Capítulo 1

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"Volví"

Parecía una eternidad desde el momento en que toda su vida se fue en pique hasta este momento.

Durante años penso que era una tontería continuar con este sueño, tener su propio rancho era algo que soño con María, por ello compro la propiedad del lago. Pero ahora... Ahora eso era algo que estaba de más...

La verdad era que el alma de Vicente continuaba de luto... El quedarse en un solo lugar y continuar con su vida era algo con lo que no podía lidiar. A menudo visitaba a su familia, solía quedarse en las cumbres con su hermano o en la ilusión con Alana, pero no visitaba esa construcción a medias que tenía en medio de Las Palmas ...

Hasta ahora...

Se vio a el mismo a sus 48 años frente a la muestra gráfica de todas sus pérdidas. Al menos ahora el ruido a su alrededor no le dejaba pensar mucho, porque su familia era ruidosa, bastante ruidosa....

-¿Vicente?-la voz de Alana retumbaba en aquellas paredes vacías.

-Asinque está es tu cueva- una risa molesta se extendia por el silencio del lugar hasta encontrarlo arriba de una escalera colocando el vitral de la cocina- Hola cuñado-

- No llevo ni 24 horas, lo juro por Dios, no tengo ni un día entero en este pueblo y ya me encontraron -

-Vamos no seas amargado- Adan se sentó sobre la barra recién pulida- tenía a gente vigilando el lugar, ellos solo me avisaron-

- Te detesto -

-Vamos, debiste pasar a casa-

-No se supone que ustedes viven en Houston-

-Los niños vinieron al Paraíso, así que ya sabes - Alana sonrió apenas- Les encanta en entrenamiento de verano-

- Así que es solo mi mala suerte -

-Algo asi- Adan se encogió de hombros- si te sirve se consuelo yo también estoy aquí contra mi voluntad-

-¿Abel?-

- Peor, Genaro no pudo venir, su padre ha estado enfermo, así que me mandó de custodio, ya nadie nos quiere matar, no se porque sigue obsesionado con la seguriada-

Vicente solo rio, era obvio que el también estaba más tranquilo cuidando de Alana y los niños, pero no diría nada.

Vicente jamás les diría que extraño todo el ruido, no porque no se vería blando entre su cuñado y su prima.

Ahora todos los lugares que algún día conoció eran seguros, El paraíso era lo que su dueño algún día soño, Joselito se encargo de ello.

Su familia tenía un renombre en el rodeo y la división entre Houston y Las Palmas ahora era nula.

Tan nula que incluso Alfonso y su esposa Sara habían vuelto a vivir ahí en busca de una vida tranquila.

Y quizá eso era lo que añoraba Vicente... Una vida tranquila al no tener a su Maria...

Pero no pudo ser más ingenuo.

Eran casi las cuatro de la mañana cuando Vicente sintió aquella luz en su rostro. Abrió los ojos apenas el ruido de un auto se hizo presente.

Parecía mentira pero tenía más de dos meses viviendo en las palmas y aunque las visitas de sus familiares al principio eran constantes, con el tiempo comenzaron a disminuir....

Por ello aquellas luces lo tomaron por sorpresa... Nadie le visitaría en la madrugada, al menos no con buenas noticias y eso era una regla general de la vida.

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