Viktor Deimos estaba en su despacho a mitad de la noche. No podía dormir después de la semana que había tenido.
La reunión con Nicholas Chrom no había ido como esperaba. El imbécil quería abandonar el proyecto cuando se enteró de que estaban trayendo personas jóvenes de Las Afueras. Viktor le había insistido que era necesario traerlos para mejorar sus condiciones de vida. A cualquier costo.
No había convencido al hombre de que a veces algo de fuerza era necesaria. Por ello, Nicholas había llamado a su hermano Jason para hacerlo cambiar de opinión.
El problema era que Jason no tenía idea de sus planes. Nunca lo había involucrado en sus asuntos, y el muy hipócrita había estado de acuerdo hasta hace unos días.
Su hermano y él tuvieron una discusión al respecto. Por supuesto había convencido a su hermano de que algunos salvajes necesitaban disciplina y que era más fácil conseguirla a través de una sustancia inofensiva.
Claro, no hubiera tenido que recurrir a esa sustancia si los de Las Afueras no fueran unos malditos desagradecidos. Eran muy estúpidos para ver que permitirles vivir aquí era un obsequio.
Por desgracia, Jason empezó a hacer más preguntas de las necesarias y todo porque su pobre hermano mayor tenía el corazón roto por la muerte del amor de su vida. Ava.
Lo había detenido diciéndole que siempre les había dado el mejor trato a nuestros colaboradores. Su hermano no podía contradecirlo, ya que apenas había pisado El Asilo. Viktor había tenido que cargar con la responsabilidad mientras sus hermanos se habían dedicado a vivir cómo se les plazca.
Ninguno de sus hermanos tenía derecho a cuestionar sus decisiones hasta el día en que muriera.
Jason no había escuchado las advertencias de Viktor cuando le dijo que no se involucrara con Ava. Nunca pudo evitar que su hermano posara los ojos en ella. Mucho menos evitar que la mujer saliera embarazada de él.
Arthur, su padre, siempre había sido un buen hombre. Pero había dejado claro los límites entre los de Las Afueras y los ciudadanos de Vanix. Mantenía el orden. Al enterarse de que una de sus empleadas estaba esperando un bebé de su hijo, Viktor creyó que sería más estricto con su primogénito.
Pero no lo fue.
A pesar de reprimir a su hermano, Arthur Deimos había dejado que su hijo tuviera a su primer nieto con la única condición de no revelar su lado materno.
Cuando su padre murió, Jason había considerado romper la promesa que le había hecho. Viktor no entendía cómo su hermano podía ser tan egoísta, pero había logrado mantenerlo en secreto. Había conseguido manipular a Jason para que obligara a Ava a mantener la boca cerrada. Su sobrino Asher viviría bajo la crítica de todos si supieran que su madre era el ama de llaves. No iba a permitir que arruinara la reputación de la familia.
No había podido evitar que su sobrino fuera un bastardo, pero sí había sido su trabajo evitar que Asher supiera la verdad.
Después de incontables peleas, Viktor no había logrado regresar a Ava a Las Afueras. Se había quedado en esta casa ablandando el corazón de su sobrino. Volviéndolo imprudente y corriente. Capaz de negar la compañía de su familia por pasar el tiempo con los empleados de la cocina.
Viktor se lo había dicho a Jason, era solo cuestión de tiempo para que Ava terminara confesándole a Asher que ella era su madre. Arruinando todos los planes que ellos tenían para él y su hijo Zack cómo sucesores del negocio familiar. No iba a permitirlo.
Sabía que los nuevos empleados esparcían rumores entre ellos sobre la situación en El Asilo. Y Ava iba a aprovechar el caos para hablar con Jason.
Viktor no titubeó. Después de lo que había ocurrido con Nicholas Chrom no podía permitir que su hermano mostrara más debilidad por esos salvajes y empezara a desconfiar de él. De su trabajo.
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Corruptos [PRIMERA PARTE]
DragosteÉl tiene la oportunidad de cambiarlo todo. Ella está dispuesta a arriesgar su vida. Después de La Crisis, solo las familias privilegiadas pueden permitirse vivir en Vanix. Una ciudad de poder desmedido y lujos excesivos que ningún ciudadano pensaría...