Capitulo 4

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-¿Sara?- el rostro de Camila se iluminó en cuanto vio a aquella vieja amiga caminar por el intento de salón

-¡Camí!- corrió a ella para amarrarla en un abrazo que la hizo quejarse un tanto adolorida- no puedo creerlo, cuando supe que estabas aquí me sorprendí, creí que Adolfo estaba confundido o algo

-¿No lo entiendo como se conocen? Yo...-

-¿Lo olvidaste cierto? Bueno que supongo que por lo que veo no tenías tiempo para trivialidades. Pero me case con Adolfo hace un tiempos vinieron a la boda, Vicente y Adolfo son primos-

-Dios tienes razón, pero eso fue hace tanto, creo que simplemente mi cabeza no hizo las conecciones adecuadas- contesto avergonzada- me da mucho gusto verte de verdad, lo digo dé corazón-

-¿Que paso Camí? Ese tipo el fiscal, de verdad pensé que estaban bien-

-Lo estaba, de verdad lo estaba, pero las cosas se pusieron difíciles con el tiempo, primero descubrimos que no podíamos tener hijos- dió un largo suspiro sirviendo un vaso de limonada- después se me ocurrió retomar mi carrera... Todo fue una mierda-

-Eso no es ninguna justificación, mira como te dejo- se encogió de hombros- Adolfo dice que casi te mata

-Quiza, pero no morí y tampoco planeo volver- la vio guardar silencio con los ojos llenos de lágrimas

-No creas que vengo a entrometerme o algo asi, yo solo-

-No, no claro que no, discúlpame estoy aún procesando todo, se que fue hace meses pero yo... Nunca fui muy inteligente sabes, mucho menos bonita así que simplemente creí que debía soportar... Por mi, por mi padre, por mi matrimonio. De no ser por mi hermano estaría muerta-

-Cami, pero si tú fuiste un sol toda la vida, ¿Cómo puedes pensar lo contrario? Eres hermosa, divertida y muy inteligente, así que no te permito que digas esas cosas...-

-Sara, tu siempre tan buena, supongo que es un rasgo familiar- sonrió mirando por la ventana

-Lo es, aunque nuestro Vicente no es la máxima expresión de ello, pero no te preocupes aquí estarás a salvó, nadie por aquí dice nada sin que sea necesario, así que nunca sabrán dónde estás... Ví a tu padre en el pueblo-

-Esta furioso, Julia me contó que prefería que no regresará si estaba planeando divorciarme-

-Es un hombre duro, pero tú hermano es alguien muy coherente-

-Lo es, y agradezco a Dios por ello-

El resto de la tarde compartieron todo lo que se perdieron en esos años, contaron anécdotas ambas lloraron un pocos.

Camila no recordaba la última vez que hablo tanto en esos meses y eso la hacía feliz, realmente feliz.

-Dios me quedé sin habla, pasaron muchas cosas impresionantes en estos años-

- Y que lo digas, tus historias son mil veces mejor que la mia-Camila bromeó- Cuando Vicente dijo que quizá necesitabas hablar con alguien pensé que exageraba, pero pues tenía razón. Y de verdad me alegra haber venido- sostuvo la mano de su amiga- vendré las veces que quieras, te daré mi número para que me llames, pronto iniciaran los rodeos y seguramente Vicente irá al circuito, ya me extraña que no esté con ellos- y de nuevo esa declaración le tomaba por sorpresa- le diré a Vicente que te lleve a casa a las Cumbres con todos, somos ruidosos pero discretos y apuesto que estarán felices de conocerte...-

-¿Vicente te pidió que vinieras?- Camila pregunto cómo si se hubiera quedado a la mitad de esa plática

-Lo hizo, supongo que estaba preocupado. Es un buen hombre, pero las relaciones humanas no son lo suyo... Desde que murió María él... ¿Te lo ha dicho?- se detuvo a mitad de la frase sintiendo que tenía en su poder información que no le pertenecía del todo

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