-Dime dónde estan- Vicente se cruzó de brazos frente a Sara en la entrada de la clínica dispuesto a no dejarla dar ni un paso más si no le daba una respuesta-Eres un idiota, entre más viejo, más idiota, es que de verdad no te la creo- y colándose por su costado le pasó de largo
-Se que está en el pueblo, le di su espació, fui un pendejo pero dos días son los únicos que planeo pasar separado de mi familia, así que o me dices o revisaré casa por casa... Así que mejor evitame la pena- Sara lo ignoro con una risa oculta en los labios
Camila estaba molesta, pero tenía el mismo corazón que Vicente, tenían que hablar y poner en orden todo lo que ahora pasaba, pero un escarmiento no estaría de más.
Él conocía a la perfección sus errores, lo que dijo, hizo, sintio y penso. Y aquello lo hacía sentirse como el más grande de los idiotas, porque al final de cuentas lo dejo ganar.
Vicente permitió que Joseph se metiera en su cabeza, que sus miedos tocarán descaradamente su puerta y el los acogiera cómo viejos amigos.
De nuevo se dejaba ir en su cabeza dejando sola a Camila y se odiaba por ello.
-Largo- Adán cerró la puerta frente a Vicente cuando lo vio metiendo la nariz por la puerta tracera
-Vengo por Camila- empujó aquella puerta mirando ese par de ojitos que se emocionaban en la silla de bebé improvisada de la cocina
-Llegas bastante tarde por si me lo preguntas-
-Queria darle su espacio- le pasó de largo para abrazar a su hijo que lo recibía emocionado-Hola mi niño, te amo- le susurro mientras lo miraba ser tan o más Villaseñor que él- Que imbécil- se quejo de sí mismo con la imagen de su mujer negandole acercarse a ella después del juicio.
-Esta dormida, no se ha sentido bien, creo que el estrés la está afectando- Adan dejo de lado el cuchillo dando una larga y entrecortada respiración- Mirá, no sé exactamente porque la vida nos es tan complicada, te juro que no lo entiendo. Pero ambos sabemos perfectamente lo que es perder lo que amamos. Camila llegó del cielo no solo para ti, llegó para todos. Es como la pieza que faltaba entre nosotros, es amable, serena y sabe perfectamente como hacer que alguien se sienta amado e importante... De no haberla encontrado tú, quizá hasta yo podria mirarla con otros ojos. Pero aquí estás, siendo un idiota. Equivocabdote una y otra vez con alguien que ha sufrido tanto, con alguien que solo tiene amor para ti-
Vicente miro el sueño avergonzado, el que Adan le hablara así de claro frente a frente siendo tan joven lo deja a mal parado. Hasta ahora se quedaba corto cuando de Camila se trataba.
Ella era su vida, su segunda oportunidad, la respuesta a todas sus plegarias y aquí estába mandando todo a la mierda una y otra vez, temeroso de dejarse el alma por ella.
-Aqui Camila lleva las de perder a tú lado, tu sabes lo que es estar partido a la mitad- Adan continuo mirando hacia el jardín que adornaba la quinta de las flor s y que tanto le recordaba a la hermana que la vida le quito- yo lo sé... Pero si ahora tienes tanto... No comprendo cómo es que no puedes ser capaz de...-
-Lo sé, se lo que quieres decir- beso la frente de su hijo que miraba aquello sin saber que nada de lo que pasaba- iré arriba- le extendió al niño que se aferraba un poco a su persona antes de ser recibido con una sonrisa familiar y querida para el-
-Iremos a casa de tu hermano, nuestras nuevas generaciones no tienen traumas-bromeo tomando la manzana que picaba y saliendo con su sobrino en brazos.
Cuando Vicente camino por aquella casa el pasado volvió a él como una ligera lluvia para su memoria, las fotografías de María adornaban la escalera, incluso aquellas dónde ambos eran felices.
Recordó a su suegro de pie en aquel tramo de peldaños mirando las fotos una y otra vez; sabía perfectamente que deseaba lo mismo que él, deseaba que regresará, que todo aquello no fuera más que una pesadilla.
-Era hermosa- el sonido de la voz de Camila al final del pasillo lo saco del pasado y una calidez le embargo al verla tan hermosa y tan suya al final de ese pasillo
Camino sin decir nada, con su mirada deborandole de pies a cabeza, con el alma entre las manos.
Apenas estuvo cerca de ella sus manos la atraparon llevándola hasta su altura y consumiendo su aliento lentamente, sin prisas, sin culpa.
Quizá era tarde, quizá está a siendo un idiota, pero fue solo hasta ahora que entendió que sujetar con tanta fuerza el pasado no valía la pena, jamás olvidaría a María, ella le enseño a abrir su corazón como jamás lo hizo.
Si él era capaz de amar era gracias a ella, pero la verdad era que se fué, la vida se la arrebato de la peor manera sin deberla ni temerla... Y ahora Camila está a aquí, suplicando por un corazón que se negaba a ser completamente suyo aún cuando le dió el mundo, su sonrisa, su existencia misma.
-Lamento mucho ser un idiota- dijo sin apartarse de ella- yo sé que quizá mis palabras ya no valgan para ti, pero eres todo lo que yo pude desear, contigo el mundo volvió a girar... Y lamento tanto no estar a la altura para ti-
-Me has lastimado Vicente- su voz parecía un hilo- yo más que nadie sabe que no deseabas nada de ésto, ni a mi, ni a Braulio...-
-No, no, no- tomo su rostro con ambas manos- no te atrevas a pensar de esa manera, ustedes son toda mi existencia. Desde el primer momento en que te vi supe que mi vida sería tuya, no tenía más opciones...-
-Yo se que jamás podrás amarme como lo hiciste antes, y es normal que dudes de mi y de nuestro -
-Camila, Camila mirame- la obligó a abrir los ojos que se desbordaban en lágrimas- todo el dolor del pasado, cada perdida,cada lágrima y casa risa me trajeron a ti... Me trajo aquí... Y no planeó dar marcha atrás ni a seguir siendo este tremendo idiota. Ya no quiero tener miedo Camila...- su voz se rompió y los brazos que tanto añoro se envolvieron en su cuello tomando todo su dolor
-¿Cómo pudiste dudar de mi?-oculto su rostro lloroso sintiendo como el corazón se le apretaba
-Soy un tonto, tu eres más de lo que merezco, eres hermosa, inteligente, una exelente persona y yo... Cualquier persona lucharia por ti y él pensar que podría perderte tan fácil... Yo... Yo amo a Braulio, se que es mi hijo, eso es algo obvio... Pero quizá, quizá estoy tan acostumbrado a esperar lo peor... Que esperaba perder...-
-Cobarde- susurró- no estoy lista para tener que romperme de nuevo y no lo haré Vicente- se alejo de él mirándolo con descision- Quédate si así lo quieres, quédate si vamos a ir de la mano, de lo contrario, aunque se me parta el alma... Aléjate de mí... De nosotros...-
Vicente se quedó de pie con esas palabras clavadas en su pecho, esto era un ultimátum, ella se iría seguramente, él la perdería...
Pero no, está vez no se permitiría volver a perder no está vez.
-Niña- la atrajo a su cuerpo de un tirón con una sonrisa socarrona y la misma mirada con la que subió las escaleras- mientas yo viva dormiré en tu cama, tu tendrás nuestros hijos y gemiras mi nombre, me sentiré orgulloso de ti y caminaré detrás, a un lado o frente a tu persona según sea necesario... Yo no necesito un papel que diga que eres mía y que soy tuyo ... Por qué lo somos y lo sabes. Está es la última vez que me permito equivocarme. Es la última vez que sientes la necesidad de marcharte ... Lo juro por nuestro hijo ...-
El cuerpo de Vicente atrapó a Camila de inmediato, ahí al final de aquella escalera dónde un día suplico morir se sintió entero mientras se desbordaba en el centro de Camila, la amaba, tenía su vida entera entre sus dedos y jamás se permitiría ir atrás de nuevo.
Cuando entraron a Las Cumbres aquellas miradas preocupadas se hablandaron inmediatamente.
Victor palmeo la espalda de su hermano, hizo lo correcto y ahora regresaba con Camila de la mano.
Todo lo que existía afuera no les dañaría, la vida tenía que continuar, el flujo de su existencia igual y no importaría que Joseph peleara con uñas y dientes contra ello.
ESTÁS LEYENDO
Las Cumbres
Teen Fiction"Una vez que encuentras al amor de tu vida, lo demás va en declive" esa era la frase que durante años definió los pasos de Vicente, jamás pensó volver a sentir amor, muchos menos a mirar a alguien y que se le acelerara el corazón... o al menos así f...