Capítulo 18

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El orden de los acontecimientos no era algo que Joseph esperaba.

Las palabras del juez fueron firmes y contundentes, ellos ganaron, cuando salió de ese lugar no podía llamarla más suya, y no es como que en algún momento después de todo lo que pasó entre ellos realmente lo hubiera sido, pero al menos en ese papel aún lo era.

Joseph salió del juzgado sintiendo como el mundo se destrozaba bajo sus pies no podía más, lo dió todo y terminaron ganando, al menos los cargos por violencia fueron bien librados y pudo salir, de lo contrario realmente hubieran terminado con él.

-Ya no te sientes tan valiente- aquella figura masculina le cubría la espalda mientras el se recargaba con ambas manos en su auto intentando no dejar caer ni una lágrima

-¿Vienes a regodearte?-su voz tembló girando lentamente para encontrarse con ese puño que le acomodaba cada ahueso de la mandíbula- hijo de perra- sostuvo su mandíbula sintiendo como lo encuellaba furioso

-Tu pequeño hombre... Si pudiera te daría fin aquí mismo desgraciado. Pero amo demasiado a mi familia para ponerla en riesgo con tan poco-

-Jamas me podrás sacar de su vida, cada vez que vea sus manos me va a recordar, incluso cuando vea a ese niño- se quejo sintiendo como le apretaba aún más- piensas que ganaste pero yo...-

-Eres un perro enfermo- lo arrojo al suelo con tanta furia que no pudo ni detenerse

-Sabes que lo que digo es verdad, de lo contrario ¿Porqué estás aquí?-

Vicente se quedó en silencio mirándolo tan perfecto y burlón, era un niño bonito que ahora hacia un berrinche al perder su juguete favorito.

-Me das lastima- dijo con una sonrisa que Joseph no espero-Quiza sí pensara en ti cuando sus dedos duelan o cuando la memoria de tus mentiras la agobie... Pero yo estaré ahí... Todos los dias- se inclino hasta estar cerca de su rostro- cada día hasta el final, será mi nombre el que grite cuando sus orgasmos lleguén y serán mis hijos los que ella cargue- y dando un par de palmaditas amables y condescendientes en su mejilla le dió la espalda

-¡Esto no se ha terminado!- grito poniéndose de pie intentando alcanzarlo para arrancarse la humillación de la piel

-Te equivocas, esto es el fin- y un par de policías llegaron a él como si aquello fuera una señal

-Señor Joseph Starling queda usted arrestado por lavado de dinero, corrupción en una corte federal e intento de asesinato-

Vicente se quedó mirándolo con una sonrisa en los labios, esto termino aquí, aquel hombre tenía los ojos rojos de furia pero no existía nada en esta tierra que pudiera ayudarle ahora mismo.

Camila dió cada detalle a la policía, todos incluso aquellos que con su pasado tenían que ver; jamás fue tonta y cada nombre, evento y propiedad estaban bien registradas en su memoria.Y más importante aún. En su computadora.

Joseph enfrento aquellos cargos si poder meter si quiera las manos, queia ver a Camila por última vez, pero ni en un millón de años penso que aquella última vez sería con ella arriba de un estrado señalando sus errores uno a uno.

No podía ser verdad que le ganará, que esa mujer que tomo su mano tantos años estuviera traicionandole de esa manera.

Quería pensar que ella no era la misma mujer que conoció hacía tanto, pero igual que la barca de Teseo, no importaba cuan cambiada estuviera, ella seguía siendo ella...

Y así fue como para la llegada del otoño la corte federal declaró a Joseph Starling cómo culpable...

Camila recibió aquella noticia mientras intentaba ponerse cómoda en el sofá del pórtico de su casa, tenía solo cinco meses de embarazo pero le pesaban mucho más que cuando tuvo a Braulio.

Aquel papel en sus manos describía punto a punto todo lo que pasó, la condena, el delito... Todo...

Y por primera vez desde aquella noche que llegó a casa de Vicente apenas viva, se sintió realmente libre.

-Por tu sonrisa puedo saber que te han dado las buenas nuevas ¿cierto?- Vicente se acomodo a su lado besando su vientre para pasar a su boca

-No es algo que esperaba, paso casi un año, todo fue un caos, tener esto entre mis manos es prácticamente un sueño-

-Te dije que Adan era bueno en lo que hacía, parece que no, pero es bastante inteligente-

-Ese hombre es lo mejor que me paso- sonrió sintiendo un pellizco juguetón en la mejilla-

-¡Oye! Comenzaré a negarle la entrada, no estoy dispuesto a competir con un rubio de ojos azules-

- Tonto- enredo sus brazos en su cuello riendo divertida-No se si lo sabes pero en realidad soy adicta a los vaqueros gruñones con sombreros polvosos y dedos...-

Vicente atrapó aquella sonrisa pícara con un beso prolongado, ese hombre tenía su propia felicidad.

Se juro cuando la vio por primera vez cuidarla, y ahora tenía todo lo que en silencio le prometió.

Podía verla dormir con su hijo en el costado y disfrutar de su calor casa noche, escucharle cantar en la cocina y verla caminar torpemente con aquella panza hacia las caballerizas cada día.

La vida era buena... Era tan buena que casi parecía una mentira.

Para el festival de primavera de Las Palmas los brazos de aquella pareja estaban bastante ocupados, Vicente llevaba de su mano a ese pequeño Braulio vestido de granjero mientras Camila cargaba a una recién nacida llamada Brisa.

Lentamente Las Palmas volvió a ser para los Villaseñor un lugar no tan amargo. Curiosamente aquellos pequeños que ahora cuidaban encontraban lentamente un hogar.

Ese lugar les dió tantas perdidas como lágrimas en esta existencia. Pero el mal había sido arrancado de raíz y todo lentamente resurgía.

Incluso las Flores, aquel rancho que se quedó con ese hombre solitario se adornaba cada navidad con extravagantes adornos para recibir a esos niños que guardaban el alma de su tío favorito.

Los pequeños Bravos y los Villaseñor caminaban por el mundo como si fuera algo novedoso y todos a su alrededor les perteneciera y no era para menos.

Incluso Camila lentamente volvió a ser ella.

Y eso no le gustaba a su padre, para su padre ver a su única hija reducida a una simple madre de pueblo le consumía las entrañas.

El mundo siempre fue tan grande para ella y jamás supo hacer nada.

Odiaba a ese hombre que se habia burlado se su familia por años, y odiaba que todos lo vieran con ese aire de redención después de su "lamentable" pasado

Para él aquello no tenía nada de lamentable, ese tipo le jugó chueco a su hijo siendo el amante de su nuera, y de la nada convenció a su hija para dejar a su marido e ir con él.

Eso jamás debió ser así, su familia era importante y permitir a Camila algo así...

Incluso cuando llevo a sus nietos no pudo ni verlos. Estaba furioso de que su sangre se revolviera con la de esos vaqueros, no importaba que tuvieran más dinero que Dios, un simple vaquero era un simple ranchero...

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