Corruptos [PRIMERA PARTE]

CAPITULO 4 (ELOISE)

Tan pronto cerré la puerta del recién llegado me apresuré a mi cuarto y me encerré dentro. No podía creer el rumbo que había tomado el día de hoy.

¿En serio estaba aquí un ciudadano de Vanix?

¿El encargado de los suministros?

A pesar del rencor que sentía hacia esa ciudad, quizás que Asher estuviera aquí era algo bueno.

Nadie es tan buena persona.

No. Mucho menos después de La Crisis. Nadie estaba dispuesto a ayudar a otro porque guardar su dinero era un millón de veces más importante. Pero cómo le dije, necesitaba creerle y tener la esperanza de que a alguien le importaba la causa.

El hombre dijo que tenía sus razones, y sinceramente me hubiera gustado preguntarle sobre la mujer que había muerto. Su voz se había quebrado cuando la mencionó por primera vez.

¿Cómo se había vuelto tan apegado a un ama de llaves? Todos los ciudadanos de Vanix tenían que ser superficiales y limitar sus interacciones con los empleados.

Estás llena de prejuicios, chica.

Tal vez, pero ellos eran los primeros en considerarnos unos salvajes y tratarnos cómo esclavos. Así había sido desde siempre.

Pero él lo había dejado todo y se había ido de su casa porque la habían asesinado.

Era horrible, pero no entendía cómo le había afectado su muerte hasta ese punto.

Esperaba que mañana respondiera unas preguntas, si sus intenciones eran realmente buenas no planeaba quedarme fuera de esto.

***

Ya todos estaban saliendo de sus habitaciones cuando dejé las duchas y me dirigí al comedor. Hunter estaba ahí desayunando un tazón de cereal. Al menos los primeros días después de la entrega de suministros podíamos variar nuestras comidas. Los cereales con sabor a cartón no estaban tan mal para variar.

Le toqué la coleta cómo saludo cuando fui a sentarme.

—Buenos días.

—Buenos días, Loi. ¿O tengo que llamarte asesina?

—Come en paz. Tu hermanita no ha cometido ningún crimen.

No éramos hermanos de sangre pero la mayoría de las veces nos costaba olvidarlo. Lo conocía desde que tenía uso de razón. Uno de los motivos por los que estaba tan pendiente de mis drásticos impulsos.

Iris salió de la cocina y abrió mucho los ojos cuando nos vio. Dejó un par de platos en la mesa y llegó corriendo hacia mí.

—¿Es cierto? ¿Un tipo de Vanix está aquí? Curtis no quiso darme detalles.

—Sí —suspiré—. Hunter hizo una entrega especial ayer.

—No fui yo el que no resistió las ganas de tirársele encima.

Lo golpeé en el hombro.

Iris abrió la boca perpleja.

—Está para chuparse los dedos, ¿verdad?

Hunter se rio haciendo un gesto hacia mí.

—Que te diga la experta.

—Jodete. —No iba a responder a eso.

Iris giró los ojos.

—Bien. ¿Entonces de verdad es una buena persona?

—¿Buena persona?

—¡Ya sabes! Eso de que quiere ayudarnos y repartir panes calientes.

—Se supone.

Hunter bostezó.