- Oh, Annie... Debiste verlo. No podía creer cuando decidió hablar conmigo después de que te fuiste con el príncipe Milo, estoy segura de que casi me desmayo al escucharle pedirme una pieza, pero accedí y estuvimos bailando de aquí para allá en un perfecto compás hasta que... - Suspiró. - Hasta que ese príncipe cretino se ofendió porque no acepté ser uno de sus juegos.
Se dejó caer en el taburete a mi lado con un lamento y no supe qué decirle así que solo la observé.
En lo que terminaba mi plato de comida, ella me relataba por tercera vez en el día su decepción con el odioso y narcisista príncipe de Eftihia (sus palabras no mías) Cada vez que lo contaba, parecía empeorar la situación.
En verdad me parecía una pena que lo hubiera pasado tan mal por culpa de un chico que creí era mejor persona. Ese fue su primer baile también y yo deseaba que pudiera haberlo disfrutado al igual que yo lo hice.
- ¿Tienes algún consejo para olvidarme de un tonto?
- Mm... No soy buena con las decepciones románticas.
- Oh... Ahora vas a echarme en cara tus buenas relaciones amorosas.
Tal vez debería decirle que ese número era inexistente, pero preferí callar.
- Lo lamento, no pretendía hacerte sentir peor.
Una risilla se escapó de sus labios y empujó mi hombro con su mano.
- ¿Por qué te disculpas? Siento envidia de ti... de la buena, claro está. Me alegra que pudieras tener tu noche de cuentos de hadas, hubiera sido terrible tener que ver al príncipe con otra. - Aparté la mirada al sentir el rubor en mi rostro. - Por cierto, ¿Dónde dijiste que estabas? Te estuve buscando, pero no te vi en ningún lado.
- Fui al baño, pero se complicó un poco por el vestido. - Mentí rápidamente aún sin observarla, porque sentía que podía ver la mentira en mis ojos. - Luego me encontré a la princesa de Yselut y estuvimos hablando un rato. Es muy agradable.
- Ah sí, aunque he escuchado que también puede llegar a ser muy fría. Es una pena que no hayas estado ahí para salvarme de ese momento tan horrible.
- Ya te lo dije, tuve que irme por una emergencia. Y sabes que me cuesta hacer amigos, no iba a dejarla a ella abandonada, así como así.
- No hace falta que te justifiques, yo también me estaría cagando después de bailar con el príncipe Carter, ante todos los nobles. - Su burla me hizo rodar los ojos ya que eso tampoco parecía superarlo. - De entre tantas chicas tú fuiste la elegida. Dime ¿Qué sucedió después?
- ¿Después? - Pregunté confundida. - ¿De qué hablas?
Esta parte de la charla no estaba dentro de lo que había practicado.
- Bueno, fue un momento bastante íntimo y me atrevo a decir que romántico ¿No han hablado al respecto?
- Evie... Fue solo un baile. - Me reí con tristeza y tomé sus manos entre las mías. - Puede que no lo parezca, pero es la realidad. Que a mí me atraiga, no significa que tendré mi propia historia de amor.
Sus ojos se abrieron de par en par y ahogó un chillido de felicidad al escucharme. Tuve que sacrificar una parte de la historia para que no siguiera por terreno peligroso.
- ¡Lo sabía! Estabas tardando demasiado en confirmarlo, ya no podía más.
- No cantes victoria, es probable que él no sienta lo mismo.
- Tonterías, te lo aseguro. - Sí... Yo también podía asegurárselo. - Con ninguna chica se le había visto antes así.
¿Por qué hoy me estaba recordando tantas veces que hubieron otras chicas?
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La chica del caos
FantasíaEn lo profundo del bosque, de un mundo donde las personas parecen ser todas similares de apariencia, una joven chica se mantenía oculta en su cabaña a la espera de su libertad. Viviendo día y noche entre el mismo territorio, sin poder ir más allá po...