Capitulo 2

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Vicente había pasado los últimos tres días intentando aclarar su mente, así que ahora mismo no estaba muy seguro de por qué estaba esperando afuera de aquel lugar. Y quizá él no lo tenía claro, pero Julia si, porque con solo verlo comenzó a dar saltos de felicidad a su alrededor.

-Te lo agradeceré toda mi vida- lo abrazo realmente aliviada- De verdad muchas gracias, no podré ir constantemente, no quiero levantar sospechas,pero de verdad, de verdad te lo agradezco, te haré una transferencia para lo que pueda ocupar y también...-

-¿Lista?- se dirigió directamente a la chica en la silla de ruedas

-Tiene las costillas fisuradas hasta que esté bien debera caminar lo menos posible, por lo menos un mes- Adolfo señaló, igual el cabestrillo por unas 6 semanas, iré a verla pronto, se bueno primo- y Vicente giro los ojos realmente frustrado

-Vamonos- se acercó a la chica que lo miraba como si no pudiera entender exactamente lo que sucedia- te levantaré ahora ¿Lista?- la miro asentir y con cuidado la atrajo a su cuerpo sintiendo como era alarmantemente ligera

Cuando la sento en él lugar del copiloto escucho un leve quejido, intento no fijarse mucho en ello, esa chica estaba adolorida de pies a cabeza y por alguna razón que no comprendía la llevaría con él.

-Gracias Vicente, de verdad...-

-Dile a tu marido que aquí pago todas mis deudas- regreso para señalarla- todas- ambos rieron un momento para después despedirse- estaremos bien-

Camila vio a ese par ser cercanos, su cuñada le contó que era un amigo de toda la vida, que cuando eran jóvenes fueron mucho más cercanos que ahora, pero que lo conocía lo suficiente para saber que estaría a salvó con él.

La verdad era que ella no estaba tan segura, Vicente Villaseñor era un hombre de unos 40 y tantos años, tenía el cabello canoso y su piel quemada por el sol denotaba que trabajaba en el campo.

Era grande, muy grande desde la perspectiva de alguien con su tamaño pero a pesar de lo que pudo pensar, no se sentía incómoda a su lado. Y eso lo noto desde el instante en que la levanto de la silla.

Camila miraba por la ventana sintiendo como Vicente apenas si la miraba, estaba hecha pedazos, era lógico que costará a la vista de cualquiera por ello se centro en el paisaje, el lugar era bonito, las colinas y los caminos.

El lago... Aquel hombre vivía en un pequeño rancho cerca del lago... Era hermoso.

Vicente vio como la chica reaccionó al ver el lugar, sus ojos se abrieron y miraba de un lado a otro como si quisiera aprenderse el lugar de memoria.

Con ayuda la llevo dentro de la casa, el lugar era enorme, incluso sus pasos resonaban en las baldosas de la entrada. Con cuidado la coloco en el sofá.

- Bien, mira no es la gran cosa, aún trabajo en este lugar, pero ya nos las arreglaremos

-Es muy bonito- su voz temblaba en cada palabra- gracias...-

- Mira, se que esto no es algo que nos haga feliz a ninguno de los dos, pero espero no tengamos problemas- dijo osco sin mirarla haciéndola sentir como una muy incomoda carga

-Disculpame, te prometo que me iré pronto, no notarás mi presencia me volveré una pared más aquí, no te preocupes, no molestare- las palabras salieron torpes y casi sollozantes y eso le calo a Vicente

No podía evitar ser huraño, después de todo tenía una vida viviendo solo y tener a alguien que en silencio en realidad le parecía tan pequeña y vulnerable nunca estuvo en sus planes.

Aún así no dijo nada, solo asintió sin más, le mostró su habitación improvisada, no podía subir y bajar, así que acondicionó su despacho para que ella pudiera quedarse ahí.

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