Enzo aparcó el auto a una esquina de la torre empresarial. Un edificio de diez pisos con paredes de acero y ventanales que reflejaban las luces neón de los clubes cercanos.
Por la noche, las calles de Vanix se llenaban de turistas y residentes. No existía un transporte para ellos más allá de los autos que alquilaban en la empresa de los padres de Colton. O algunos traían sus autos de lujo directo de sus hogares en los barcos de carga.
La mayoría prefería recorrer la ciudad a pie cómo si se tratara de un gran museo de clubes nocturnos. Y prácticamente lo era.
Enzo y yo caminamos hasta el edificio. Las puertas dobles de cristal tenían un control de acceso facial. Al menos no teníamos que dar explicaciones a los malditos guardias de Viktor sobre nuestra visita a estas horas de la noche.
Traspasamos las puertas y nos dirigimos al ascensor. Todo el edificio era un conjunto de oficinas corporativas que estaban habilitadas para cada familia. Las de los Chrom, Bellis y Deimos eran las principales y estaban en los tres últimos pisos.
El penúltimo pertenecía a los Chrom.
Recordé las cámaras del techo cuando salimos del ascensor y entramos al pasillo de oficinas que se iluminaba con luces blancas a nuestro paso.
—¿Qué haremos con las cámaras? —pregunté en un susurro—. Tu padre se toma en serio su receta de bebidas. Por lo que sabemos puede estar riéndose de nosotros desde su celular.... —Maldije al tropezarme con el pie de Enzo.
—¿Qué demonios...?
—Actúa cómo si estuvieras ebrio.
Estreché los ojos y sonreí. Rodeé su cuello con mi brazo para sujetarlo.
—Wow. Es una idea que se me hubiese ocurrido a mí.
Enzo me empujó con un gruñido parecido a una risa para que lo soltara.
—Fingimos tener resaca para faltar a clases el último año. Solo recordé la idea.
—Diablos sí. Luego nos fuimos a Castle por el resto del día.
—Violet quería matarnos por no invitarla.
—No fue nuestra culpa. Su madre supo que mentía en dos minutos.
Llegamos a su oficina bromeando y tropezando de forma intencional.
La oficina de Enzo era un reflejo de la personalidad de mi amigo. No había nada que no fuera práctico o funcional en todo el espacio. Tenía estantes organizados con libros antiguos de economía detrás de su escritorio y la pared blanca del fondo estaba despejada para proyectar la pantalla del computador.
Todo el mobiliario seguía sus colores neutros favoritos.
El único detalle alegre era un marco de terciopelo amarillo que Violet le había obligado a colocar en su escritorio. Tenía una foto de nosotros tres en su jardín hace dos años por el cumpleaños de Violet. Había engañado a Enzo sobre el código de vestimenta y lo convenció de usar una camisa amarilla y unos pantalones de tela a juego del mismo color.
Yo tampoco era fan de los colores fuertes pero a diferencia de mi amigo al menos variaba mis camisetas debajo de mi chaqueta. Enzo se limitaba al blanco y el negro cómo si fueran su religión.
Violet había conseguido ver a Enzo "brillar" en un amarillo espantoso y según ella ese había sido su mayor regalo.
La foto podía considerarse cómo un tesoro de Vanix porque algo cómo eso nunca iba a repetirse. Enzo lo había dejado muy claro. Pero era una suerte que los tres teníamos una copia por si a nuestro amigo le daba por destruir la suya.
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Corruptos [PRIMERA PARTE]
RomanceÉl tiene la oportunidad de cambiarlo todo. Ella está dispuesta a arriesgar su vida. Después de La Crisis, solo las familias privilegiadas pueden permitirse vivir en Vanix. Una ciudad de poder desmedido y lujos excesivos que ningún ciudadano pensaría...