Violet me había llevado a una de las habitación de la casa para descansar. Había insistido en quedarse conmigo por si necesitaba compañía, pero por el momento quería estar sola.
La conversación con Sarah me estaba creando falsas esperanzas. Después de todos estos años no podía procesar que mi madre siguiera con vida. Lo había deseado con todas mis fuerzas. Cada noche me costaba dormirme sin pensar en ese día en que la había perdido. Justo así. Siendo arrastrada por esos malditos guardias.
Ahora, una parte de mí ahora estaba aterrada de lo que significaba que hubiera estado equivocada.
Mi madre no pertenecía a este lugar.
Y si era cierto lo que Violet había dicho ella no debería ser prisionera de esta ciudad.
¿Qué diablos le habían hecho entonces?
Cálmate. Aún no sabes si es cierto.
Un millón de pensamientos me vinieron a la mente y me causaron dolor de cabeza. Estaba con las sábanas encima y los ojos cerrados tratando de silenciarlos y tal vez dormir un poco en lo que Asher regresaba. Violet me había prestado una pijama de dos piezas para estar más cómoda, e intenté concentrar mi atención en la suave tela de seda.
Estaba sintiendo cómo la inconsciencia me arrastraba cuando escuché el sonido de la puerta.
No me moví cuando Asher entró con las bolsas de ropa que había comprado en Castle. Las dejó en la mesa frente al balcón de la habitación.
Bostecé mientras me apoyaba en el respaldo de la cama.
—Regresaste.
Asher se giró con una ceja arqueada.
—Violet dijo que estabas durmiendo.
—Lo estaba intentando. Pero qué bueno que volviste.
Asher se acercó a la cama mientras se frotaba el cuello. Lucía cansado y abatido. Su cabello estaba alborotado cómo si hubiese tenido una pelea. Sus ojos no tenían ese habitual brillo bromista. No lo veía tan amargado desde que nos habían arrebatado a Pix.
—Lo siento —dijo—, podía haber dejado esto en otro lado pero quería asegurarme de que estuvieras bien antes de irme a dormir.
—¿No vas a dormir aquí?
Él me dirigió una sonrisa débil.
—Hay habitaciones de sobra, Eloise, y aquí no tenemos que fingir. Es tu oportunidad de dormir sola si quieres.
Lo pensé un momento. La verdad es que no quería que se fuera. Asher era la única persona en esta ciudad que me hacía regular mi respiración. Me sentía segura con él.
—¿Podrías quedarte? —le pregunté en voz baja.
Asher me miró confuso unos segundos antes de asentir. Vino a sentarse a mi lado y la cama se hundió por su peso. No me quitó los ojos de encima cuando cubrió mi mejilla con su mano.
—¿Estabas llorando?
Retiré su manos despacio y me aclaré la voz.
—Sí, bueno, estuve hablando con Sarah y Violet. No hizo falta esperar llegar a tu casa para hacer mis preguntas.
—¿A qué te refieres?
—Sarah recuerda haber visto una mujer parecida a mí en El Asilo. Hace más de diez años. Dijo... dijo que nunca había visto alguien parecido en ese lugar. —Mis ojos ardieron—. Es probable que sea mi madre, Asher.
Él apretó la mandíbula.
—¿Te dijo algo más?
—No, apenas la vio. Al parecer la mantenían aparte en una de las habitaciones.
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Corruptos [PRIMERA PARTE]
RomanceÉl tiene la oportunidad de cambiarlo todo. Ella está dispuesta a arriesgar su vida. Después de La Crisis, solo las familias privilegiadas pueden permitirse vivir en Vanix. Una ciudad de poder desmedido y lujos excesivos que ningún ciudadano pensaría...