—¡Maldito mentiroso!
Asher esquivó mi próximo golpe sujetando mis muñecas y cruzando mis brazos. Me hizo girar para pegarme de espaldas a su pecho.
Inmovilizada. Otra vez.
Forcejeé sin éxito. Odiaba con todas mis fuerzas que fuera más alto que yo y supiera maniobras de defensa.
—¡Suéltame, Asher! ¡Juro que te golpearé en el estómago!
—Estoy herido, ¿recuerdas?
—¡Para lo que me importa, imbécil!
—Claro que te importa, sino ya lo habrías hecho.
Idiota.
La verdad es que sí me importa. Si no fuera consciente de que estaba herido la bofetada hubiera sido más fuerte.
—¡Suéltame, Asher!
—Primero cálmate y déjame explicarte.
—¿Qué rayos me vas a explicar? ¡Eres un Deimos!
—Sí, y eso no cambia nada. Todo lo que te dije es cierto. Mi madre, mis razones. Todo sigue igual.
Alcé la vista para verlo a través del espejo de la pared. De forma inconsciente dejé de forcejear. Había una pizca de pánico en los semblantes de Asher, cómo si necesitara que le creyera.
Me soltó despacio alzando las manos.
—Estoy siendo honesto, Eloise. En serio.
—¿Por qué no lo dijiste desde un principio?
—Estabas a punto de clavarme un cuchillo. Decirte que mi familia es responsable de la situación del Recinto no iba a amortiguar el golpe.
—¿Y decírmelo aquí era la mejor opción?
—¿Ibas a cambiar de opinión sobre venir?
—No estamos hablando de mí.
—¿Entonces de qué hablas?
—¡De ti! ¡Eres parte de ellos y estás actuando cómo si no fuera la gran cosa!
Asher señaló la puerta con disgusto.
—Lo soy y no me importa. Tan pronto me enteré de que mi padre y mi tío eran unos hijos de puta me fui de la ciudad. Te prometí que iba a solucionarlo. Así que no me digas que estoy en el bando equivocado.
—¡Pero lo estás!
Mis hombros cayeron.
¿Por qué?
¿Por qué de pronto estaba ansiosa y asustada?
No esperaba sentir miedo por Asher.
Pero lo hacía.
Estaba preocupada por lo que todo esto significaba para él. No sólo íbamos en contra de una familia corrupta, íbamos en contra de su familia.
Tragué el nudo en mi garganta y le sostuve la mirada.
—Cuando tu familia se entere...
—No lo harán.
—Van a matarte.
—Estaré bien. —Él se frotó el cuello—. Es una de las razones por las que no quería que vinieras conmigo. No quiero involucrarte en esto.
—Ya lo estoy y no voy a irme. Ahora sí que necesitas apoyo.
—Estaría mucho más tranquilo si me dejaras solo.
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Corruptos [PRIMERA PARTE]
RomansaÉl tiene la oportunidad de cambiarlo todo. Ella está dispuesta a arriesgar su vida. Después de La Crisis, solo las familias privilegiadas pueden permitirse vivir en Vanix. Una ciudad de poder desmedido y lujos excesivos que ningún ciudadano pensaría...