opción más viable y efectiva.

Haibara apenas puede reaccionar cuando Nanami ya está sacando su arma para enfrentarse al obstáculo que tiene en frente. Cualquiera al verlo, pensaría que aquella puerta era una maldición de grado especial. Sin embargo, justo en el momento en que se dispone a atacar, es Suguru quien aparece en el umbral. Su cara es sonriente, pero luce muy apenado.

—¡Bienvenidos!, lamento mucho haberlos hecho esperar—. Dice mientras ladea un poco su rostro—Pueden pasar.

—¡Geto-san! — Dice Haibara y lo toma de las manos—. Qué gusto verlo, ha pasado tanto tiempo. ¿Se encuentra usted bien?

A Suguru le sorprende lo preocupado que se ve Haibara en ese momento, parecía estar pensando que Satoru lo tenía secuestrado. — Si estoy bien, espero que ustedes también se encuentren bien después de un viaje tan largo—. Le responde con una cálida sonrisa.

Tenerlos allí, le causa genuina alegría, pero también un atisbo de realidad se instala en su corazón. Durante el periodo en que estaba con Satoru, una parte de él logró olvidar esa sensación de estar "en una misión". Con la presencia de Nanami y Haibara dentro de la isla significaba que ellos tendrían que enfrentarse también a la entidad que no habían podido identificar. Aunque no lo mencionara, con Gojo sus niveles de preocupación eran diferentes. Confiaba más en las habilidades de Gojo que en las suyas propias, por eso podía estar en calma y tomar ciertas cosas a la ligera. Pero aquellos eran dos chicos que apenas estaban iniciando y ya no se podía dar el lujo de dejar cabos sueltos como lo había hecho antes. Era una responsabilidad distinta, no quería defraudar a sus compañeros, pero sobre todas las cosas Geto no quería poner en peligro a ninguno de los dos.

Cuando entran al lugar Suguru se dispone a prepararles una tasa de té, ya que Satoru les había hecho esperar era lo menos que podía hacer. El lugar era pequeño por lo cual, Haibara y Nanami se sentaron en las dos únicas sillas que había y que eran parte de un juego de mesa hecho de madera. Satoru se encontraba en la cama sentado en una posición que solo él podía encontrar cómoda.

—¿Y bien?

—¿Y bien qué? — Dice Satoru aún de muy mal humor. Por lo general era Nanami el enojado y Satoru pasándola muy bien, pero en este caso ambos parecían estar de un humor de los mil demonios.

—Los avances del caso.

—Ya les dije que no tenemos avances. Tenemos información de leyendas locales, algunos periódicos, personas que han muerto en situaciones extrañas, y peces flotando en el mar. —Respondió con el mismo fastidio. — En un pueblo como este tienen millones de historias, creencias, y tradiciones. No se sabe a ciencia cierta que conecta con que, o de donde están proviniendo los problemas. Pasa mucho en lugares que son límites con otros o que tienen mucha migración. Las diferentes culturas van creando mitos extraños y es casi imposible distinguir las raíces. Eso sin contar con el pasado sangriento que tienen, y con las diferentes tragedias ocurridas. Por eso nos ha tomado tanto tiempo.

Justo cuando Gojo pronuncia esas últimas palabras, la cucharita que estaba utilizando Geto para mezclar el azúcar con el té, golpea el piso haciendo bastante ruido. Todos hicieron silencio y se quedaron observando a Geto que usualmente no tenía ese tipo de comportamiento torpe. Sin mirarlos y consciente de la escena que había causado, Suguru recoge la cuchara y la pone en el fregador.

—Geto-san ¿se encuentra bien? — vuelve a preguntar Haibara.

—Sí, estoy bien. Solo se resbaló. Suguru toma dos tasas, una en cada mano y procede a entregarlas a Nanami y Haibara.

—Muchas gracias—. Dicen ambos con un leve des tiempo

—Disfruten—. Suguru se queda de pie, apoyándose un poco en el mueble que junto al fregadero. Mantener distancias y fingir normalidad son sus dos prioridades al momento. No se atreve a sentarse a lado de Satoru, quien ahora lo mira con cara de "qué rayos haces, ven aquí".

—¿No hay correlación entre todos los factores? —Pregunta Nanami luego de dar un sorbo, sorprendiéndose por del buen sabor que tiene la bebida.

—En estos momentos la desviación estándar de los datos es alta.

—¿Traducción? — Pide Haibara mirando a Geto.

—La información es muy dispersa. En este caso, lo que nos toca hacer es investigar más, así obtendremos más datos y con ello podemos analizar los que si tienen relación y desechar los que no.

—Y hay un punto adicional, es el que más me molesta—. Dice Satoru apoyando sus codos sobre sus rodillas y cambiado de expresión.

—¿Cuál es? —Pregunta Nanami.

— Yaga.

—¿Qué tiene que ver el director en todo esto? — Pregunta Haibara.

—Todo. En primera, no me creo esa excusa barata que les dio para enviarlos aquí. Los altos mando jamás desperdiciarían tantos "recursos" en una sola misión. Ni siquiera con maldición de categoría especial envían a tantos agentes a un mismo punto.

—Eso puede indicar que estamos antes varias maldiciones y es por eso por lo que no encontramos una línea que una todos los puntos—. Le complementa Suguru.

—O puede ser que el director nos quería dar esta misión para que pasemos tiempo juntos—. Dice Haibara como si idea tuviese mucho más sentido.

Gojo lo mira y se pone una mano sobre su mejilla en tono muy pensativo dice — No me deja de sorprender cómo lograste ser hechicero.

Esta vez fue Nanami quien retoma la conversación, tratando de evitar que Gojo dijera alguna otra cosa que pudiese hacer sentir mal a Haibara.

—Lo importante es averiguar que está relacionado con qué, poder dividirnos el trabajo y así, poder regresar a Tokio.

—Por fin estamos de acuerdo en algo.

— Haibara y yo—Dice Suguru. — Podemos investigar la muerte de la esposa del señor Himura. Y tú y Nanami pueden investigar la leyenda de Tsukimi. Cada equipo investiga durante el día, en las tardes nos reunimos para discutir lo que hemos encontrado. Y en unos días Satoru y yo iremos a mar abierto para investigar lo que ocurre allí.

—Podríamos hacer rondas nocturnas. — Agrega Nanami. — Creo que sería más útil que quedarnos sin hacer nada durante las noches.

— De acuerdo, pero siempre iremos en equipo de dos personas. Tengo una mala sensación, esta misión puede ser mucho más peligrosa de lo que nos imaginamos.

Strawberry fields foreverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora