Adán estaba de pie frente a Camila y Braulio, más que su abogado se sentía como tener a un perro se reserva cuidándole.Vicente le pidió que no se separara de ella y así lo hizo. Mientras el proceso de la prueba de paternidad se daba Adán no le perdía de vista.
Joseph intentaba acercarse a ella a cada paso, pero le fue imposible. Sabía perfectamente que esto era una perdida de tiempo, quería solo un momento para verle un segundo, un momento para poder tenerla de nuevo.
Pero esa familia la hizo tan parte de ellos que incluso el hermano de la esposa muerta le cuidaba como si se realmente fuera importante para ellos.
Y si, ella era importante, porque la persona que más amo a su hermana volvió a la vida cuando llegó, y no tuvo la necesidad de pisotear nada. Cuido todos los recuerdos de su hermana, los respeto y pareció su memoria.
Claro que era importante para él, porque se encargo de limpiar la tumba de María en los días que Vicente se quebraba, porque nunca la vio como una sombra aunque al principio lo fue.
Camila sabía lo que era una herida en el alma y en vez de negarse a su existencia o insistir en cerrarla, escucho lo que Vicente tenía que decir, lloro con él y miro el pasado como algo inevitable e innegable y con ello siguió adelante.
-Ven aquí, ven con tu tío- Adán extendió los brazos a un lloroso pequeño que salía de la prueba de sangre- ya pasó, mira, mira lo que tengo aquí- y sacando una paleta de bombón lo hizo sonreír mientras se acurrucaba en su cuello
-Lo hechas a perder lentamente- Camila sonrió mirándolo aferrarse con esas manitas pequeñas a su tío favorito
-Víctor aún no me perdona que yo sea su tía favorito- le guiño el ojo mientras caminaban hacia la salida del hospital-¿Estás bien?-
-Lo estoy, solo se siente raro todo esto, odio verlo, parece que no me afecta y lo intento pero de verdad me quema el que solo dirija su mirada hacia mi persona-
-Estoy está por terminar, ese desgraciado nos jugara sucio pero la verdad es que nosotros ya estamos curados de espanto- continuaron caminando calle abajo
-Gracias por todo Adán, de verdad, jamás pensé que tú...- se detuvo a medio camino de aquella frase
-Soy su tío favorito, no puedo no cuidarlo- volvió a darle aquella sonrisa melancólica con la que Camila sabía no podía seguir
Un par de calles adelante Vicente estaba estacionado esperándoles en el auto.
-¡Papi!- Braulio aplaudió estirando los brazos a ese vaquero que corría ha ellos como si llegarán de la guerra.
-Ven aquí vaquerito-
-Pico- señalo su brazo aún con la paleta mordida en su puñito
-Lo sé amor, lo sé, pero fuiste muy valiente- beso su mejilla- y tu también niña, tu también- tiro de ella para tener a esas dos razones seguras entre sus brazos
Joseph miro aquella escena a lo lejos, esta era su ultima oportunidad para lograr lo que fuera, esperaba poder tener la oportunidad de hablar con ella. pero no lo logró, sus opciones se agotaban, y su paciencia también, pero este golpe seria definitivo.
Dos semanas después volvió a verla, estaba sentada con aquel perfecto traje sastre y su cabello bien peinado en una cola de caballo alta, tenia a ese pequeño moreno en sus brazos estaba dormido y ella lo sacudía rítmicamente mientras sonreía a su espalda mirando a el vaquero que hoy llevaba un traje para la ocasión.
Joseph tenia una sonrisa de oreja a oreja parecía que estaba seguro de ganar en todo, eso le volaba los nervios a Camila, pero no podía hacer nada, no quería seguir escapando, no quería ocultarse, necesitaba deshacerse de el de una vez por todas y para siempre.
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Las Cumbres
Teen Fiction"Una vez que encuentras al amor de tu vida, lo demás va en declive" esa era la frase que durante años definió los pasos de Vicente, jamás pensó volver a sentir amor, muchos menos a mirar a alguien y que se le acelerara el corazón... o al menos así f...