El primero que nos dio la bienvenida fue el perro de mi tía Irina, Bosh. La pequeña bestia de pelo negro nos recibió a los gritos en el vestíbulo.
Eloise se echó hacia atrás cuando Bosh corrió hacia ella.
—¿Va a morderme?
—Solo si le caes mal. A mí me ha mordido cuatro veces.
—Ni lo intentes...
Nos sorprendimos cuando no siguió ladrando cómo de costumbre. Empezó a olfatear sus sandalias cómo el perro amigable que no era.
Eloise se quedó quieta con cara de pocos amigos.
—¿Es lo que hace antes de atacar?
—Quiere decir que le caes mejor que yo. No me extrañaste, ¿verdad, Bosh? —Me incliné para rascarle las orejas pero él me gruñó en respuesta. Suspiré—. Es casi tan odioso cómo su...
—Asher. Ya veo que regresaste.
La voz de mi tía me hizo alzar la vista. Estaba al pie de la escalera con esa mirada acusatoria. Vestía una camisa blanca y una falda azul zafiro. Sus piernas delgadas estaban a la vista, y las manchas de la edad se reflejaban en esa piel pálida.
Bajó los escalones sin prisa. Sus tacones negros y cerrados resonaron por todo el vestíbulo. Su cabello rubio se mantenía intacto detrás de sus hombros con cada paso.
Bosh se colocó rápidamente a su lado cuando estuvo frente a nosotros.
—Hola, tía Irina —saludé.
Ella frunció esos labios finos y las arrugas en su rostro se tensaron. Siendo la mayor de los cuatro hermanos, Irina tenía alrededor de sesenta años.
—Te echamos de menos, Asher. No deberías irte sin avisar.
Claro.
—¿En serio? Pensé que Bosh ya se había quedado con mi habitación.
Sus gélidos ojos azules me miraron con reprimenda. Pero desvió la vista hacia Eloise.
—¿Quién es tu invitada?
—Su nombre es Eloise.
—Hmm... Hola.
Irina la recorrió cómo si pudiera ver a través de ella.
—¿Por fin has traído una prometida?
—Irina —le advertí.
—Una buena decisión. Frania es un lugar hermoso. La boda pudiera celebrarse allá.
No sabía si reírme por la expresión de Eloise o cabrearme por los comentarios de mal gusto de mi tía.
—No es mi prometida —aclaré—. Solo estamos de paso para que supieran que estoy vivo.
Irina se cruzó de brazos con un suspiro, cómo si cada día le trajera una nueva decepción de parte de su sobrino.
Lástima que Zack era un idiota y yo solo era un bastardo que no caía en su gracia.
No tenía esperanzas con ninguno.
—Qué pena —dijo—. Eres el único hijo de tu padre y solo vives perdiendo el tiempo y no piensas en casarte. Qué vergüenza.
Antes de que pudiera decir algo Eloise tomó la palabra.
—Disculpe pero no sabía que mi bienvenida sería una propuesta de matrimonio. Para la próxima candidata le recomiendo ser más sutil. Tal vez tengan éxito.
Esa es mi chica.
Me encantaba su lengua afilada.
Irina alzó el mentón con superioridad.
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Corruptos [PRIMERA PARTE]
RomanceÉl tiene la oportunidad de cambiarlo todo. Ella está dispuesta a arriesgar su vida. Después de La Crisis, solo las familias privilegiadas pueden permitirse vivir en Vanix. Una ciudad de poder desmedido y lujos excesivos que ningún ciudadano pensaría...