🌷
31 de diciembre del 2022. Ámsterdam, Países Bajos.
Emma
–¡Corre tía! – gritó Alice mientras corría hacia el elevador – ¡vamos a llegar tarde!
–Ya voy – reí levemente y caminé detrás de ella con la bolsa de hielos en mano – tranquila, no nos vamos a perder las campanadas.
–¿Y si, sí? – picó el botón del elevador y miró el indicador de pisos, observando como este se acercaba al lobby – ¡podríamos perdernos el año nuevo!
–No nos vamos a perder de nada – llegué hasta ella y reforcé mi agarre sobre la bolsa – y si llegamos a perdernos las campanadas, pues no pasa nada, podemos fingir que aún nos quedan más minutos.
–Ay tía – rio levemente y pico en el panel el botón del su departamento – eres bien chistosa a veces.
Reí levemente y recargue mi espalda sobre la superficie de metal, esperando a que el elevador subiera.
Hoy era el último día del año y como era de costumbre, habíamos decidido disfrutar de la celebración en compañía de mi familia, ya que tanto el padre, como la madre de Max, lo pasarían con sus respectivas parejas en alguna playa exótica.
Al salir del elevador, caminamos hasta el departamento y entramos en el mismo.
–¡Ya volvimos! – anunció mi sobrina – trajimos más hielo para los refrescos.
–¡Qué bien! – dijo Will, el cual tenía un gorro de fiesta sobre su cabeza –¿pero por qué trajeron más hielo, si todavía hay en el refrigerador?
–Porque tu hermana está embarazada y tiene antojo de hielo picado – deja caer la bolsa de hielos sobre sus brazos – no iba a arriesgarme a que se terminara todo ella sola.
Will frunció levemente el ceño.
–¿El hielo es un antojo de embarazo?
–Pues para ella lo es, anda, déjalo en el refrigerador – ordene.
–Como ordene, su majestad – rodó los ojos.
Sonreí complacida.
–Eso, trabaja duro esclavo, flojito y cooperando –reí y acomodé su gorro de fiesta –¿sabes dónde está mi marido?
–Creo que está en el balcón con nuestro padre.
–¿En el balcón? – ladeé la cabeza –¿qué podrían estar hablando allí?
–No lo sé, cosas de señores casados – movió sus hombros y dio media vuelta, desapareciendo con la bolsa de hielo en mano.
Suspire pesadamente y camine hasta el balcón, observando como mi padre y Max platicaban, mientras Emi estaba sentada en el pequeño sillón, jugando con el celular de Max.
–Hola – saludé.
–Hola cariño – dijo mi padre mientras elevaba uno de sus brazos para abrazarme – ¿dónde estabas?
–Fui a buscar hielo, Lissa se lo está acabando ella sola.
Ambos hombres rieron levemente.
–Todas las mujeres tienen una fijación en específico durante el embarazo, tu madre amaba comer sandía.
–Y tú los postres– dijo Max, el cual tenía un brazo recargado sobre el barandal – lo cual es contraproducente considerando que no puedes comer cosas tan dulces.
ESTÁS LEYENDO
Dear Max ~ Max Verstappen
Fanfic¿Alguna vez han sentido que viven una vida que no les pertenece? Cuando era niña, mi mayor sueño era convertirme en piloto de carreras; sin embargo, jamás creí que por azares del destino, terminaría encontrando el amor en mi mayor enemigo, con el c...