Desperté bañado en sudor.
Estaba en mi habitación tendido en la cama.
Si antes no tenía idea de lo que era despertarse luego de darte por muerto ahora sí lo sabía. Me sentía cómo si me hubiera quebrado cada hueso del cuerpo.
No tenía camisa y una venda cubría la herida del disparo. Mi brazo izquierdo también estaba descansando en un cabestrillo. Intenté levantarme de la cama pero apenas llegué a sentarme. Ese simple movimiento me provocó un vértigo.
Tardé unos minutos en recordarlo todo.
Cada maldito momento pasó por mi mente haciéndome perder la cordura.
Apreté los dientes mientras la rabia que sentía se convertía en lágrimas en mis ojos.
Eloise me había disparado.
Lo había hecho para asegurarse de ser ella la traidora. De ser ella la que cargara con toda la culpa de lo que habíamos hecho juntos.
Sabía que lo hizo para protegerme, pero ahora mismo no podía evitar odiarla. Odiaba cada parte de ella casi tanto cómo me odiaba a mí mismo.
Se suponía que iba a mantenerte a salvo.
Se suponía que iba a sacarte de la ciudad.
Su tía Celine pudo haber provocado esto pero yo había sido quién la trajo en primer lugar. La había conducido directamente a una condena segura.
Apreté las manos en puños. Justo ahora, deseaba con todas mis fuerzas haber muerto por ese jodido disparo.
Me quemaba pensar en Eloise... y haber aceptado esa maldita idea de traerla conmigo.
La puerta de la habitación se abrió.
Mi padre entró con su pijama negra de seda y un vaso de cristal en las manos. Cerró la puerta detrás de él y se acercó al borde de la cama. Lucía cómo si no hubiese dormido en días.
—Qué bueno que despiertas, hijo. Estaba...
—¿Dónde está? —pregunté con voz ronca.
Él frunció el ceño.
—Asher... No puedes alterarte. Grey dijo que necesitas descansar.
Me obligué a mirarlo a los ojos con la rabia apenas contenida.
—¿Dónde la tienen?
Mi padre duró unos segundos para responder.
—Los guardias la llevaron al otro lado de la mansión. Viktor no quería que estuviera cerca de nosotros por ahora.
Necesitaba verla y saber si estaba bien. Pero sabía que Viktor no iba a entender por qué rayos quería hacerlo. A menos que mi intención fuera estrangular a Eloise.
Hice la pregunta que me estaba matando por dentro.
—¿Cuándo viene su familia por ella?
—No lo sé.
—¡No juegues conmigo! ¡Quiero saber cuándo vienen a buscarla!
—¡No lo sé, Asher! Nunca hablé con Celine Leblanc.
Maldita sea. No sabía cuánto tiempo tenía antes de que Eloise dejara esta casa.
El rostro de mi padre se contrajo por la duda.
—¿Por qué te importa?
Hice una mueca de dolor cuando toqué mi hombro vendado.
—Tienes... Tienes que impedir que se la lleven. Proponles quedarse para el Bellis Fest.
—¿De qué hablas? Tienes que dejarla ir, Asher. No puedes intentar vengarte de ella por lo que...
—¡Intento salvarla, maldita sea! ¡No voy a permitir que se la lleven en contra de su voluntad!
Mi padre se echó hacia atrás. Una sombra de reconocimiento cubrió su rostro.
—¿Todavía te preocupas por ella?
No respondí.
—Asher... ¿sabías lo que ella vino a hacer? —Él se puso de pie con una maldición—. ¡¿Cómo estarías de acuerdo con perjudicar a tu familia?! Si Viktor se entera...
No sé cómo reuní las fuerzas para levantarme y sujetarlo. Sentí el sabor a sangre en mi boca por el esfuerzo.
—Hazlo. Vamos a ver si tienes los cojones de entregar a tu hijo cómo lo hiciste con Ava.
—Yo nunca...
—¡Deja de mentirme!
No pude evitar decir las siguientes palabras. Tal vez estaba demasiado herido para seguir cargando con ello. Tal vez necesitaba que mi padre entendiera el infierno que estaba viviendo... Por segunda vez mi familia me había quitado una parte importante de mí.
Mi voz bajó dos tonos al decir la verdad que me había quemado la garganta desde el primer día.
—Sé que Ava era mi madre, maldito cobarde. Lo sé desde hace semanas.
Mi padre se quedó inmóvil. Por nuestra conversación anterior era probable que lo había sospechado.
—La dejaste morir porque Viktor no estaba de acuerdo con su plan de contarme toda la verdad. Tu hermano es un maldito asesino y a ti ni siquiera te importa.
Cuando habló, el peso de la culpa resonó en su voz.
—Era... Era ella o tú, hijo. Ava sabía las consecuencias.
Hice más presión en el agarre a pesar de que mi cuerpo protestaba.
—Ahora somos Eloise y yo. Si algo llega a pasarle a ella, perjudicar nuestra familia será el menor de los problemas. Voy a matarlos, ¿entiendes? Lo juro.
—No sabes lo que haces, Asher.
Lo solté. Sentí las gotas de sudor correr por mi frente cuando volví a sentarme con dificultad. Mi visión se volvió borrosa cuando vi la sangre empapar mis vendajes.
—Entonces te sugiero que prepares el funeral de tu hijo.
Cumpliría mi promesa. Al menos lo suficiente para golpear a Orión si tenía algo que ver con el destino de Eloise.
Pero cuando volviera a esta casa... No me importarían las consecuencias.
Nunca permitiría que Celine Leblanc arrastrara a Eloise lejos de aquí.
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Corruptos [PRIMERA PARTE]
RomanceÉl tiene la oportunidad de cambiarlo todo. Ella está dispuesta a arriesgar su vida. Después de La Crisis, solo las familias privilegiadas pueden permitirse vivir en Vanix. Una ciudad de poder desmedido y lujos excesivos que ningún ciudadano pensaría...