Dear Max ~ Max Verstappen

Capítulo 32 - Champion of the world

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Sí tienen pañuelos, es momento de usarlos 🤍

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11 de diciembre del 2021. Isla de Yas, Abu Dhabi.

Emma

Este había sido el año más estresante de toda mi vida.

Todo había iniciado en enero, Emilia era una bebé risueña y juguetona, pero hasta cierto punto tranquila o eso nos hizo creer sus primeros meses de vida.

Max y yo salimos turnarnos por las noches para alimentarla, cambiarla y volverla a dormir, al igual que nos repartíamos las actividades durante el día.

Si bien, Max ayudaba en la crianza y cuidados de nuestra hija, lo cual me permitía tener un poco de paz mental, yo era completamente consciente de que todo cambiaría cuando la temporada de la Formula 1 comenzará, puesto que como madre primeriza, tenía el miedo de estropearlo todo cuando me quedase sola con la bebé.

En pocas palabras, estaba aterrada, pero gracias a dios y al universo, pude aprender a sobrellevarlo hasta cierto punto.

A diferencia de lo que muchos pudieran pensar, dentro de mí nació un instinto maternal desconocido que sorprendió a más de uno, incluyéndome a mí misma; sin embargo, con clases y proyectos de la universidad, el tiempo destinado para ejercer la maternidad se veía bastante reducido, por lo que tuvimos que recurrir al apoyo de una niñera, cuyo nombre era Susie, la cual se volvió mi salvavidas en los momentos en lo que mis responsabilidades me asfixiaban y es que para el mes de mayo, las cosas empezaron a ponerse mucho más serias.

Después del Gran Premio de Mónaco, la escudería austriaca se dio cuenta de un interesante detalle, y es que revisando las estadísticas del auto de Max en las últimas carreras y comparándolas con las de la escudería vencedora actual, Mercedes, se percataron de que había similitudes entre los resultados, lo cual significaba una cosa... Max podía pelear por el campeonato.

Al inicio, todo el mundo estaba contento con los resultados que el piloto neerlandés estaba teniendo, pero conforme las carreras fueron pasando y sus puntos se emparejaban con los de Hamilton, la presión fue creciendo en tal medida que a las últimas fechas de la temporada el ambiente en el garaje era prácticamente tóxico.

Era asfixiante.

-¿Has visto mi chaqueta?- preguntó mi esposo mientras se vestía - creí que la había dejado sobre el sillón.

-Sí, la dejaste allí, pero la colgué en el armario - conteste mientras cambiabal a la bebé - siempre dejas las cosas por todos lados.

-Sí, lo siento - rio levemente y camino hasta el armario de la habitación para ponerse la chaqueta - te prometo que no volveré a hacerlo.

-Eso dices siempre - sonreí y cerré la chaqueta de Emilia - ¿cómo se le ve la chaqueta?, ¿linda no?

Eleve a la bebé entre mis brazos y esta rio levemente.

La escudería nos había regalado a los tres chaquetas de la mercancía a juego.

Max sonrió levemente y caminó hacia Emilia, cargándola entre sus brazos.

-Se ve como toda una piloto - acomodo su cabello - una piloto de la familia Verstappen.

-Y de la familia Van der Wood - corregí mientras me levantaba para colocarme mi chaqueta - no se te olvide eso.

-Jamás, esta bebé tiene la velocidad en sus venas.

-Y la diabetes también - bromee, tome mi bolso y coloqué la pañalera en el bolsillo inferior de la carriola - vámonos o se nos hará tarde.