Observé cómo Eloise se alejaba de nosotros en dirección a la casa. No me tranquilizaba que estuviera sola caminando por los pasillos.
No entendía qué rayos quería mi padre pero lucía nervioso, incluso preocupado. Pasó una mano por su cabello canoso y se las frotó con frecuencia.
—¿Qué ocurre? —pregunté.
Él dejó salir un suspiro pesado antes de contestar.
—Tenemos que hablar de ti, hijo.
—¿De mí?
—No estás bien.
¿De qué rayos está hablando?
—La muerte de Ava te afectó —continuó—, lo entiendo. Estás molesto con todos aquí.
Me reí sin ganas, estaba tan sorprendido que volviera a tocar el tema que no sabía cómo reaccionar.
—He estado molesto con todos desde hace mucho tiempo. Y quisiera que dejes de hablar de Ava, no te mereces ni siquiera mencionar su nombre después de lo que hiciste.
Mi padre me sostuvo la mirada con los ojos vidriosos. En ellos casi pude sentir que quería decirme la verdad sobre mi madre, pero era demasiado cobarde para hacerlo.
—¿Qué crees que hice?
—Veo que no recuerdas la conversación que tuvimos antes de irme.
—Asher...
Maldije, no pudiendo evitar explotar.
Estaba exhausto de una conversación en círculos.
—¡¿Por qué no me puedes admitir que la amabas?!
—¿Por qué insistes con eso?
—¡Porque necesito escucharlo! ¡Ava merecía más de nosotros y tú dejaste que muriera por no aceptarla!
Él dio un paso atrás cómo si lo hubiera golpeado. Mi padre no pareció soportarlo. Lanzó una maldición antes de frotarse el cuello con disgusto.
—Desde que naciste no he hecho otra que no fuera protegerte, hijo.
Estreché los ojos.
—¿De qué hablas? ¿De qué me estás protegiendo exactamente?
—He tomado decisiones que te han puesto en una posición difícil. Todo el asunto de tu madre siempre te ha dividido entre nosotros. Pero eres un Deimos. Por mucho que te gustaba estar con Ava no eres cómo ella.
Lo soy.
Él lo sabía mejor que nadie.
Se estaba mintiendo a sí mismo y me daba nauseas cómo podía hablar así de ella. A pesar de sus intentos de desligarme, sentía cómo esas palabras estaban menospreciando cada parte de mí. Así como también el recuerdo de lo que había ocurrido entre ellos.
—Sé que nuestra familia no es perfecta —continuó—, pero es tu familia. Es lo único que tienes para sobrevivir en el mundo cómo lo conocemos ahora. Tienes que seguir adelante.
Me acerqué a él con ganas de golpearlo.
—Eres un hijo de puta, ¿lo sabías? Hablas de la familia cómo si fuera algo preciado pero ¿qué hay de mi madre? Me hiciste elegirte por encima de ella porque tu familia es quien tiene el poder en esta maldita ciudad. Pero, ¡¿qué crees?! ¡Siempre la he elegido a ella todo este tiempo! ¡Todos estos años me viste elegirla y eso es lo que ninguno de ustedes pudo soportar!
Mi padre frunció el ceño.
Eso es.
En su rostro lo vi. Ahora dudaba de que supiera la verdad. Podía visualizar los engranajes de su cabeza tratando de entender cómo rayos lo sabía.
Antes de que pudiera preguntar, me adelanté.
—¿Hay algo que quieras decirme sobre mi madre? Aún puedes ser honesto por una maldita vez en tu vida.
Mi padre parpadeó, aturdido.
—Asher... Yo... amaba a tu madre. Pero hay... situaciones en las que tienes que decidir qué es mejor para la gente que amas. Incluso si eso significa elegir entre uno de ellos.
No podía creer lo que estaba diciendo. Me ardían tanto los ojos que tuve que dar unos pasos hacia atrás.
—No entiendo lo que dices. Arruinar la vida de alguien que amas nunca es una opción... Ella no era suficiente para ti y por eso no te importó lo que pasara con ella. Eres un cobarde. Nunca la aceptaste porque no estaba a tu nivel y no querías bajar de él. —Agité la cabeza—. Es increíble. Eres más viejo que yo pero no sabes ni una puta cosa sobre el amor.
Mi padre señaló el interior de la casa con desdén. La chaqueta de su traje negro se revolvió con él.
—¿Estás enamorado de esa chica?
La pregunta me tomó desprevenido.
—¿Qué?
—Responde. Tú no sabes nada de ella ¿y la trajiste hasta aquí porque no quieres sentirte solo? ¿Se supone que eso es amor?
Me reí dándole la espalda.
—Ya tuvimos esta conversación. No voy a seguir escuchándote.
—¡¿Es por eso que fuiste tan fácil de engañar?! —preguntó desesperado.
Me detuve en seco. Por unos segundos no pude moverme procesando lo que había dicho.
Con pasos lentos me obligué a volverme hacia él. Mi padre no parecía feliz de haber conseguido toda mi atención, pero se mantuvo firme. Su frente bañada en sudor.
—Sé que estás herido y vulnerable —dijo—. Te dejaste envolver por las mentiras de esa chica porque no estabas pensando con claridad.
—¿Qué—qué dices? —pregunté, pero apenas me escuché.
Mi padre maldijo con impotencia. Se acercó a mí para plantar las manos en mis hombros.
—Eloise te está usando, Asher. Viktor sabe quién es ella. Su familia vino a reportarla hace unos días.
Esas palabras me hicieron zafarme de su agarre cómo si me hubiera quemado. Mi respiración se aceleró tan rápido que sentí aguijones en mi pecho.
Necesitaba una maldita respuesta.
—Solo lo preguntaré una vez más. —Mi voz tembló en cada palabra—. ¿De qué demonios estás hablando?
Mi padre no se inmutó por mi reacción. La lástima en sus ojos poco a poco estaba haciendo crecer mi miedo y la ira.
—Celine Leblanc vino. Eloise es su sobrina pero ella ha vivido toda su vida en El Recinto. Nos odia, Asher. ¡Cómo si no te diste cuenta en la cena! ¡Ya la oíste! Celine quería asegurarse de que si alguna vez llegaba hasta aquí Viktor la detuviera antes de que hiciera algo en contra de nosotros. Quién sabe lo que esa chica...
No terminé de escucharlo.
No podía organizar mis pensamientos y mucho menos luchar contra el pitido en mis oídos.
Me tropecé hacia atrás cuando mi vista se nubló por el vértigo.
Fue entonces cuando escuché los ladridos de Bosh. Me giré hacia la entrada de la casa y vi que dos de los guardias de Viktor estaban entrando a paso rápido. Irina y Zack también estaban allí cómo si hubieran evacuado la mansión...
No sé cómo encontré mi voz cuando entendí lo que estaba a punto de suceder.
—¿Dónde...? ¿Dónde está?
—Hijo...
—¡¿Dónde diablos tienen a Eloise?!
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Corruptos [PRIMERA PARTE]
RomanceÉl tiene la oportunidad de cambiarlo todo. Ella está dispuesta a arriesgar su vida. Después de La Crisis, solo las familias privilegiadas pueden permitirse vivir en Vanix. Una ciudad de poder desmedido y lujos excesivos que ningún ciudadano pensaría...