CAPITULO 31 (ASHER)

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El recorrido por la casa fue más rápido de lo que pensé. El despacho de Viktor estaba cerrado, y Eloise sugirió forzar la cerradura para entrar. Tuve que detenerla a mitad del intento de vandalismo cuando se agachó para tomar su cuchillo. Tendría que esperar. La única ventaja que teníamos ahora era que el despacho de Viktor quedaba en el segundo piso, mientras que su habitación estaba en el tercero. Tal vez en la madrugada podíamos entrar sin ser vistos y tener tiempo para registrar sus cosas antes de irnos.

Aún estaba formulando la excusa para poder largarnos de la casa sin que mi familia se entrometiera. Estar aquí no era lo mismo sin Ava, y tener a Eloise en secreto no me daba ninguna tranquilidad respecto a su seguridad.

Intentando no pensar en lo que nos deparaba en las próximas horas, le mostré a Eloise la biblioteca de mi bisabuelo. Su despacho seguía intacto después de todos esos años. Tenía una máquina de escribir en un pedestal en el centro de la habitación. La tenue luz que entraba por los ventanales iluminaban las estanterías llenas de libros.

Eloise se acercó para pasar sus dedos por las teclas de la máquina de escribir.

—Orión me contó que Klaus Deimos era un buen líder —dijo—. Nunca le presté mucha atención. Estaba muy molesta con los Deimos.

Sonreí. Estaba feliz de haber podido cambiar su percepción. Al menos conmigo.

Me acerqué a ella.

—Dicen que mi bisabuelo era genial. Fue uno de los pocos que no dejó de ayudar a las personas cuando La Crisis ocurrió.

—Heredaste lo mejor de él. Lástima que Viktor no lo hizo.

Me froté el cuello cuando recordé algo importante.

—También hablé con Orión sobre mi bisabuelo.

—¿Cómo...? ¿Pensé que nadie...?

—Hay algo que no te he dicho.

Ella inclinó la cabeza con reprimenda.

—¿Ahora qué, Asher?

—Orión... Él sabía que era un Deimos cuando llegué al Recinto.

Eloise frunció el ceño. Sus cejas gruesas casi se encontraron.

—¿De qué hablas?

—Habló conmigo unos días antes de irnos. Había conocido a mi padre en una de sus visitas y desde que me vio lo supo.

—¿Por qué no lo mencionó antes?

—Creyó que no importaba, luego trató de convencerme de desistir de mis ideas.

Eloise agitó la cabeza con disgusto.

—Sabía que eras un Deimos y aún así dejó que me fuera contigo. No tiene sentido.

—Dijo que no ibas a cambiar de opinión y que solo ibas a sentir lástima por mi.

—¡Genial! ¡No sabía que podía ver el futuro! Pero eso no explica por qué estaba tan tranquilo sabiendo tu problema familiar.

—Tal vez porque me hizo prometerle algo.

Eloise se quedó quieta de repente.

—¿Le prometiste qué?

—Lo mismo que te prometí a ti. No vas a quedarte aquí si las cosas se complican.

Ella bufó.

—Creo que Orión solo quería que todo me explotara en la cara y te odiara lo suficiente para salir corriendo de esta misión suicida. Es algo que él haría.

Corruptos [PRIMERA PARTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora