- ¿Estás seguro? - Amanda terminaba de ponerse la campera que Adán le dio para esa noche frente al espejo
-Te ves hermosa- beso su mejilla acomodando su cabello suelto de la coleta
-Adán...-
-Madi, no existe mejor lugar para que conozcas a mi familia que el rodeo, están todos locos, así que tu podrás decidir qué tanta locura quieres en tu vida, es un dos por uno-
-Es solo que yo...no estoy segura de...-
- ¿Te preocupa Lorenzo? - intento no mirarlo con la vergüenza de aquel "si" atorado en su garganta- ¿Crees que yo dejaría que ese tipo se te acercara? - negó con la cabeza mirando el suelo- o quizá...- el miedo de aceptar que estaba metido a la fuerza en su vida, creía haberlo superado, llevaban saliendo varios meses y para su felicidad se llevaban tan bien que incluso las sonrisas que daba ahora estaban a años luz de aquellas que algún día lo enamoraron. Porque ahora comenzaba lentamente a ser verdaderamente feliz... pero eso él no lo sabía- ¿Quizá te da miedo verlo y sentir algo del pasado? -
La mirada azul de Madi paso del suelo a él en segundos, ¿Cómo podía preguntarle aquello? El mismo se encargo de meterse en su vida con todo lo que tuvo, y ahora, simplemente dudaba de ella y de lo que podría estar comenzando a sentir
-No- contesto seria caminando delante él para tomar sus cosas- no soy de ese tipo de personas que juega con los sentimientos de alguien, te lo dije desde el inicio...-
-Esta bien si es así, no te estoy acusando de...-
- ¡Cállate Adán! - grito molesta- ¿Cómo puedes pensar que yo sentiría algo por ese tipo... por...? - y ahí estaban los recuerdos
La manera en la que subió su mano hasta su rostro nerviosa, recordando las bofetadas, los gritos, podía verlo en sus ojos y se sentía un verdadero idiota, nunca necesito cuidar sus palabras, nunca pensó que le importaría tanto herir o no a alguien...
-Creo que por hoy me quedare aquí- Dijo Amanda con la sonrisa amable y las lágrimas ahogadas
- ¿Puedo quedarme? - Adán tomo su mano sabiéndose el mas tonto en ese momento- Por favor...-
-Estaré bien, solo... tienes trabajo, pasaste cuadrando las apuestas toda la semana, así que no te preocupes. Solo que no quiero dar esta cara a tu familia-
-Lo arruine-
-No, solo- giro la mirada soportando las lagrimas y abriendo la puerta
Adán se detuvo besando su mejilla "lo siento" susurro y ella acaricio su brazo con una media sonrisa tan condescendiente que no podía soportarlo, quería quedarse y abrazarla toda la noche, estaba asustado, le asustaba que pudiera darse cuenta que la no tenia nada que hacer con ella y entonces de la nada lo sacar de su vida.
En cuanto lo vio salir las lagrimas cayeron en automático, se odiaba por ser tan sensible, estaba cansada de llorar, de ser inestable, tenia algo realmente bueno atrás de esa puerta, pero parecía que cualquier cosa la derrumbaba.
Quizá para este momento se sabia realmente cansada de odiarse a si misma por ser tan sensible, por tener que tomar la mano de alguien para salir adelante, siempre pudo sola, pero ahora mismo, tener a Adán... le hacía realmente débil, estaba cansada de llorar a escondidas todos los miedos que Adán creía había superado, tenia que sanarse, tenía que ser sincera con él, o dejarlo ir.
Pero cada vez que cerraba los ojos y lo recordaba sonriéndole, cuando lo miraba cuidar de ella con tanta falta de experiencia en sus pasos... solo deseaba quedarse con él, y fingir que nada del pasado había sido real.
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Las Cumbres
Teen Fiction"Una vez que encuentras al amor de tu vida, lo demás va en declive" esa era la frase que durante años definió los pasos de Vicente, jamás pensó volver a sentir amor, muchos menos a mirar a alguien y que se le acelerara el corazón... o al menos así f...