Capítulo 23 - La vida que mereces

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✨ Maratón 20k - 1/3 ✨

🌼

12 de enero del 2019. Montecarlo, Mónaco.

Emma

Esto era delicioso.

Abrí los ojos lentamente y estiré mis brazos hacia arriba, quitando la tensión acumulada en mis músculos, la cual había sido provocada por el estrés vivido en los últimos días.

Si bien, salir con un piloto de la máxima categoría era sinónimo de comodidades económicas, en definitiva, mi favorita era que este contaba con una cama ortopédica en su departamento, la cual parecía haber sido diseñada por los mismísimos dioses del olimpo.

Era cómodamente maravillosa.

Bostece con pesadez y me senté sobre la cama, observando el pequeño rayo de sol que se asomaba por las cortinas de la habitación.

Giré mi cabeza hacia el otro lado de la cama y sonreí levemente.

Max estaba dormido boca abajo con un hilo de saliva cayendo sobre su almohada.

Me acerqué a él, dejando un corto beso sobre su espalda y me levanté caminando hacia las ventanas para salir al pequeño balcón que tenía la habitación de Max.

Abrí la puerta y salí al balcón, disfrutando de la dulce brisa mañanera que el puerto de Mónaco me regalaba.

Hoy se cumplía una semana desde que había llegado a Montecarlo.

Había pasado casi todos los días conociendo la ciudad, yendo a conocer el puerto, los miradores y algunos restaurantes de la ciudad y sus aledaños, pero sin duda alguna, lo que más me gustaba de mi fugaz mudanza, era que ahora compartía cama con mi novio.

Yo sabía que esto sería de manera temporal, ya que en unas horas mi suegra y mi cuñada llegarían a la ciudad, lo cual significaba que me iría a vivir con ellas; sin embargo, estaba dispuesta a disfrutar de cada segundo que nos quedará de nuestras cortas y apresuradas vacaciones en la ciudad, puesto que, en unos días, Max debía partir hacia la fábrica para trabajar en el auto de esta temporada.

Suspire pesadamente y me acerqué al barandal del balcón, observando la vista.

Esto me gustaba, me gustaba demasiado.

-Aquí estás - escuché la voz de Max a mis espaldas.

-Aquí estoy - sonreí y sentí como me estrechaba entre sus brazos, abrazándome.

-Por un momento pensé que todo había sido un sueño - beso mi mejilla - que en realidad no estabas aquí conmigo... gracias al cielo no fue así.

-Amaneciste muy romántico - reí y lo miré - ¿acaso estás tratando de seducirme?

-Es probable - se acercó a mi rostro y beso mis labios.

-¿Entonces no tuviste suficiente con todo lo que hicimos en la semana? - pregunté mientras elevaba una de mis cejas, provocando que este riera.

-No, no fue suficiente - beso mi cabeza - y aunque me gustaría que siguiéramos con esa actividad, me temo que no podrá ser así, ya tenemos una reservación para desayunar en una hora, así que debemos apresurarnos y darnos un baño.

-Yo me bañé anoche - moví mis hombros - el que se tiene que bañar eres tú.

-Solo lo digo por si querías acompañarme - sonrió - creo que podría ser divertido.

Dear Max ~ Max VerstappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora